LÁGRIMAS DE MARMOL

Olivia Negro
Shango Lector BLOG
1 min readJan 10, 2021

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En mi cerebro nada funciona como debería, las luces se cortan de vez en cuando. Vuelvo, no la reconozco, he visto sus ojos en otro sitio. Son idénticos a los de mi padre, pero la mirada es distinta, violenta, vacía. La miro siempre sin saber nada de ella. Parece que los inviernos no le cambian la cara es igual en cada reflejo pero no me pertenece por más que intente mirarla.

Tomo una dosis de magnesio, el pánico, las naúseas y el dolor intenso en lobulo parietal izquierdo se disipa, queda solo una punzada. Como la de agujas que marcan su sitio en un territorio blando y espeso, duele pero se soporta.

Levanto los ojos y la miro de nuevo, es ella; atónita en el mismo sitio. Si pudiera contarle lo que siento, lo que he visto, no me lo creería. Se sabe triste. Me mira sabiendo que la he perdido, la miro deseando no haberla dejado tanto tiempo sola en la oscuridad que tanto le aterra. Es ella, soy yo, de nuevo frente al espejo, sin reconocer una pizca del pasado, llenando de lágrimas los 600 gr de magnesio que me atan al mundo.

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Olivia Negro
Shango Lector BLOG

Escribo por que no tengo otra cosa que hacer en el mundo y de no hacerlo moriría. Para más filosofía sin sentido @aceitedolivia en tuirer