Soy de la opinión de que la poesía no necesita de una elaborada introducción. Cada poema es una puerta que conecta el alma del escritor con el lector. En ocasiones esa conexión es fructífera y se eleva el espíritu del lector a niveles insospechados, tal vez porque logra identificarse o entender algo de si mismo. A eso es a lo que aspiro con esta serie que estaré actualizando periódicamente.
Hoy, el día de mi selección poética
Cuando de mí, debo elegir lo mejor
La mañana de autocrítica y definición
Encuentro que el frío va cediendo al abrazo del sol
Hoy, el primer día de un nuevo proyecto
Cuando exprimo cada emoción
El día que brillante revienta
Debo al invierno decirle adiós
Hoy, el amanecer de una etapa virgen
Cuando todo intento causa dolor
El momento que después no vuelve
Primavera que grita fuerte su primer ardor
Hoy, un día antes de mañana
Cuando el miedo debería ser peor
El rezago de la lucha
Luz previa antes de nuestro amor
Hoy, abrí mis ojos al horizonte
Cuando supe tu dirección
El regreso ha comenzado
Reencuentro entre la locura y la canción
Encuentro directo con la idea de perderte
Que de verte no puedo entender ¿por qué?
De oírte no distingo el ¿con quién?
Amarte me pone en el donde, nuevo para mí
Rabia que callarse no quiere y lastima
Sin guía derrota a la razón y la calma
Derrama su amargura en caudal de dudas
Cierra las ventanas para asfixiarse en su derrota
Transparencias coloreadas por la emoción del segundo
Pegadas a mi cara ahogan mis argumentos
Delgadas y suaves se deslizan por mis labios
Torciendo las palabras que debían ser sinceras
Amor que exige más de lo establecido
Ofreciendo más de lo solicitado
Rompe reglas y establece nuevas
Barrotes que protegen, pero también encierran