Your Tax Dollars at Work

Singular Factory
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4 min readMar 27, 2020

San Francisco — Seattle

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Este invierno tuve la oportunidad de conducir varias horas por todo el norte de California. En realidad acabé atravesando tres estados de la costa oeste del país. California es uno de esos estados con impuestos federales. Y de los más altos, muy cerca de los de Nueva York y Connecticut que son los más elevados. En los Estados Unidos de América existen impuestos estatales y federales y algunos estados simplemente no los tienen. No aplican impuestos estatales (Alaska, Florida, Nevada, South Dakota, Washington, Wyoming y Texas).

En esta viaje tuve que conducir varias horas por carreteras interiores, así que más de la mitad de los kilómetros fueron entre bosques y costa evitando las autopistas de infinitos carriles típicas de este lado del mundo. Es normal que en algunos tramos del recorrido me encontrara con zonas en las que se desarrollaban tareas de mantenimiento o mejoras, señalizadas con antelación unos cientos de metros. Junto a esas señalizaciones había un letrero que las primeras veces no me llamaba la atención. Parecía la típica señal de presupuesto, plazos, contratista etc. que acompaña a las indicaciones de tráfico, límite de velocidad, trabajadores en la carretera, etc. Y efectivamente lo era. Sin embargo en una de estas ocasiones pude leer con claridad cómo en su diseño comenzaba indicando: “Your Tax Dollars at Work” que traducido al español viene a ser algo así como “tus impuestos en funcionamiento”.

las referencias a lo que representa ese esfuerzo por parte de todos los contribuyentes y el concepto de “aquí están tus impuestos”, “en esto nos los hemos gastado” son constantes.

En realidad, y aunque parece de sentido común. El hecho de explicitarlo de esa manera me sorprendió y me agradó. Era un recordatorio de algo que en realidad todos sabemos, pero ser consciente que circulaba gracias a una infraestructura que habíamos ido pagando entre todos y que esa obra en particular se realizaba gracias a la aportación de todos, era algo que, aunque ya lo había vivido con anterioridad en este país, no terminaba de acostumbrarme a lo explícito, simple y natural con lo que este concepto es asimilado y publicado por todos los contribuyentes americanos.

Una cosa similar ya me había ocurrido en el “Visitor Complex del Kennedy Space Center”. Se trata de unas instalaciones impresionantes diseñadas para que los visitantes de lo aquí se conoce como la “Space Coast” (costa espacial) en el norte de Florida disfruten de la historia de la conquista del espacio. El centro está localizado dentro de las instalaciones de la NASA en Cabo Cañaveral. Un sitio definitivamente recomendable para todo aquel que pueda visitarlo. Donde actualmente empresas 100% privadas como Origin, Boing o SpaceX alquilan las lanzaderas utilizadas por los proyectos Shuttle y Apollo para desarrollar el reciente proyecto privado del espacio.

Durante una visita a este lugar, las referencias a lo que representa ese esfuerzo por parte de todos los contribuyentes y el concepto de “aquí están tus impuestos”, “en esto nos los hemos gastado” son constantes.

En general mi percepción es que la consciencia que los “tax payers” americanos tienen sobre el destino de su dinero es mucho más explícita que lo que veo en otros lugares en los que “el dinero público” realmente parece caído del cielo y es repartido con criterios arbitrarios. El concepto de “en qué vas a usar mi dinero” (o en qué voy a usar tu dinero, en función del actor) es recurrente en los discursos diarios (prensa, televisión y cafeterías). Los empleados públicos son muy muy conscientes de quién es su cliente en todo momento.

Para un ciudadano europeo ver a personas de avanzada edad sirviendo comidas o llevando bolsas de supermercado a los vehículos de los clientes es muy complicado de entender. Lo mismo ocurre cuando intentas entender cómo el país más rico del mundo no tiene un sistema sanitario público mínimamente solidario. Pero en ocasiones, y aunque sigue siendo complicado de asimilar, puedes llegar a entender cómo existen personas buenas, que consideraríamos “con sentido común” que defienden y argumentan este tipo de políticas desde un punto de vista pragmático.

La percepción del Gobierno como administrador de los recursos que todos ponemos a su disposición y al que exigimos transparencia y eficacia en su gestión es mucho más explícita por esta orilla.

Este es un año de elecciones. Ayer vi el primer letrero electoral en el jardín de una casa del vecindario. En este caso era un “2020 Mike Bloomberg”. Pronto las calles se llenarán de pequeños letreros como ese en todos los jardines y fachadas. Pronto muchos anunciarán su intención de voto y candidato al que apoyan. Esa es otra costumbre local que nos sorprende mucho, al menos a los españoles. Pero este es otro tema para otra publicación que escribiré antes de noviembre.

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