Madurar de golpe por decisión propia

Nadia Mansilla tiene 22 años, vive en el barrio de Flores junto a su familia, y actualmente estudia para ser Técnica de Laboratorio. Fue madre a los 14 y desde ese momento todo cambió.

Lau Goicoechea
5 min readNov 22, 2018
Nadia y su hija Morena.

Nadia Mansilla , junto con su historia, rompen con el mito de que “la educación sexual existe en Argentina”. A los 14 años, por falta de educación, quedó embarazada.

“Fue muy difícil pasar por eso”, menciona reiteradas veces, con dolor en su tono. Tenía miedo de contarle a su madre, no caía en lo que estaba pasando y recién en el quinto mes, le comunicó a su familia que estaba esperando una hija.

Ese mes de embarazo marcó un antes y después en su vida, no solo porque fue el momento en el que comunicó la noticia, sino que también el padre de su hija decidió abandonarlas.

Actualmente él la ve muy poco, incluso a veces, pasa un año sin tener contacto con la niña.

Sí, este es uno de tantos casos en los que la madre debe cumplir también, con suplir la ausencia del padre.

El cambio que debió afrontar fue complicado, cargado de cosas malas y buenas, pero con amor y el apoyo de su familia y su novio, pudo llevar una vida como mamá y adolescente, destaca Nadia con un brillo en sus ojos.

Según las cifras del Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia, cada día, 306 menores de 19 años se convierten en madres, 240 por primera vez, 50 por segunda y 10 por tercera. Y el 70% de esos embarazos no fue planificado. En la franja de 10 a 14 años de edad, suceden 3.000 embarazos por año.

Morena, hija de Nadia Mansilla.

Cuando quedó embarazada estaba cursando octavo grado en un colegio privado, pero cuando le contó la noticia a su madre ya eran las vacaciones de verano.

Por temas económicos tuvo que cambiarse de institución educativa, por lo cual empezó noveno donde la conocían y la apoyaron con su decisión de continuar con esta nueva forma de vida.

Nadia nos cuenta como es Morena, su hija, destacando que “actualmente tiene 7 años, es re tranquila, siempre está feliz con quien le toque quedarse y eso también me ayuda mucho”. Lo dice con orgullo.

“Creo que es la forma en la que la criamos lo que hace que ella no tenga problema con nada, y así yo puedo seguir estudiando y haciendo mis cosas”, añade.

Miradas opuestas sobre el aborto

Para evitar la pregunta-respuesta, decidí proponerle a Nadia que comparta una conversación con María, de 52 años, que trabaja en el ámbito educativo y me pidió que reserve su identidad.

María sentencia convencida: “Las chicas jóvenes se embarazan para cobrar un plan social”. Lo hace con un tono despectivo, y haciendo un gesto de disgusto en su rostro.

Lo enfatiza segura. Y me pregunto si conoce a todas las mujeres que quedaron embarazadas a edad temprana. Su generalización con un tono sobrador da bronca.

Nadia, ante esta idea que escuchó, explica: “Puede haber gente que lo haga, pero primero te tenés que informar de la vida de cada una de esas chicas. En la actualidad, no hay educación sexual y esto afecta la vida de muchas mujeres y hombres porque no es solamente hablar del sexo, es saber que cada uno puede decidir sobre qué es lo que quiere hacer y lo que no”. Continua su discurso diciendo que muchas mujeres sufren porque no las dejan decidir.

María, le responde: “Las menores de edad no están listas para tener hijos, tienen que abortar o darlos en adopción”.

Con menos de la mitad de los años que tiene María, y sin trabajar en una institución educativa, Nadia sabe separar, hacer foco en la educación y no generalizar en los casos.

“La educación sexual es para que puedan decidir, pasar por un aborto no es nada lindo pero si deciden eso está bien porque todavía son chicas para tener tantas responsabilidades, pueden tener hijos más adelante y son dueñas de su vida.
Por otra parte, si quisieran continuar con el embarazo pueden seguir su vida como todas, porque no es imposible para nadie pero ayuda vas a tener en todas partes, todo se puede en la vida”,
dice convencida.

Y agrega: “Con el tema de darlos en adopción no estoy del todo de acuerdo, ya que como dije antes muchos de esos chicos viven toda su infancia y adolescencia en los orfanatos. Y cuando cumplen 18, terminan en las calles pero también tendrían que cambiar las leyes para que esto no suceda y que sea más fácil adoptarlos”.

Propuesta de aborto en primera persona

Debido a que mencionamos el aborto y estamos en ese contexto, le consulté a Nadia si a ella le habían ofrecido optar por esa interrupción del embarazo.

Su respuesta me impacta y me ayuda a comprobar que la Educación Sexual Integral, no existe o se brinda en cómodas cuotas.

“Si, fue lo primero que me preguntaron, pero ya estaba muy avanzado el embarazo aunque igual mi respuesta fue seguir con el mismo, ya que no sabía lo que era abortar”.

Nadia está favor de la interrupción voluntaria del embarazo, como vimos en sus expresiones anteriores. Para finalizar agrega que “cualquier mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo, y por este motivo no pueden morir más mujeres por intervenirse en lugares inadecuados. Sea legal o no, si ella no quiere el embarazo, va a buscar la forma de abortar, y es así como mueren desangradas o por infecciones”.

En Argentina hay alrededor de 450.000 abortos clandestinos por año, según una investigación realizada en 2005 por dos demógrafas (especialistas que estudian la evolución de la población), Edith Pantelides y Silvia Mario, a pedido del Ministerio de Salud de la Nación.

Durante el año 2016 -último medido por la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS)-, se produjeron 245 muertes maternas. De ellas, 135 se debieron a causas obstétricas directas, es decir, resultado de complicaciones del propio embarazo o parto; 67 fueron por causas indirectas, o sea por problemas de salud preexistentes; y 43 se debieron a “embarazos terminados en aborto”.

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