La maldición de Hill House: la serie que te pone los pelos de punta

Una casa embrujada, una historia familiar y una trama espectacular son lo que hacen a una de las mejores series de terror y suspenso que hayamos visto

Jesica Román
5 min readJan 27, 2019

Una de las mejores series de terror de los últimos tiempos (y de la historia, por completo). La nueva serie de Netflix logró y superó las expectativas.

Está basada en el libro de la escritora Shirley Jackson, publicado en 1959. La historia ya tuvo lugar en la pantalla grande, y hoy la tiene en todos los dispositivos.

La familia Crain llega a Hill House, una mansión escalofriante que se encuentra a las afueras de la ciudad.

Al comenzar el primer capítulo se puede ver al niño Steven en su habitación cuando su padre entra, lo despierta en medio de la noche y le pide silencio. Cierra la puerta de la habitación y el picaporte comienza a moverse como si del otro lado alguien intentara abrirla. A los pocos segundos el padre Crain le pide que cierre los ojos y salen corriendo del lugar. Steven logra ver a una mujer seguirlos. Salen de la casa y se van, junto a sus cuatro hermanos.

La historia hace saltos en el tiempo y explica lo que pasa en el presente con hechos del pasado.

Al principio es difícil entrelazar a los personajes con sus versiones de niños y adultos. Sin embargo, esta dificultad desaparece al adentrarse en la historia y aprenderse sus nombres. Mientras tanto, el espectador se pierde de algunos detalles y situaciones.

Olivia y Hugh Crain, un matrimonio de arquitectos se muda junto a sus hijos temporalmente para poder remodelar la casa y luego revenderla. Se abre una nueva incógnita: la aparición del cuarto rojo, al cual era imposible entrar. En el transcurso de los capítulos éste deja de tener tanta importancia hasta el final de la serie.

En un principio la trama no es diferente a lo que estamos acostumbrados a ver: una familia se muda a una nueva casa y comienzan a suceder hechos sobrenaturales. Sin embargo, la historia que hay detrás del terror es magnífica.

El director, Mike Flanagan, logra, a través de los escalofriantes escenarios, un buen manejo del suspenso, manteniendo la intensidad y agregando ese plus de emoción a la mitad de la serie.

En el presente se ve a los cinco hermanos: Steven, Shirley, Theodora y los mellizos Nellie y Luke. Todos de alguna forma conectados con su pasado. Shirley maquilla muertos, Theodora tiene un sexto sentido, los mellizos siguen viendo a sus fantasmas en distintas etapas de su vida. Y Steven, cree que su familia tiene una enfermedad mental hereditaria y busca una explicación lógica a todo lo que sucedió en su infancia. El hermano mayor escribe novelas de terror, lo cual relaciona al personaje directamente con Shirley Jackson.

Es muy interesante cómo se definen las personalidades de cada personaje. Cada cosa que sucede en la serie se conecta con la muerte; y por eso los hijos Crain reflejan cada fase del duelo.

Steven la etapa de negación. Shirley, la fase de la ira. La etapa de negociación está plasmada en Theodora, que siempre busca encontrar razones, y ver ambas caras de la moneda. Luke representa a la depresión, refugiada en las drogas. Y, por último, la aceptación, visible en Nellie, quien asume lo inevitable e intenta convivir con su dolor.

En el transcurso podemos notar la aparición de la mujer del cuello roto que se le presenta a Nellie, el hombre del sombrero que se le acerca a Luke. Theodore y Shirley viven algunas situaciones extrañas, como escuchar ruidos y sentir golpes en las paredes. El único que no se siente atormentado es Steven. Es quien ve, como la casa empieza a alimentarse de Olivia, su mamá.

Sin dudas es una serie que sorprende hasta a los más detallistas. Por eso, quien elige verla por segunda vez se termina fascinando mucho más con la historia. Las idas y vueltas en el tiempo terminan teniendo un sentido lógico, lo que le da una dosis escalofriante a la historia, evidente al conocer el motivo del suicidio de Nellie, la hija menor.

Hay muchos elementos en la serie que generan una mayor atracción, como la conexión que tienen los mellizos, la inclusión de la parálisis del sueño, los saltos en el tiempo (perfectamente logrados), los fantasmas que aparecen escondidos en diferentes escenas, el dato de que la muerte de Nellie haya sido a las 03:03 am (conocida como la hora de los espíritus), y que lo sobrenatural ocurra siempre de noche.

Sin embargo, la serie abre tantas incógnitas que al final quedan cosas sin explicar, como el por qué la familia escuchaba ladridos de perros de noche si en realidad no había ninguno ¿Acaso quedan para una segunda temporada?

Cada frase tiene sentido desde el primer momento. El guion está bien pensado hasta en el mínimo detalle, cada palabra dicha por los personajes tiene un por qué. Y eso resulta ser fascinante.

Otro punto para resaltar es la elección de los actores. Los parecidos de los a adultos, con los que recrean la niñez de los personajes son increíbles. Un claro ejemplo es el caso de Hugh Crain, personaje hecho por Henry Thomas para el pasado y Timothy Hutton para el presente.

Es muy destacable la actuación de los más chicos. Además, las personalidades están bien logradas por todo el elenco.

Sin dudas es una serie que llegó para revolucionar el género de terror, utilizando elementos que ya fueron vistos antes y encontrándole una vuelta de tuerca que terminó por sorprender a todos y enamorar incluso a quienes no consumen este tipo de historias.

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