El azul de Van Gogh

Olivia Negro
Shango Lector BLOG
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2 min readJun 1, 2020

Pensar que dentro de uno existe aquella semilla llamada locura, saberse poseedor de un cuerpo descompuesto es tener conciencia que nadie en este mundo abrazará la oscuridad tanto como nosotros los desahuciados pues el mundo que vemos no es si no fragmentos de visiones que no construyen una imagen digerible para los que nos ven como fenómenos. Todos llegamos enteros a este mundo pero sucede que en el camino algunos vamos perdiendo las piezas.

A Van Gogh le gustaba pintar la luz por que era tanta la oscuridad que le perseguía que aquel color tan increíble le daba la vida que se le escapaba. A todos los locos nos recomiendan un poco de sol una vez al día, he escuchado muchas veces la misma recomendación aunque prefiero no seguirla, prefiero la luz azul es ahí dónde encuentro la calma y la tristeza. Cuando veo el azul pienso en Van Gogh, en su noche estrellada, en el azul de su dormitorio en Arlés en la tristeza de su aura y en su visión del mundo que no está tan lejos de la mía.

En la cinta Van Gogh en la puerta de la eternidad del Dir Julian Schnabel y protagonizada por Willem Dafoe podemos ver un poco más de esta visión oscura y caótica del pintor enfocada en sus últimos años de vida, específicamente durante su estancia en el Pueblo de Arlés donde el pintor pasa uno de los peores momentos de su vida personal y profesional pues sumido en la pobreza y bajo el veneno de la soledad Vincent comienza a descubrir que estas desconexiones con el exterior le sobrepasan, el miedo y la ansiedad de perderse a sí mismo le obligan a aferrarse a lo único que lo mantiene cuerdo. El arte. Aunque se tienen datos de que el pintor no fue diagnosticado ni presentado con síntomas durante su niñez o juventud, siempre estuvo consciente que había en su forma de percibir el mundo algo que no encajaba pero se aferró al arte como el único don que Dios le había otorgado.

Uno de los mensajes más importantes de esta entrega es la idea de comprender el arte bajo su función más primitiva. La de ser un refugio para los desahuciados, los perdidos, los que vemos en la luz un hilo de vida. Es importante pensar que el arte no es una cura ni un modo de sanar el caos, es más bien un lugar, un hogar de acogida cuando no se sabe donde estar.

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Olivia Negro
Shango Lector BLOG

Escribo por que no tengo otra cosa que hacer en el mundo y de no hacerlo moriría. Para más filosofía sin sentido @aceitedolivia en tuirer