Qué tiene de malo la defensa personal femenina

Jesús Belenguer
Autoprotección familiar
8 min readJan 4, 2020

--

Iré de puntillas, pero alguien tiene que decirlo, y para evitar malos entendidos al pie del artículo hay una nota de conflicto de intereses.

Las artes marciales son técnicas físicas muy depuradas que se acompañan de una carga filosófica relevante. Se basan en la repetición de movimientos, cuando se logra hacer un movimiento perfecto se repite miles de veces hasta que ya es automático, no es el cerebro el que guarda las técnicas, son todos los músculos del cuerpo los que lo hacen y en caso de necesidad echan mano del mismo de forma instintiva. Hacen falta años de práctica, un maestro, buena forma física e inteligencia. Nada de eso se puede alcanzar en cuatro horas, pero usted eso ya lo sabía. ¿Verdad?

El problema es que el proceso de formación es grato y equívoco. Las artes marciales en su inicio son pesadas y requieren de una fuerte voluntad, sin embargo, en este tipo de cursos se va al grano desde el primer momento, se presentan técnicas avanzadas sin pasar por el peaje inicial y por supuesto se prescinde del sacrificio del trabajo posterior.

Para introducir una técnica el maestro hace el papel del Tori y presenta los movimientos repeliendo el ataque que realiza el Uke. Ambos Tori y Uke son capaces de caer al suelo sin hacerse daño y de absorber los golpes, es exactamente eso lo primero que se aprende en un arte marcial defensivo y se tarda semanas en adquirir la destreza necesaria. Las técnicas se realizan a diferentes velocidades y ambos deben representar los efectos que produciría el golpe, la pérdida de equilibrio, etc.

En los cursos de defensa personal femenina, tras una rápida presentación, las alumnas reproducen las técnicas entre ellas mientras son corregidas por el maestro. El aspecto del conjunto es el de una danza que se repite una y otra vez a diferentes velocidades. Pero eso no es un combate real es simplemente una forma de presentar la técnica que si no tiene un trabajo posterior intenso no tendrá efecto alguno sobre la capacidad de defensa del aprendiz. Es más, en ningún momento del curso se produce una oposición real, con violencia, a la técnica aplicada ya que casi con certeza esta produciría lesiones. El resultado es una agradable, y absolutamente irreal, sensación de poder en la alumna que representa el papel del Tori, incrementado por la sensación de ser controlada físicamente cuando ejerce de Uke.

Veamos el resultado de la defensa personal. En teoría una vez aprendidas las técnicas es sencillo zafarse de un agarre y repeler la agresión aplicando una secuencia de técnicas tal y como se muestra en el siguiente video:

¿Qué le ha parecido? Espectacular ¿Verdad? Analicemos la secuencia. Un hombre y una mujer en un ascensor. La mujer está tecleando en su teléfono y cuando observa un comportamiento anómalo del hombre lo mete en el bolso, ambos se recolocan en el ascensor dejando convenientemente la acción en la esquina superior derecha.

De repente y sin motivo aparente el hombre mete las manos en los bolsillos y simula pasear por la calle ––si no fuera coreano diría que silba–– mientras se acerca a la mujer para apoyar su mano en el hombro de ella, no la baja al pecho, no la coge por la cintura, ni siquiera se acerca a su bolso, en su lugar, le apoya la mano oportunamente en el hombro derecho y parece que mira al teléfono que ya no está. Acto seguido ella hace un movimiento con su hombro que aleja al hombre, observe que no usa el cuerpo para proyectarlo, solo con el simple movimiento del hombro desplaza al hombre un paso y medio que se queda quieto esperando la bofetada que lo proyecta sobre una pared del ascensor de la que rebota para quedar estático con las piernas abiertas en una postura un poco rara pero oportuna para recibicir una patada en la entrepierna que hace que se doble sobre su cintura y de nuevo se queda quieto con la cabeza a la altura adecuada para recibir un rodillazo que ahora sí lo tira al suelo donde queda rendido.

Finalizada la coreografía, en ese mismo instante, sin mirar al visor del piso, la señora pulsa un botón y sale del ascensor ––observe que tampoco mira la puerta antes de inciar el movimiento de salida y que esta se abre de inmediato. Hay más signos evidentes: la mujer tiene los brazos abajo, las piernas rectas y cerradas, no modifica la distancia al agresor, mantiene una posición estática sin tensión, las respuestas del hombre son demasiado aparatosas y muy oportunas…

Sin embargo, el video se presenta como una agresión real y muchos profesionales la usan como ejemplo de una reacción adecuada. Vuelva a ver el video y valore el realismo del mismo, si tiene alguna duda pídale a otra persona que represente el papel de la víctima y trate de representar las dos primeras fases: hombro y bofetada, comprobará que no es más que una representación de las coreografías que se hacen en el tatami.

Y este es uno de los problemas. En el mundo de la defensa personal femenina casi todo es fantasía y coreografía generando una falsa sensación de seguridad que puede tener funestas consecuencias, la primera de ellas que no se tomarán las medidas adecuadas en caso de agresión, un buen ejemplo es el que acaba de ver, estando en un ascensor hay dos o tres cosas muy sencillas que complicarían notablemente la acción del agresor.

En el siguiente video puede ver qué ocurre cuando se llevan a la práctica de una forma real las técnicas que se proponen en el mundillo de la defensa personal femenina:

Hay centenares de videos como el que acaba de ver. El problema de fondo es que la defensa personal adaptada ha surgido desde el mundo del deporte, no son especialistas en seguridad los que han diseñado los cursos, son deportistas bien intencionados pero sin conocimientos especificos en seguridad, protección y victimiología y con solo una herramienta de respuesta y una metodología didáctica.

Cuando proponen técnicas lo hacen desde las normas del deporte y prescinden de la realidad de una agresión, mire este otro, en él muestran mínimamente videos de agresiones reales que deberían formar parte de todo curso de autoprotección.

Aunque no es lo peor, cuando un deportista trata de salir de su campo comienzan los errores de bulto, el principal problema es la recomendación de usar armas prohibidas, en un entorno coreográfico pueden ser fácilmente aceptadas pero traspasado al mundo real existen consecuencias administrativas y penales graves. Un ejemplo de ellas son los llaveros de gatito o los puños americanos más o menos disfrazados.

El uso de objetos punzantes o cortantes, en el mejor de los casos estropean una noche y en el peor inician la escalada de la calificación del delito de lesiones y desvirtúan la legítima defensa. Algo de lo que también deben ser informadas las alumnas en los cursos de autoprotección.

Para mayor confusión el deportista a veces acierta y propone un arma de uso legal. Pero desgraciadamente en la mayoría de los casos la instrucción en su uso se parece más a una conversación de bar que a un entrenamiento serio.

A continuación le mostramos el video con más visualizaciones de YouTube, en el que se explica el manejo del espray de defensa. Verá que las dos principales recomendaciones son que el espray solo se pueda usar en una sola posición (así son todos los de uso legal) y la precaución de no dispararse a la cara, lo cual no parece tan descabellado ya que el autor según explica parece que sufre frecuentes accidentes domesticos con los insecticidas.

No se trata de ridicularizar una actividad que desde el primer momento se ha calificado de bien intencionada, se trata de mostrar una realidad que no conviene ni siquiera a la comunidad del deporte. Todo podría quedar en su lugar simplemente llamando a las cosas por su nombre: Curso de introducción a las artes marciales, Artes marciales recreativas, etc.

Los cursos de autoprotección o de seguridad para mujeres deberían contemplar al menos cinco apartados: Uso legal de la fuerza, victimiología, evaluación de riesgos, uso de armas legales y técnicas de psicologia social aplicada. Si carece de uno solo de los cinco apartados no debería contener la denominación autoprotección o seguridad y usted debería desconfiar.

También debería desconfiar si recibe alguno de los siguientes consejos, que hemos recopilado asistiendo a cursos o entrevistando a alumnas:

  • Cualquier técnica defensiva que comenzando de pie, le lleve a usted voluntariamente al suelo —da igual que al agresor también— es una absoluta temeridad. Piense que probablemente es ahí donde el agresor la quiere.
  • El consejo de arañar al agresor para conservar su ADN es malo de solemnidad. Si se produce el delito habrá ADN por todos lados y no compensa las consecuencias de incrementar la agresividad del delicuente. Lo mismo se podría aplicar a cualquier técnica dirigida exclusivamente a producir daño, todo debería dirigirse a facilitar la huida.
  • El único espray de defensa que se puede recomendar para portar encima y usar en cualquier situación es el de chorro balístico —la explicación es compleja si desea más información pregunte a un profesional.
  • Cualquier consejo que termine en una frase parecida a: “No importa que no sea legal, lo importante es salvar la situación y luego ya se harán los papeles” es un mal consejo que le da alguien que no sufrirá nunca las consecuencias de su ejecución, antes de que ocurra, cuando se está en un curso, hay tiempo para diseñar una estrategia eficaz dentro de la ley.

Y como resumen debe saber que el mejor consejo de seguridad que puede recibir es llamar a la policía a tiempo. Llamar a la policía no es una muestra de debilidad, en nuestra sociedad hemos cedido el monopolio del uso de la fuerza al Estado y salvo en situaciones sobrevenidas y con grave riesgo inmediato es la única forma legal de resolver una situación de violencia. Si tiene una duda, o cree que está en riesgo llame al 091 o al 062, si no es urgente acérquese a la comisaría o al cuartel más cercano y pregunte para eso están.

En nuestro caso atendemos consultas sencillas en la siguiente dirección de correo electrónico team@personalsecurity.es

Conflicto de intereses:

Disponemos de un curso de seguridad para mujeres que compite en el mismo mercado que cursos de duración similar basados en el uso de las artes marciales adaptadas. Nuestro curso prescinde conscientemente del uso de las artes marciales y se basa en los 5 principios que se describen en el artículo: Uso legal de la fuerza, victimiología, evaluación de riesgos, uso de armas legales y técnicas de psicologia social aplicada.

Jesús Belenguer dirige el equipo que diseñó e implanta el Protocolo Mercurio que es el sistema de gestión de la seguridad personal durante el desplazamiento internacional de trabajadores con mayor implantación en las empresas españolas. Comparte sus ideas en Medium desde abril de 2015.

--

--

Jesús Belenguer
Autoprotección familiar

Director de Seguridad Privada y TS en Gestión de Riesgos y Protección Civil. EU en Análisis de la Conducta Violenta y en Ingeniería Protección Contra Incendios