Crítica a la Nostalgia

Sofía Matuš Cancino
Shango Lector BLOG
Published in
2 min readMay 9, 2020

No·stalgia, o fetichizar la memoria.

No hay manera humana de conservarlo todo, entonces, me aferro a todo lo que haya sido huella de momentos amorosos, como este texto.

Tokyo, Mayo 2017.

Estabas justo donde querías estar, por suerte o por causalidad. Pero ahí estabas. Te quedaste en un moderno hostal de Asakusa, con literas que parecían construidas a tu tamaño, donde dormías muy bien porque siempre llegabas cansada de caminar mucho. Afuera siempre hace un calor agradable y escuchas a las cigarras en las mañanas.

Sólo fuiste un día a Shibuya pero ahora sientes que estuviste ahí todo el viaje, y te acuerdas muy bien de las canciones de los espectaculares.

Cuando fuiste a desayunar, una señora te ayudó a ordenar, te enseñó que tamago, significa huevo, y eso pediste, quizá no porque se te antojara, sino para segundar su amabilidad. Cuando ella terminó su comida, volteó a verte y te dijo Ki o tsukete, que para tu sorpresa, si sabías que significaba: Cuídate.

Y es que todo era como lo habías leído, visto y escuchado. Fuiste la calle Nakamise en Asakusa durante la Golden Week. Una vendedora ató tu cabello con palillos kanzashi así que los compraste, pero no has podido ponértelos de la misma manera porque aunque te enseñó, estabas muy emocionada como para ponerle atención.

Calle Comercial Nakamise, Barrio de Asakusa Mayo 2017.

Te emborrachaste con Sake en la cita de tinder, el chico era agradable pero muy torpe, quizá un fan del anime demasiado entusiasta, aún así pasaste un buen rato comiendo takoyaki y jugando en una taito station.

Te acuerdas perfecto del camino al hostal, saliendo de la estación de tren había un puente, girabas a la izquierda hasta encontrar un reloj, seguías por un callejón pasando de largo las máquinas expendedoras y girabas a la izquierda. Ese era un camino mucho más agradable que el del mercado, cuando llegaste y viste a todas esas personas sin hogar, pensaste que Japón no era como pensabas, pero en realidad si lo era. Japón debe de ser el país mejor representado del planeta, porque todo era como lo imaginabas, los colores, los sonidos y los sabores; a veces desabridos.

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