¿Por qué no debes abrir las piernas si se te eriza el cabello?

Foto de José Eugenio Gómez Rodríguez. Título: ¡Rayos!
(CC BY-NC SA 2.0)

Puede parecer un título poco afortunado pero creo que esta vez está es un consejo plenamente justificado. Vamos allá:

Cuando era pequeño las medidas de autoprotección contra las descargas eléctricas atmosféricas estaban presentes en el día a día. De los rayos se hablaba en la tele, en casa, en el colegio. Cuando había tormenta se desconectaban de la red todos los electrodomésticos y la antena de la tele. Ni se planchaba, ni se hablaba por teléfono (donde lo había).

Todos sabíamos qué hacer si por error nos cogía en la montaña o al descubierto. Digo por error, porque mirábamos al cielo, sobre todo en verano, y al menor síntoma de tormenta, nos recogíamos en casa y cerrábamos a cal y canto puertas y ventanas. Ahora ya no…

Leyendo las estadísticas de muerte por rayo en España se entiende el cambio. En los sesenta se producían casi 80 muertes anuales, desde entonces, la cifra fue disminuyendo hasta que en los ochenta sufríamos menos de 7 por año, cantidad que se ha doblado en este siglo. El origen del cambio en el siglo pasado se debe a dos factores: la sociedad española se hizo urbanita y comenzó a aplicarse una exhaustiva normativa de protección contra caída de rayos (2).

Esta situación ha relegado al olvido una parte importante de nuestro acervo en autoprotección y carecemos del instinto que nos podría proteger de estas situaciones cuando viajamos a otros países con normativas más laxas o condiciones más extremas.

Y no sólo son los viajeros de negocios, los expatriados o simplemente los turistas, los que deben desempolvar los viejos hábitos. La práctica de deportes al aire libre, cada vez más en boga en España, es considerada una práctica de riesgo en países como Estados Unidos, donde el 52% de los fallecidos por caída de rayo estaban practicando deporte: Pesca, atletismo, golf.. (3). Probablemente la pérdida de la capacidad de autoprotección sumada a una práctica mayor de deportes al aire libre es el origen del crecimiento de la cifra de fallecidos que se está registrando este siglo.

Por eso vamos a hacer un pequeño repaso de las normas de autoprotección. Estar alejados de la tormenta no es una garantía. Si nos encontramos a menos de ocho kilómetros de una tormenta tendremos que tomar precauciones inmediatas. De niños calculábamos la distancia a la tormenta contando los segundos entre el destello del rayo y el sonido del trueno, dividiendo dicho número por tres obteníamos los kilómetros a los que se encontraba la tormenta. Los anglosajones dividen entre cinco y obtienen la distancia en millas. Por tanto, si el intervalo entre el destello y el trueno es inferior a 25 segundos debemos buscar refugio (4).

El mejor refugio es una casa con pararrayos, en su defecto nos sirve una cabaña, en ambos casos, permaneceremos bien calzados y evitaremos toda corriente de aire. Cerraremos puertas y ventanas, no encenderemos fuego y desconectaremos todo el equipamiento eléctrico y la antena de la televisión.

Si se trata de una cabaña o una vivienda aislada sin protección, extremaremos las precauciones. Debemos aislarnos del suelo y de cualquier objeto metálico. No abriremos grifos, ni nos ducharemos y si los muebles son de madera, la mejor postura es tumbados en la cama o en el sofá. En esta situación, incluso nuestras madres perdonarán que nos sentemos en una silla con los pies sobre la mesa.

El coche con el motor apagado es un buen refugio, aunque podemos pasar mucho calor en ambiente tropical.

Deberán estar cerradas puertas, ventanillas y todos los conductos de la ventilación.

No tocaremos las partes metálicas y si finalmente nos cae un rayo tardaremos al menos media hora en salir y no tocaremos las partes metálicas al hacerlo.

Nunca abandonaremos el coche durante la tormenta.

En caso de que la tormenta nos sorprenda a descubierto, evitaremos correr y buscaremos refugio. Nos desharemos de todos los elementos metálicos, incluido el móvil que debe estar apagado. Debemos alejarnos de toda masa aislada que sobresalga del suelo: rocas, árboles y especialmente elementos metálicos como antenas o estructuras de transporte de electricidad. Incluso de animales como ovejas, vacas y caballos. La distancia de seguridad es de treinta metros. Sin embargo, un bosque puede ser un buen refugio si escogemos una zona de árboles bajos frente a otros más altos. En cualquier caso evitaremos el contacto con los troncos. Si vamos en grupo nos dispersaremos.

Toda corriente de aire es perjudicial, evitaremos desfiladeros o zonas venteadas. Los salientes y las cuevas estrechas son un falso refugio eléctrico ya que a alta tensión pueden comportarse como superficies continuas.

Ilustración del autor. Título: Superficie continua.
(CC BY-NC SA 2.0).

En un valle estamos mejor a mitad de ladera que en la cumbre o en la zona baja. Y por supuesto el agua, los ríos, lagos y el mar no son buenos sitios para pasar una tormenta, incluso las escorrentías de agua en una ladera son muy peligrosas.

Si a pesar de todas nuestras precauciones, notamos que se nos erizan los cabellos, escuchamos un ruido como a fritura o vemos destellos azules en las partes metálicas, nos encontramos ante una descarga inminente.

La posición de seguridad al aire libre es en cuclillas, sobre el calzado, con los brazos abrazando las piernas y la cabeza en posición baja.

La idea es adoptar la posición más baja posible, aislados del suelo. Tumbarnos o abrir las piernas es una mala idea. El rayo no cae sobre un punto y desaparece. Su comportamiento es similar al que vemos en el cielo, se dispersa buscando zonas de menor conductividad. Cuanta menos superficie de suelo ocupemos, menos probable es recibir una descarga, incluso se pueden generar importantes diferencias de potencial entre dos puntos separados. Dicho lo cual queda perfectamente justificado el título de este artículo.

Esa dispersión, el comportamiento de la alta tensión en condiciones de bajo aislamiento, es lo que tenemos que considerar para salir con bien. La figura arborescente que forma el rayo en el cielo, con decenas se brazos que se bifurcan una y otra vez, se denomina “Figura de Lichtenberg”. Y es exactamente así como se comporta la alta tensión al atravesar cualquier elemento que ha perdido su condición de aislante. Sea la atmósfera, la hierba de un campo de golf, o nuestra piel, el rayo deja su firma.

La foto que sigue muestra una figura de lichtenberg sobre un campo de golf pero se desconoce si es natural o ha sido impresa como decoración. Sirve para ilustrar el comportamiento de un rayo sobre una superficie, téngase en cuenta que cada centímetro de avance supone un pérdica considerable de energía por lo que la diferencia de potencial entre dos puntos es relevante y aumenta con la distancia. De ahí el consejo de no separar los pies.

El fenómeno es el mismo si un cable de alta tensión ha caído al suelo o si existe un contacto a tierra. Ese el motivo por el que hay que abandonar la zona electrificada arrastrando los pies uno junto al otro o a pequeños saltos con los pies juntos.

Cortesia de SmangAllDay on Reddit

Como curiosidad dos anécdotas:

  • Un buen ingeniero eléctrico es capaz de diagnosticar un fallo en una red simplemente examinando la forma arborescente de una pérdida de aislamiento en un cable. Sabrá si se trata de un defecto de aislamiento en un transformador, en las botellas…
  • Cuando un rayo cae en una zona arenosa funde la arena y crea una escultura natural que se denomina “Fulgurita”. A continuación un vínculo a las fotos de Ken Smith un fotógrafo australiano con una buena colección: https://elaguademar.wordpress.com/tag/fotografo-ken-smith/

El ocho de mayo de 2016, se añade el vínculo a «Viviendo con Rayos» un estupendo blog colombiano sobre el tema. Donde se puede obtener información actualizada sobre las descargas eléctricas atmosféricas, sus efectos y la protección.

En diciembre de 2017, se añade el enlace a la infografía del ELAT, el instituto de estudio de los fenómenos atmosféricos de Brasil, que contiene interesantes datos acerca de la incidencia del fenómeno en el país.

En marzo de 2024 se añade la imagen cuyo crédito se cita en el pie de foto que describe muy bien la posición a adoptar en caso de que se detecten los signos de que se va a producir una descarga eléctrica atmosférica.

The Art of Manliness and Ted Slampyak: https://storytellersworkshop.com/art-of-manliness-illustrations

También en marzo de 2024 se añade el enlace a un vídeo de Tik Tok que muestra los efectos de la acumulación de electricidad estática previos a una tormenta eléctrica: https://www.tiktok.com/@dam.miami305/video/7324131439119945006

En la documentación se adjunta el vínculo(5) al folleto de la asociación profesional de Agentes Forestales de Madrid que ha sido de gran ayuda para redactar este artículo. Nadie sabe más de rayos y de seguridad al aire libre que los Forestales.

De pequeño disfrutaba mucho saliendo al monte con mi tío Marcos, era Guarda Forestal del ICONA destinado en Ansó. Sea desde aquí mi pequeño homenaje a mi tío y a todas esas personas “de buena opinión, fama y costumbres” que desde 1748 (6) cuidan nuestros montes: Los Agentes Forestales y la muy sufrida versión en Seguridad Privada que forman los Guardas de Campo y los Guardas de Pesca.

Referencias:

  1. Documento sobre sanidad ambiental de la Comunidad de Madrid, página 80
  2. Enumeración no exhaustiva: Código Técnico de Edificación. Cálculo del índice de riesgo. REBT de 2002. Protección contra sobretensiones y mantenimiento de SPCR. UNE 21186 estándar para la protección de estructuras. UNE EN IEC 62305. Coordinación de protectores contra sobretensiones. UNE EN IEC 62561. Personal safety. Componentes de protección.
  3. Documento sobre sanidad ambiental de la Comunidad de Madrid, página 79
  4. El sonido en nuestra atmósfera viaja a 343 m/sg es decir, más o menos cada tres segundos recorre un kilómetro, de ahí el cálculo cuyo resultado es aproximado pero suficiente.
  5. Folleto de la Asociación Profesional de Agentes Forestales de Madrid
  6. El Cuerpo de los ahora denominados “Agentes Forestales” tiene su origen en una Ordenanza que dicta Fernando VI, en el año 1748, que en su artículo 25 nombra a los “Guardas de Campo y Monte con ese título, o el de Celadores, ordenándoles que prendan, denuncien a los taladores, causantes de incendios, introductores de ganados en plantíos procurando que dichos guardas sean hombres de buena opinión, fama y costumbres”.

Foto portada de José Eugenio Gómez Rodríguez. Título: ¡Rayos!
(CC BY-NC SA 2.0).
Ilustración del autor. Título: Superficie continua.
(CC BY-NC SA 2.0).

Jesús Belenguer dirige el equipo que diseñó el Protocolo Mercurio que es el sistema de gestión de la seguridad personal de trabajadores desplazados a países lejanos más implementado en las empresas españolas. Comparte sus ideas en Medium desde abril de 2015.

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Jesús Belenguer
Autoprotección corporativa: Seguridad para viajeros y expatriados

Director de Seguridad Privada y TS en Gestión de Riesgos y Protección Civil. EU en Análisis de la Conducta Violenta y en Ingeniería Protección Contra Incendios