Cuando falleció mi papá:

Pame Perez G
Shango Lector BLOG
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2 min readOct 7, 2020

Sentí frío en la espalda y un escalofrío, no entendí porque. Mi mamá llamó poco después y al escucharla llorar al teléfono supe que algo estaba mal, no salía la frase completa de su boca, era un repetitivo “tu papá… tu papá..” no hizo falta más, entendí por su sollozo que no había nada que hacer, intenté con todas mis fuerzas no desmoronarme en ese momento, voltee a ver a mi esposo con lágrimas en los ojos, me vio con temor y no recuerdo el resto.

Todo paso en cámara rápida, el traslado, los papeles, el funeral, la cremación, las misas; no hubo tiempo de ver atrás, estaba concentrada en verme serena y así ayudar un poco a mi mamá porque se veía demasiado rota. Cuando volví a mi casa la sentí diferente, se veía igual pero se sentía fría. Me dejaron sola para ir a comprar algo de comer, entonces fue cuando recordé, que los muertos antes de irse vuelven a veces a despedirse y desee con todas mis fuerzas que él volviera. Corrí por toda la casa buscándolo, pensé que estaría en alguna recamara esperándome, pasé por la sala, el comedor y cuando llegué al jardín, ahí estaba sentado, en las escaleras que llevan a la terraza, me miró y sonrió, me acerque a él y le dije que lo había extrañado, le pregunté si podía quedarse un poco más a mi lado, pero en cuanto dije eso se levanto y sentí que recordó que ya no debía estar aquí y con prisa subió las escaleras.

Vestía la ropa de siempre: una sudadera grande porque el siempre ha sido robusto de la espalda, encima una chamarra de mezclilla y un gorro amarillo; es para que no le de frío en su cabeza calva y en sus orejas. Siempre lo recuerdo de esa manera.

Lo perseguí hasta la terraza y fue cuando note que el color de su piel se había tornado un poco gris, no tenía las mejillas rosadas como acostumbraba y se le veían los ojos tristes, aunque esos siempre los tuvo así, (esos ojos que también tengo yo) le dije que si podía abrazarlo una última vez, me dijo que si, y al hacerlo pensé que mi hijo al menos había conocido a su abuelo, pero que seguramente no lo recordaría, aún es muy pequeño, deseé que ese abrazo nunca terminará y me quedé abrazando la nada, porque él simplemente desapareció, sentí mis brazos livianos y creí que moriría de dolor, sentí mis lagrimas bajando por mis mejillas, fue en realidad lo que me hizo abrir los ojos y entonces desperté.

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