Las denuncias falsas ante la policia
Los humanos que pertenecen al mismo núcleo cultural tienen un número discreto de reacciones ante las mismas situaciones. Es fácil de comprobar, solo es necesario observar un número suficiente de situaciones iguales para comprobar la afirmación. En nuestra empresa sabemos que los guías experimentados son capaces incluso de identificar la nacionalidad o un comportamiento extraño con solo observar lo que hace un turista, algo que usamos en favor de la seguridad de las instalaciones que gestionamos.
Y esa es la clave, tener un número suficiente de observaciones. La Policía Nacional de España lo sabe bien, recibe miles de denuncias cada día y en muchos casos llega a comprobar la veracidad, o no, de una denuncia. El resultado de esa información es que un policía con unos cuantos años de servicio detecta de inmediato cuando algo no está bien en una denuncia.
En 2015 ese conocimiento se automatizó para un caso concreto: las denuncias por robo con violencia y hurto de móviles. Que habían ido creciendo conforme el coste de los mismos crecía y proliferaban los seguros de robo. El consumo de recursos policiales era enorme y el resultado es un programa de inteligencia artificial: VERIPOL que ha demostrado tener capacidad para detectar el 90% de las denuncias falsas. El proceso de aprendizaje se realizó con unas mil denuncias de las cuales la mitad se había comprobado que eran reales ––se detuvo al ladrón–– y la otra mitad falsas ––el denunciante confesó que había mentido–– gracias a esa información se establecieron alrededor de 300 elementos de control y con esos mimbres…
Las motivaciones más frecuentes de la denuncia falsa son las estafas al seguro y ocultar a la familia, amigos o empresa un hecho reprobable. En el mundo de la tecnología es habitual que la pérdida o rotura no estén cubiertos por el seguro pero el robo sí y tampoco son ajenos a la simulación delitos tan graves como el secuestro, que por cierto cuando es falso es fácilmente identificable. Debe saber que las denuncias falsas son un delito que puede acabar incluso en penas de prisión, especialmente cuando se les suman otros como la estafa.
Ese conocimiento policial debe seguir siendo secreto, porque si se difunden las claves se está dando ventaja a los malos, pero se sorprenderían hasta qué punto pequeños detalles son determinantes en el caso de la simulación de delitos graves: el número de asaltantes, cómo van vestidos y ciertos sesgos indican con absoluta precisión que una denuncia es falsa. A partir de ahí se trata simplemente de coleccionar un número suficiente de evidencias para que se desmorone el pinocho de turno.
Jesús Belenguer dirige un equipo especializado en la elaboración e implantación de planes de autoprotección en bienes culturales españoles declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y comparte sus ideas en Medium desde abril de 2015.
