30 cm

La historieta que si no fuera mía no creeria!

Fernando Barandiarán
Skiing through life…

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30 cm es una distancia con la que mucha gente sueña, 30 cm de nieve polvo, el sueño de todo esquiador, 30 cm de …, el sueño de toda mujer, 30 cm de tortilla de patata, el sueño de todo “tapeador” español, en definitiva 30 cm!

Estos 30 cm, en este caso de nieve virgen, escondían una trampa. Si estás apunto de abandonar la lectura, tranquilo no es un relato sobre una esquiada en alguna ladera de alguna montaña con esos 30 cm, aunque incluye un poco de eso también!

La historia incluye una copiosa nevada, una pala de nieve virgen, 4 amigos, un snowpark, un teléfono, un coche y una vieja caravana.

Item 1: Una copiosa nevada

Aspecto meláncolico del parking bajo una intensa nevada. Spot: Parking Tignes Val Claret hecha: (Dic 2013)

Toda buena historia de nieve empieza con una. Llevaba dos días nevando sin parar. Una buena y copiosa nevada. Vinimos de Madrid buscándola y con ella nos habíamos despertado. Toda nevada lleva asociada su parte oscura y su parte soleada, en esta historieta pudimos ver las dos.

Item 2: Pala de nieve virgen

La entrada a otra mitica pala en Baqueira. Foto: Enero 2014

Estábamos en Baqueira, España. Era un lunes (si, mientras otros curraban, otros esquiabamos, GOOD LIFE) a las 10 de la mañana cuando encontramos la entrada a una ladera blanca, reluciente (a pesar de la poca visibilidad), sin tocar en la zona de Beret. Nos miramos y tras ese gesto típico de hombres de aprobación, ese gesto que grita internamente ¡es nuestra, VAMOS!, nos dejamos deslizar entre las rocas que a cada lado guardaban, como puertas de un club de moda en Madrid, la entrada al paraíso. Acto seguido nos dejamos inundar por el placer, por la satisfacción de saberte el primero, por la gratitud que aporta el haberte esforzado en llegar allí y por la subida de adrenalina que convierte nuestros movimientos en precisos giros que vistos con la óptica lejana son simétricos y perfectos. Las próximas tres horas las dedicaríamos a desvirgar la pala y dejarla marcada hasta la próxima gran nevada.

Item 3: 4 amigos

Los 4 amigos preparados para salir por la mañana

De los 7 que habíamos empezado el viaje el viernes a las 5 saliendo de Madrid después de una dura semana de trabajo, solo quedábamos 4. 4 supervivientes que a pesar de la nevada habían decidido alargar el finde de esquí 24 horas más. Los 4 marcamos aquella pala, los 4 paramos a tomar un reconfortante caldo alrededor de la una de la tarde y los 4 salimos media hora más tarde a rematar la jornada.

Item 4: un snowpark

Snowpark Baqueira by Perico Dominguez

Al salir de la seguridad y el calor del refugio de Blanhiblar en Beret, nos encontramos de frente con la ventisca fría que previamente nos había congelado. Decidimos cambiar de ladera y dirigimos nuestros esquís hacía el snowpark. Estaba vacío. ¿Quién sería tan estúpido de estar con esta ventisca a las dos de la tarde en el snowpark?, bien, pues nosotros. Jeje. Después de recibir unos rápidos consejos de uno del grupo sobre como afrontar los módulos más sencillos, nos dedicamos a innovar y a probar a tirarnos con o sin esquís. Aquí sin saberlo empezaría la pesadilla.

Item 5: un teléfono

El día poco a poco fue llegando a su fin. Habíamos aparcado en el parking de Orri a media hora o así esquiando, y aún teníamos que hacer maletas y recoger el apartamento. Eran las cuatro de la tarde y el cuerpo pedía clemencia. Al llegar al coche nos desprendimos con presteza de las pesadas y duras botas, cargamos los esquís en los porta esquís del techo y al ir a parar la aplicación que habría registrado todas las bajadas del día…..

Cargando el coche camino a Madrid

…. SORPRESA, el bolsillo estaba vacío. ¡NO puede ser! me repetía mientras rebuscaba en cada bolsillo de cada prenda y no lo encontraba. ¡NO puede ser! gritaba mientras me desnudaba casi por completo para rebuscar entre los pliegues de la ropa. ¡NO puede ser! me atormentaba mientras recordaba que el teléfono tenía menos de 20 días, ya que fue mi regalo de Reyes. ¡NO puede ser! se marcaba a fuego en mi memoria mientra imaginaba el bajón de comunicárselo a mi padre y de tener que volver a pagar los xxx€ que costaba.

¡NO puede ser! lamenté al fin.

Item 6: un coche

Al fin mis amigos me invitan a montarme en el coche. Me notan abatido, cabreado, algo histérico y un poco decepcionado. Les digo que nos vayamos que en la cafetería no está porque recuerdo haberlo guardado en el bolsillo fuera al hacer fotos. (ésta que sigue al texto). Andrea me inunda a preguntas, ¿tenías activado el “iPhone Finder”?, ¿tenías activado el buscar amigos? , ¿Tenías?; ¿Tenías?; respondo que no a todas, no se que me está preguntando la verdad. Pienso donde he podido perderlo, de repente grito en alto ¿No estará en aquella pala que bajamos después del caldo y en la que me caí a un rió helado, perdiendo ambos esquís, o si no estará en el snowpark al hacer el gilipollas en el modulo?

Estado de la carretera y visibilidad a las 16:30

Andrea da la vuelta al coche en mitad de la bajada, como es 4x4 le da igual que nieve o que no. Acelera y nos dirigimos a Beret, son las cuatro y media y queda media hora para que cierren la estación. Nos dirigimos a objetos perdidos de Beret, nada, nadie ha dado parte. Siendo sincero ¿alguien devolvería un iPhone 5s nuevecito si lo encontrara?, aún así probamos. NADA.

15 minutos para que cierren la estación…

Andrea coge el coche y me deja en mitad de una pista, me calzo botas y esquís en 2 minutos y llego a coger el último remonte. Subo mientras me abrocho todo el material. El pister me pregunta que que hago, que han cerrado ya. Le digo que he perdido un teléfono y que voy a buscarlo fuera de pista. Me mira, masculla algo, debe pensar que estoy loco, pero me dice que me espera abajo, que me de prisa.

Hago el mismo e idílico fuera de pista que por la mañana, ahora la nieve sin pisar ya no mola, ya no me gusta. Estoy cabreado y con frío. Quiero encontrar mi teléfono y no hacer esperar más a mis amigos. Me caigo. Pierdo los dos esquís. Uno se queda enganchado a la roca y no consigo sacarlo. Lo pateo con rabia, el no tiene la culpa, pero en ese momento yo no lo sabía. Por fin con los esquís puestos de nuevo, bajo y encuentro el sitio donde me había caído. Con la ventisca que había MILAGRO 1 de la tarde. Con el móvil de Andrea me llamo y no oigo nada. Rebusco y me hundo en más de 30 cm de nieve nueva ya que sigue nevando. El pister me ve y viene. Me dice que es la hora ya. Ni mueve un musculo para ayudarme. Me desmotiva, me hace darme cuenta que son las cinco y media y que esta anocheciendo. Hundido y abatido me voy. Bajo hasta el coche. Me quito el material y asumo por segunda vez la perdida.

El coche se dirige puerto abajo hacia Baqueira cuando Andrea repite las preguntas: “¿Despistado, seguro que no tienes el “Find my iPhone” activado?” “PIENSA”, mi respuesta: “Yo que coño sé!” Métete y míralo. Me meto en su móvil, meto mi usuario y contraseña y el móvil emite un pitido. iPhone de Fernando a 3km y medio, activo hace 20 segundos.

CRI CRI

¿Qué coño significa esto? Andrea si que está!!!!!! Mira, sale en el Mapa. Comprobando el mapa con el mapa de pistas vemos que está en el snowpark, no en la pala fuera de pista. ¡Soy gilipollas! debería haber probado en el snowpark. Andrea da la vuelta al coche otra vez. Se que no le importa, le gusta conducir en nieve y volver a un parking lleno de ella le encanta. Gracias!

Volvemos al parking de Beret, imposible subir andando o en coche. Probamos a meterlo en la pista y casi nos quedamos a vivir allí. Jeje. Veo a los pisters de Beret irse a casa, les pido casi sin respiración que me suban, que un teléfono, que snowpark, que no se que….. me dicen que han cerrado, que pruebe con el tío que arregla el snowpark, que se aloja al final del parking. Vamos a verle y no está. Ya se ha ido a casa. Normal, son las 6 de la tarde y hace un frío que pela, no para de nevar y es lunes. Asumo por tercera vez la perdida del teléfono. Montamos en el coche y nos estamos yendo cuando…

Item 7: Una vieja Autocaravana

… veo un husky, precioso, dos, tres, cuatro, así hasta 12. Al lado veo un trineo de madera, bonito, antiguo y a su lado un señor, dando de comer en gayumbos a los perros. El señor vive en una vieja autocaravana aparcada al lado de… ¿es eso una MOTO DE NIEVE? Salgo del coche casi en marcha. Hablo con el señor, en español, nada, en inglés poco éxito, es alemán. Recupero algo del alemán que alguna vez tuve y le cuento mi historia, (no toda, no jodas es eterna!), y le pido que si me sube en la moto de nieve al snowpark. Me dice fría y secamente que “NO”, que está cenando con su señora esposa, que hace frío y se señala, está en gayumbos. Entra en la autocaravana y cierra la puerta. Me quedo helado, tan cerca y tan lejos. Apenas un kilómetro en linea recta me separan y no tengo como llegar. Tras lo que no debieron ser más de 5 segundos pero que para mi fueron eternos sale de nuevo con unas llaves en la mano, me las da y me dice “Sube tu, ¿Sabes conducir una moto de nieve?”, le contesto que claro, ¿Quien no sabe conducir una?, no le habría dicho que NUNCA había conducido una, ya que eso me separaba de mi teléfono. Se hacía de noche y me dice “TSCHUSS” (Adiós en alemán). Así sin más me acaba de dar la moto de nieve, no hay más preguntas, no hay dudas.

Se monta Andrea conmigo y subimos al snowpark, mientras rebusco como loco, el me hace fotos. Si es el mítico amigo que fotografía todo, gracias a él tenemos las siguientes fotos.

Recien llegado buscando el iPhone
Algunos buscamos, otros hacen fotos…

No lo encuentro, le grito que me ayude y dentro de la aplicación le da a emitir sonido de alerta. De repente oímos algo, es la bocina de alerta. Está por esta zona. Meto mi mano derecha en 30 cm de nieve virgen y toco algo. Meto mi mano izquierda en los 30 cm de nieve virgen y saco un teléfono negro con algo de nieve congelada. Lo desbloqueo no fuera a ser que no fuera el mio y BINGO! es mi iPhone.

Recién encontrado, no me lo podía creer

Devolvemos la moto al alemán en gayumbos que sigue cenando con su señora, ella en bata. Le ofrecemos dinero, algo por habernos ayudado. Lo rechaza aduciendo que el me ha ayudado a mi, que yo ayude a otro. Así de claro, otro royo de filosofía. Buen rollo de un señor alemán en gayumbos, ¡Dios te guarde!

30 cm de nieve virgen estuvieron a punto de enterrar mi teléfono hasta la calurosa primavera. 30 cm de ancho tenía el modulo donde lo perdí.

30 cm!

30 cm que lo definen todo

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Fernando Barandiarán
Skiing through life…

Esquiador, Viajero, Cervecero, #Bebedordevida, disfrutón y sobretodo amante de la buena vida y de los momentos de tapeo y cañeo con los amigos.