Veinte veinte

Pame Perez G
Shango Lector BLOG
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3 min readDec 31, 2020

Recapitulando todo lo que viví en este año, puedo decir personalmente que de todos los males que hubo, saco lo mejor.

El 26 de enero del 2020 nació casi a las 18:00 horas mi bebé José Emilio, la luz de mi vida y mi más grande inspiración. A partir de ese día viví un carrusel de emociones, volví a vivir como cuando era niña, un día a la vez, fijándome en todos los pequeños detalles que tenía para mostrarme esta alma nueva con la que convivo todos los días. Hubo cientos de primeras veces que ví en este año. La primera vez que me sonrió, la primera vez que lo ví comer, su primer diente, la primera vez que gateo, su primer palabra, la primera vez que dormimos abrazados y así muchos otros.

Agradecí infinitamente que pudiera acompañarme mi esposo en todo este proceso, sin la pandemia las cosas habrían sido extremadamente distintas, el tiempo compartido escaso y la cercanía que se tienen mi esposo y mi bebé nula.

Cada mes fue un descubrimiento nuevo, siento que para ser padre tienes que entender que la única constante va a ser el cambio. Cuando creí tener dominadas las horas de siesta ahora tenía que dormir menos el bebé, pasar de tres a dos siestas. Cuando creí saber lo que le gustaba comer y su textura dejaba de aceptar su comida favorita y las papillas para aventurarse a comer trozos y comida que antes no comía. Había días muy buenos donde dormía casi toda la noche de corrido y otros de verdad malos con hasta 6 despertares (aún me voy a la cama como una ruleta rusa sin saber que me depara cada noche). Un día dejó de estar quieto y paso a tocar absolutamente todo lo que veía y meterlo en su boca. Dejo de estar sentado y empezó a gatear, ahora no hay manera de que lo tengas quieto en ningún lugar. Su nuevo deporte favorito es subir las escaleras y ya aprendió como bajar de la cama solo, ahora me pide que lo suba cada 5 minutos para el solo poder bajarse. Descubrí con que música baila más, cuáles libros le gustan, su juguete favorito… pero sé que mañana eso va a cambiar estoy consiente que cada día que pasa es un regalo hermoso que me da la vida y mi hijo. El 2020 me enseñó que no se si hay un mañana, tengo el hoy y tengo que disfrutarlo al máximo.

Hubo momentos dificiles como el inicio de la lactancia, que por mas que investigues, la práctica siempre es muy distinta, acoplarte a la salida de leche, un buen agarre y todo lo que conlleva el post parto. Otros incluso peores como su primer caída y el dolor que tienes al sentir su dolor como propio. Y algunas cosas inevitables como los golpes, raspones o machucadas que por mas esfuerzos siempre van a estar ahi. Creo que lo peor no es la caída pero el sentimiento de culpa y es que como padres esa también es una constante, cuando el bebe se va a dormir solemos pensar en todo lo que pudimos hacer mejor, las veces que lo descuidamos en el día, cuando fuimos muy duros con ellos o todas aquellas veces donde pudimos ser mas cariñosos.

Este año siempre lo recordare con mucho amor por ser el año en el que mi ángel nació, y al mismo tiempo lo recordare con mucho respeto por todo el mal que causó. Deseo a todos los padres que están iniciando esta aventura atesoren cada momento como si fuera el último porque en un abrir y cerrar de ojos pasa un año y tu bebé crece y se vuelve un niño…

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