Yōkai
Tu insistencia en el retorno, ¿por qué?
mi fatiga que ahora llena el rincón, ¿por qué yo?
la confusión arrastra las olas,
como las dudas,
ondeantes lagrimas que perduran y
se deslizan, sobre la pupila cristalina,
en la que nadas todas las tardes,
donde te refrescas cada noche;
tu lugar favorito para aparecerte
Te has convertido en un fantasma recurrente y yo
embrujado hasta los recuerdos,
cuando mis dedos empapaste de un extraño cítrico y
exótica savia, casi tibia;
pienso en el calor de las mañanas,
en tu cuerpo recién bañado,
blanca espina que vive en mi todos los días.
No nos vamos a esperar porque ya no lo queremos como antes
Porque no vamos a poder, nos vamos a cansar
Ya me acostumbré a verte en las nimiedades.
Esperar solo sería una ilusión de que seguimos ahí,
seguido del vacío que causa la espera,
cual gota sobre piedra, como el tiempo en la entropía.