De Emily Brontë a Kate Bush: un post-análisis post-moderno de Cumbres post-Borrascosas (la canción, no tanto la novela)

Shy-Guy
SHYMATAZZ
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7 min readOct 6, 2018
Kate Bush… ¿o Emily Brontë?

Luego de varios meses de ausencia, SHYMATAZZ regresa a Medium. Yey. ¿Por qué? Porque esto es 2018 y nada es MÁS 2018 que seguir publicando un blog…

La verdad es que Erizos.mx fue un anfitrión agradable por un rato, pero su audiencia nunca mordió el anzuelo del contenido musical que tradicionalmente ofrece esta columna. Ante la disyuntiva de reseñar capítulos de Made in Mexico o volver a tener cinco lectores en esta humilde casa, me resigné a esta última opción.

No obstante, voy a hacer algunos cambios para que esta columna sea más digerible para el lector promedio. En primer lugar, voy a limitar estos artículos -que antes se extendían hasta el pinche infinito- a mil palabras. Así es, voy a trazar la frontera a mil palabras y ni una coma de más. Igual y eso me obliga a cortar toda la paja que antes plagaba a estos textos. Vamos a hacer que esta lectura fluya mejor, sin tanta metáfora innecesaria, sin tanta digresión sin punto. Lo cual me recuerda a aquel artículo que publiqué en… ¡Ajá! ¡Jejey! No no no no. Nada de digresiones. Aquí el viejo Shy les hubiera contado una pintoresca anécdota que no tiene nada que ver con el tema principal de esta columna, digamos como ejemplo, sobre su parecer de Green Room, la cual acabo de ver porque se acaba de estrenar en Netflix, así que me dije a mi mismo, oye Javier (porque ese es mi nombre real y verdadero) que te parece si vemos una de las últimas actuaciones de Anton Yelchin, que en paz descanse, aprovechando que apenas son las 2 de la mañana. No suena mal, pensé con sagacidad, Green Room fue una de las grandes recomendaciones en su momento, pero no la podía ver porque no tenía (ni tengo) una suscripción en Amazon Prime. Porque Green Room era una exclusiva de Amazon Prime, en aquel entonces. Pero ya no lo es. Y como ya no lo es, entonces ya la puedo ver. Y en efecto, eso es lo que hubiera escrito el viejo Shy. Solo que de ahora en adelante, no más digresiones. Ni metáforas.

En segundo lugar, voy a escribir menos groserías y seré menos vulgar. Tal vez. En realidad, solo me voy a comprometer al primer punto, chingue su madre.

Ahora bien, ¿cómo reanudar mi columna de SHYMATAZZ para volver a picar el interés de mis cinco lectores? Luego de reflexionar por seis o siete segundos, la respuesta me pareció bastante obvia. ¿Qué podría ser más fascinante -me dije yo- que el vínculo que existe entre la literatura inglesa de mediados del siglo XIX y la música pop de los 70?

¿Sigues leyendo esto? ¡Exacto! ¿Ves cómo tenía razón?

Pero antes de entrar de lleno a este fascinante tema, algo de contexto.

A inicios del presente año, cuando buscaba material para el compa Víctor Belén (no le tienen que dar like a su página), me topé con el dato de que el 30 de julio se conmemoraba el segunda centenario del natalicio de Emily Brontë. ¿Emily quién? A ver, les cuento. Emily Brontë fue una escritora inglesa del siglo XIX. Entre sus obras más famosas destaca la novela Cumbres Borrascosas. Y de hecho eso es todo. Me temo que no llegó a publicar otra cosa en su breve vida, fuera de algunos poemas esparcidos por aquí y por allá.

Emily Brontë… ¿o Kate Bush? (o tal vez Charlotte Brontë)

Hace un par de meses me puse a leer Cumbres Borrascosas (Wuthering Heights, para todos los snobs que quieran buscarlo en Amazon en su idioma original). Y bueno, para el que no haya tenido el gusto, la novela es algo así como un triángulo de amor bizarro que desemboca en una historia de venganza de muerte lenta. Piensa en Jane Austen mezclado con… no sé, una película de Noah Baumbach donde todos son súper mal pedo… ah, y ciertos toques de There’s Something About Mary, pero Mary es una loca súper intensa y sus pretendientes son unos clavados rencorosos que odian la vida.

Aquí en México, tanto la obra como la autora son relativamente desconocidas, así que no había forma de abordar este aniversario desde un ángulo que pudiera interesar a los lectores de Víctor Belén (que tengo entendido, también son como cinco o seis; nueve en sus mejores días). Sin embargo, Cumbres Borrascosas es de aquellos libros de la literatura clásica que uno encuentra sin mucho esfuerzo en los planes de estudios de clases de inglés por todas las escuelas del Reino Unido. Es decir, si naces por allá, a huevo te toca escribir un reporte sobre este libro, te cague o no.

A causa de su popularidad entre los brexitanos, Cumbres ha gozado de varias adaptaciones al cine, televisión y teatro. Y claro, la música pop no es ninguna excepción. De lo primero que me vino a la mente era un disco de Genesis titulado Wuthering Heights, aunque a mi parecer es de su material más prescindible, justo cuando Peter Gabriel abandonó sus filas y dejó en su lugar al baterista en aquello de la cantada. Pero la que sí supo qué hacer con este material fue una muy joven Kate Bush.

Debo admitir que me late Kate Bush, aunque a decir verdad, ese encanto se limita a Hounds of Love. Por alguna razón, nunca le presté atención al resto de su discografía y no fue sino hasta tiempos recientes que escuché su debut. “Wuthering Heights”, primer sencillo en la trayectoria musical de miss Bush, fue compuesto cuando la artista tenía apenas 18 años de edad (y hasta la fecha sigue siendo su canción más popular, según Spotify).

El sencillo tuvo su estreno en 1979, a pesar de las objeciones de la disquera. Afortunadamente, la joven Kate se aferró a la obsesión de su adolescencia como primer sencillo, y así llegó a ser su forma particular de darse a conocer al mundo. No podría ser algo más extraño ni más apropiado.

WO-thering, WO-thering, WO-thering

La canción, en efecto, funciona como resumen de la novela, narrada desde el punto de vista de Catherine Earnshaw, ya transformada en un fantasma (esto no es ningún spoiler ya que el lector se entera de la muerte de Cathy en los primeros capítulos). En la canción es de notar el falsete empleado por su tocaya no-ficticia, notas que a mi parecer, la cantante prefirió no volver a tocar desde entonces (aunque igual y hay otras rolas por ahí que no he escuchado).

“Wuthering Heights” alcanzó el número 1 en el ‘Topodapops’ de la BBC, no obstante la carga literaria (o quizás gracias a ésta). Es poco usual toparse con canciones de pop inspiradas o basadas en obras de la literatura, pero llega a suceder. En la mayoría de los casos, el resultado pasa desapercibido o suele ser algo mediocre, pero hay ocasiones en la que el artista le hace justicia a su referencia (por ejemplo, “Venus in Furs” de la Velvet Underground, “White Rabbit” de Jefferson Airplane, o por qué no, “Las batallas” de Café Tacvba). “Wuthering Heights”, por supuesto, cae en este casilla (de lo contrario, no estaría escribiendo esto, perdón).

Pero más que un homenaje a un libro favorito que cumple la función de rellenar un disco, Bush tuvo (o quizás todavía tiene) un vínculo emocional con esta novela del periodo gótico. Kate, la cantante adolescente, obviamente se identifica con Cathy, el personaje trágico, y esa devoción a la historia se transmite a la audiencia (dato que me consta luego de ver los videos de cientos de fans disfrazados con el vestido rojo de Kate Bush en el primer video de “Wuthering Heights”).

Es divertido hacer un listado de las demás coincidencias, las cuáles abren la posibilidad fantástica de que Bush es algo así como la reencarnación de Emily Brontë (o quizás uno de sus personajes que se ha escapado del umbral de la imaginación). Kate y Emily nacieron un 30 de julio, aunque con 150 años de diferencia. Afortunadamente, Kate no murió a los 30 años de tuberculosis como la escritora, ni tiene otras hermanas involucradas en la industria musical, PERO así como Wuthering Heights es la única novela de Emily que se volvió un éxito de ventas inmediato (claro, también fue la única que pudo escribir en vida), “Wuthering Heights” es el único sencillo de Kate Bush en llegar al primer puesto de las tablas de popularidad (dato que me parece increíble, ¿qué nadie escuchó Hounds of Love en su momento?).

Y… creo que esas son las únicas coincidencias que tengo anotadas. ¿Ya son mil palabras? ¿Me pasé por doscientas? Pero cómo, si ni pude clavarme de lleno. Meh… equis. Me da flojera editar esto.

Ingleses siendo ingleses

P.D.: ¡Ok! Necesito pluggear un par de cosas. En primer lugar, ¿ya se integraron al grupo de Facebook MDF? Es como una agenda de próximos eventos y así. Por si alguien todavía va a conciertos.

P.P.D.: Todavía estoy armando una lista de mejores canciones del 2018… ahí va. Denle una oída si tienen 20 horas libres.

P.P.P.D.: Me parece que eso es todo lo que tengo. Voy a ir al festival Hipnosis. Tal vez escriba algo al respecto para el próximo Shymatazz… o tal vez no.

P.P.P.P.D.: ¿Ya vieron Green Room? ¿No? ¿Qué les pasa?

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Shy-Guy
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