La gran estafa del efecto Mozart

David Alvarez
45rpm
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3 min readJun 13, 2018

Desde los tiempos de la antigua Grecia hasta nuestros días le hemos atribuido a la música bondades de todo tipo. De hecho, para los griegos, la música era algo con un origen divino. Una creación de los dioses los cuales generaban música tocando sus propios instrumentos. Incluso Pitágoras decía que los planetas emanaban su propia música. A lo largo de los siglos hemos ido perdiendo ese culto al origen divino de la música para acercarlo más al propio disfrute terrenal. Los enormes beneficios que tiene escuchar música están fuera de toda duda, pero todavía está por demostrar que nos haga más inteligentes.

Seguro que has escuchado hablar del efecto Mozart y los supuestos beneficios que aporta a la inteligencia de los niños que son expuestos a las composiciones del genio de Salzburgo. Bien, siento decepcionarte. Se trata simplemente de una burda estafa con un fin meramente económico.

La historia comienza con un otorrinolaringólogo francés llamado Alfred Tomatis, el cual en el año 1991 dijo que la música de Mozart era capaz de curar disfunciones cerebrales. En el año 1993 unos investigadores de la Universidad de California publicaron en la revista Nature los resultados de un estudio basado en unas pruebas de razonamiento espacio temporal llevadas a cabo en dos grupos de personas, 36 en total. Al primer grupo se le expuso durante 10 minutos a la música de Mozart y al otro grupo no. El grupo que había escuchado la música de Mozart durante solo 10 minutos obtuvo resultados mejores que el otro grupo en esas pruebas. Con este simple y ridículo «estudio científico», se puso en marcha toda una maquinaria de hacer dinero. Centros de formación, publicación de varios CD, supuestos expertos, libros, etc. Toda una industria formada alrededor de unos resultados científicos nunca demostrados.

Cualquier publicación científica que publique un descubrimiento en el cual poder hacer más inteligentes a nuestros hijos hace que millones de padres en todo el mundo, de buena fe, se lancen comprar todo tipo de productos relacionados con ese descubrimiento sin ni siquiera contrastar dicho hallazgo científico.

Ningún experimento científico ha demostrado que escuchar música de Mozart nos haga más inteligentes

El resultado de todo aquello derivó en la venta de millones de discos con música de Mozart en los cuales simplemente había que poner una foto de un padre abrazando a un niño muy feliz en la portada del disco junto a las palabras «el Efecto Mozart». Los padres encontraron un método fácil, sencillo, inocuo y barato de hacer más inteligentes a los niños. Poner un CD de Mozart y esperar a que se convierta en un genio por arte de magia.

Hubo hasta un gobernador en Estados Unidos que se gastó unos 100.000 dólares en unos CD del efecto Mozart para regalar a cada uno de los recién nacidos en su estado, lo cual desde el punto de vista meramente populista sin duda funcionó.

No existe ningún tipo de experimento científico que haya demostrado que escuchar música de Mozart o de cualquier otro compositor nos haga más inteligentes. Ojalá fuera tan sencillo. Lo que sí conseguirá la música de Mozart es hacerte más feliz, pero igual que lo hará un madrigal renacentista, una cantata de Bach o una canción de Metallica.

Aunque hay que decir que el Efecto Mozart si funcionó para determinadas personas. Para todos aquellos que montaron una enorme industria alrededor de esta estafa y que consiguieron unos buenos beneficios aplicando el truco más viejo del mundo, vender productos milagrosos.

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