En la papa | Día 7

Costa Rica se da el gobierno con menor respaldo de su historia

Alessandro Solís Lerici
sismos
5 min readApr 4, 2022

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Rodrigo Chaves asumirá la presidencia de Costa Rica en mayo próximo y se convertirá en el cuarto mandatario elegido en una segunda ronda electoral. De los cuatro presidentes que han gobernado tras un balotaje, el entrante es el que menos apoyo real del padrón electoral ha obtenido tanto en la primera como en la segunda vuelta. En febrero, solo uno de cada diez costarricenses llamados a las urnas votaron por Chaves; este domingo 3 de abril, tres de cada diez personas inscritas en el padrón electoral le apoyaron. Sí, mastiquemos esto: Luis Guillermo Solís y Carlos Alvarado tuvieron más apoyo real en sus respectivas segundas rondas que Mr. C.

Ya sabemos cómo acabaron esos gobiernos.

Por si fuera poco, Chaves comparte con Alvarado el título del presidente con menos músculo legislativo. Empataron a diez diputados. Una pesadilla política de dimensiones imponentes por donde se le mire, en donde todos los fracasos son del Ejecutivo y todas las victorias de las fracciones del Legislativo que lograron ponerse de acuerdo para que pasara algo. Los últimos cuatro años de Alvarado no se los desean muchos a sus peores enemigos. Así que las probabilidades de que el PSD haga el ridículo en ambos poderes son altas. Y lo hará nada más empezar la legislatura, puesto que la agenda del Congreso estará en sus manos durante los primeros tres meses.

El PSD que Pilar Cisneros liderará en la Asamblea (salvo que haga las de Rodrigo Arias en los dos gobiernos de su hermano, cuando renunció a su curul para ocupar cargos en el Ejecutivo) encontrará, esperemos, una oposición frontal en los 19 representantes del PLN. No es menor que a ello aludiera el propio Chaves en su discurso de victoria, puesto que el panorama está complicado: ninguna cosa importante puede pasar sin Liberación. En campaña, especialmente de cara a la segunda ronda, los egos de Chaves y Fabricio Alvarado no han sido compatibles, pero está por verse su relación en la Asamblea, además del papel que tendrá el PUSC en todo esto. Por lo demás, lo lógico sería que el PLP y el FA se distanciaran todo lo que pudieran del PSD, visto lo visto hasta ahora.

Fuente: Columbia

Entendiendo que muchas personas sentimos vértigo ante la incertidumbre que genera darle las llaves del Ejecutivo a un hombre con tantas cualidades negativas y comportamientos inapropiados comprobados y rumoreados, cabe recordar que su competencia está por verse. Si la ineptitud con la que el PSD aparentemente intentó burlar la ley de financiamiento electoral sirve de brújula, existe la posibilidad de que Chaves, Cisneros y su equipo no estén a la altura de los riesgos a la institucionalidad que se temen de su gobierno. Desde luego, ya veremos qué pasa. Pero hasta ahora ha sido todo retórica y una serie de caballadas que parecen más de choricero amateur que de estratega con una hoja de ruta hacia la autocracia. Por favor, que así sea.

Entrando en el terreno de la especulación, y basándome en las informaciones que se han publicado acerca de las supuestas fechorías cometidas por los principales impulsores de Chaves, me queda la sensación de que luchan contra la corrupción que no les beneficia. Esa es su gran causa. En un Estado que se ha abierto de par en par a un pequeño grupo de particulares que en ocasiones han actuado como los poderes fácticos del país, no es de extrañar que algunos vean la oportunidad de desbancar a quienes han cooptado lo público para beneficiarse ellos y los suyos, como lo harían cárteles en luchas territoriales. Ladrón le roba a ladrón. El asunto radica en que hemos llegado a niveles tan bajos de qué esperar de la clase política, que si esto llega a ser así lo que será interesante de ver es si los que vienen con el PSD son más o menos tontos en la práctica de su corrupción que los que estuvieron antes.

Como puede verse, mis expectativas no son altas. Pero quisiera esperar para saber si estamos sobrevalorando la aptitud de Chaves y Cisneros para hacer lo que han amenazado con hacer, desde los referéndums para todo hasta sus caricaturescos planes contra la corrupción. Estas personas cuentan con el menor respaldo que gobernantes han recibido del conjunto de la población en la historia, a diferencia de los regímenes autoritarios con los que algunos comparan nuestro potencial futuro, donde esos líderes han llegado al poder casi siempre primero con un gran apoyo de la ciudadanía. No se ha conocido hasta ahora la brillantez de una sola ficha del PSD — Chaves ha sido toda su vida un alto funcionario irrelevante de un órgano supranacional que a veces parece que hace más mal que bien, y Cisneros era una populista desde que estaba televisión, donde exhibía una capacidad analítica dedicada siempre a alborotar antes que a reflexionar.

Pese a las ganas que tengo de seguir desdeñando el potencial de la próxima administración para lograr lo que se propone, nada de eso quita que esta noche asistimos a la muerte de una idea de sociedad que desde hace muchos años agonizaba pero que algunos de los sectores más influyentes insistieron en negar que requería de cuidados intensivos. La mirada selectiva de quienes durante consecutivas administraciones han sido juez y parte mientras se ha desmantelado el Estado desde dentro y fuera consiguió resultados efectivos en el corto plazo para ellos. Sin embargo, esa estrategia también alimentó una sensación perenne de desconfianza en una sociedad –cada vez más desigual– que no podía sino desembocar en el proceso electoral más caótico y angustiante que se recuerde jamás.

Si después de esto la incompetencia y la corrupción siguen rampantes mientras el costo de la vida se dispara y las posibilidades de las personas se encogen, el malestar social será incontenible. Pensemos en que la mayoría de las personas que salieron a votar este domingo lo hicieron en contra de todo lo que nos trajo a esta situación. Chaves ganó, pero no tiene el voto de confianza de la población, y deberá ganárselo en un momento en el que el país está para cogerlo con pinzas. Si su gobierno no resuelve los problemas inmediatos de la gente, y si encima sus políticas son tan disparatadas como se han entendido hasta ahora, no tardará en tener que enfrentar las primeras movilizaciones en su contra. Porque una cosa es verla venir, don Rodrigo, y otra bailar con ella. Auguro que no la tendrá tan fácil, y tiene a un país que ya no aguanta mucho esperando para cobrarle todas las que intente hacer.

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