El primer servicio de streaming musical de la historia

David Alvarez
45rpm
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4 min readDec 21, 2021

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Hace 20 años nos hubiera parecido algo inconcebible el hecho de escuchar cualquier canción de manera inmediata con solo pulsar un botón. Los servicios de streaming musical son -hasta la fecha- la gran aportación del siglo XXI a la historia de la música. Un prodigio tecnológico que ha cambiado radicalmente, no sólo la industria fonográfica, sino la manera en que nos relacionamos con la música. La compra de vinilos o CD’s queda ya como vestigio de un tiempo donde lo tangible era la única vía de acceso a escuchar música elegida por nosotros, sin depender de la aleatoriedad de la radio.

Spotify, Apple Music o Amazon Music son proveedores de streaming musical de sobra conocidos por cualquier persona sin importar el rango de edad o la clase social. El streaming es el canal definitivo para escuchar música en estos primeros pasos del cambio de milenio. Pero lo cierto es que la idea de llevar música a los hogares a través de las líneas telefónicas no es algo nativo de la era de internet. El primer servicio de streaming musical de la historia estuvo disponible…¡a finales del siglo XIX!

En 1893 la London Electrophone Company fue capaz de llevar el sonido en directo de los teatros y salas de conciertos hasta los hogares a través de las líneas telefónicas, utilizando para ello un aparato llamado Electrophone.

En aquellos primeros años de la invención del teléfono, los más avezados se dieron cuenta de que el invento no servía solo para llevar la voz de persona a persona, sino que podía utilizarse para que el sonido llegara a muchas personas a la vez. Y si a través de un cable podía viajar la voz, ¿por qué no música también?

Sala de audición Electrophone. 1903

London Electrophone Company ofreció su servicio de streaming entre 1893 y 1925, llevando a los hogares más pudientes no solo música, sino también charlas científicas, eventos religiosos o culturales, con la particularidad de que siempre eran acontecimientos en directo. La industria del disco todavía se encontraba en estado embrionario y lo que el público demandaba por entonces era poder disfrutar de esos acontecimientos desde sus casas, ya que no siempre había posibilidad de asistir físicamente al lugar.

Para poder acceder al servicio de streaming se pagaba una suscripción anual de 5 libras. Como no todo el mundo disponía de línea telefónica en su casa, se crearon unos salones públicos donde la gente podía disfrutar de los espectáculos sin estar físicamente en la sala de conciertos. Y todo ello mucho antes de que llegaran las primeras emisiones de radio.

El proceso consistía en colocar micrófonos en la sala de conciertos que a su vez iban conectados a la línea telefónica. En las viviendas se instalaba el Electrophone, que era una caja de madera conectada a la línea telefónica y con salida para varios “teléfonos circulares” que no eran otra cosa que el primer modelo de auriculares, invencion del frances Ernest Mercadier. Estos auriculares tenían el aspecto de los fonendoscopios de los médicos. Se podían conectar varios de estos primitivos auriculares al Electrophone para que toda la familia tuviera acceso al evento.

Usuarios de Electrophone en cabina pública

El modelo de negocio consistía en que la London Electrophone Company se encargaba de montar todo el dispositivo en los teatros y salas de concierto y estos teatros recibían una compensación económica a cambio de permitir la transmisión. Además del servicio de suscripción anual, el usuario podía pagar una cuota adicional por acceder a toda la temporada de alguna sala de conciertos específica. El servicio se hizo tan popular que el Electrophone estuvo disponible en hoteles, jardines o locales de ocio, cuyo uso y disfrute se hacía a través de monedas.

Pero como suele ocurrir con las ideas geniales, estas son adelantadas a su tiempo. Estar enganchados a un aparato mediante unos auriculares es algo habitual para nosotros pero en la sociedad victoriana esta forma de escuchar música no terminó de cuajar. La London Electrophone Company cerró sus puertas en 1925 por falta de suscriptores coincidiendo con las primeras emisiones de radio.

Aun así, queda para la historia como esta compañía vio el futuro al ofrecer un servicio que permitía llevar la música en directo hasta los hogares. Una idea que hoy celebramos como el paradigma de la era digital…Pero que la London Electrophone Company la hizo realidad hace 120 años.

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