Monólogo del monstruo intangible

Yaret R.
Shango Lector BLOG
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4 min readApr 16, 2020

Ayer por la mañana intenté convencer a tu vecino de que buscara su acta de nacimiento, porque quizá la perdió en su última mudanza, luego de que todas sus cosas estuvieran en cajas durante dos semanas. Le pregunté por la noche si la había buscado… no me respondió y pudo dormir, pero me encargué de paralizar su cuerpo para que pensara en el acta por la madrugada, y en la mañana fue a buscarla… ¿sabes dónde está la tuya?… Después canceló los enlaces para sus cursos en línea, porque no era un buen día para tomarlos, así que los postergó. Dijo que si hoy terminaba de desempacar podría estar libre para los cursos mañana, pero se quedó acostado mientras le preguntaba si había tomado la decisión correcta. Podría haber desempacado hace dos semanas y hoy estaría tomando sus cursos, al final no hizo ninguna de las dos cosas.

Con esta introducción tan aleatoria me presento, porque así es la forma en la que me manifiesto, cuando menos piensas, literalmente, cuando estás haciendo nada, pero también en los momentos más importantes de tu vida. Estoy en los espacios más silenciosos, provoco ocio y culpabilidad, y luego te aliento a empezar un proyecto para activar tu procrastinación, y así, no lo termines, a veces tomo materia y me convierto en la piel lastimada de tus uñas mordidas, en la irritación que provocó la comezón de tu cuero cabelludo. Soy el cabello que se queda enredado en tu cepillo, estoy en las cosquillas en tu espina dorsal cuando estás a punto de dormir, me activo cuando oyes ruidos en tu casa pensando que son tus gatos, pero ellos están dormidos contigo.
Soy el temblor de tu pecho y el sudor que no puedes controlar cuando te presentan a alguien.

“CÓMO MATAR A LOS MONSTRUOS” Collage digital. Yaret Ramírez, 2019

Justo hoy por la tarde cuando fuiste a comprar cualquier cosa te hice volver a tu casa para revisar que no olvidaste las llaves, luego confirmamos que siempre las tuviste en la bolsa … solo regresamos para confirmarlo… pero, ¿y si también olvidaste la cartera?, solo quería corroborar que no me habías olvidado.

No quisiera que por ningún motivo se me olvide.

Nunca me adelanto a las citas que tengo con los que acompaño desde lo más profundo de su existencia, incluso en tus terapias no sabes como nombrarme, tu terapeuta te dice que soy pero… ¿y si ya estas olvidándome?, está muy cara la terapia, ¿no crees? Según yo hace una semana, por la noches pensamos en las deudas que tienes, ¿y si usas ese dinero para pagarlas?, aunque… después debas volver al diván a acostarte otra vez.

En realidad tu y yo no somos amigos, más bien somos los mismos, soy parte de ti, soy esa anécdota de tu infancia cuando no pediste permiso de ir al baño por miedo a que la maestra te dijera que no y así se rieran de ti, me manifesté cuando se te olvido la exposición que preparaste noches antes, también en tus exámenes de la escuela y cuando querías invitar a salir a esa otra persona.

Tiene razón tu terapeuta, me llamó: Ansiedad, la que te dispersa en las reuniones y te aísla con sonrisas forzadas. Soy casi inmortal: soy quien obstruye a miles de personas por minuto, soy aleatoria, imprudente e insaciable.

Autor desconocido

Me he disculpado con otros seres con los que viví por años, te cuento que me borraron tirando casi toda su casa, otros incluso se mudaron y ya no me guardaron en las cajas, otros se quedaron en la misma casa pero yo vivo afuera, justo a la salida de su puerta y solo me invitan a pasar cuando están solos de nuevo.

Casi siempre crezco, pero a pesar de todo, no soy cruel: les permito olvidarse de mi: soy práctica: me vuelvo pequeña, casi invisible, casi, para que ustedes se instalen sin preocupación en la vida, se distraigan y se reproduzcan para mí.

Me activo con facilidad, aunque algunos otros seres saben como desactivarme por todos esos años de estudios sobre mi.
Y, aunque ustedes no lo crean, soy puntual: nadie me merece, soy quien hizo que quien escribió este texto pasara todo el día pensando en cómo hacerlo, pensando que nadie iba a leerlo, incluso pensó en postergarlo y dormir una siesta de 4 horas. Pensó que durmiendo iba a poder escribir mas y así terminarlo.

Los tengo tan en la mira que materialmente es imposible que me retrase un segundo y, ustedes son tan frágiles que piensan que viviré en su cuerpo hasta que mueran, en realidad no saben que la única respuesta a mi inactividad e invisibilidad y casi desaparición, está en sus capacidades mentales y en sus trabajos de activación para aislarme. Te ayudaré con un ejemplo: piensa tan solo en tu perro o gato que hoy mordió el papel de baño, si, así es, a veces también vivo con los animales, y solo cuando lo sacaste a pasear llegó a dormir sin despertar cada 5 minutos… si ellos lo entienden… ¿dónde esta tu criterio si es que aún no me comprenden?…no caben pretextos: podremos vivir juntos desde tus 5 hasta tus 50 años y entonces tal vez si, tal vez todos me merezcan.

Ilustración por changosperros

¿Qué sientes cuando sientes ansiedad? LEÉME, no estas solo , vuelve a tu ansiedad invisible.

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Yaret R.
Shango Lector BLOG

Sensible empedernida, Malabarista de palabras, colecciono historias y tés. Las fotos e ilustraciones son mías a menos que diga lo contrario.