#Bebedoresdevida
#Lifedrinkers
Como quien exprime una naranja por la mañana, como quien le saca todo el jugo a esa naranja. Así hay que hacer con la vida. Sacarle todo el jugo posible.
Hace unos días que volví de otra de esas semanas mágicas. Volví de otra de esas semanas que te marcan para siempre. Al principio más a fuego y luego el efecto, como el de la cafeína, desaparece lentamente hasta que de repente a las 2am te acuerdas de ese café que no debiste tomar. Así ocurre con los recuerdos, con los nombres de aquellos nuevos amigos, con las anécdotas, con la vida.
La primera semana de agosto estuve con unos amigos de viaje. ¿El destino? Grecia. ¿El método de transporte? Un catamarán de 12 metros alquilado a través de la conocida “The Yacht Week”. Una compañía que lo que hace es juntar y organizar el alquiler de mucha gente y así convertirlo en una experiencia increíble, casi mística.
En esta semana he vuelto a sentirme vivo! No es que durante el resto del año no lo estuviera, que sí, pero es un vivir diferente. La acumulación en tan poco periodo de tiempo de tanto te supera. He conocido a mucha gente, a amigos que quizás nunca olvide, a amigos de una semana. He visitado sitios increíbles, visto preciosas puestas de sol, probado comidas diferentes, he olido cosas nuevas y diferentes y bebido hasta saciar la sed.
Podría contar mil historias, poner mil fotos y aburriros con largas anécdotas, pero este post no es un resumen de esa semana, sino de lo que me quedé de esa semana.
La yacht week es una semana de descontrol controlado. Juntar a 270 personas de todo el mundo en 27 veleros, hacerles navegar 6 días por las islas griegas, reservarles garitos para celebrar increíbles fiestas y crear en ellos un espíritu de simpatía, camaradería y alegría permanente solo puede tener un resultado. El resultado sin duda es espectacular y sobretodo irrepetible.
Nunca más esas 270 almas estarán juntas en Grecia. Cada alma lleva una mochila con su pasado, sus miedos, sus puntos fuertes y sus ambiciones, esa mochila no es siempre la misma, ya que una vez vivida la Yacht esa mochila ha cambiado.
Quiero dar las gracias a ellos, a ellas, a todos los que han hecho que esta semana sea una semana mágica. Ellos y ellas cada uno en su parte marcaron mi semana y el futuro de mi mochila.
Agradecer en especial a la tripulación del “Dildo” aka (also known as) “The Party Boat” por lo que ha sido una semana inolvidable.
La vida es corta, muy corta, pero más que corta es incierta. No sabemos cuándo acabará, cuando el tío majo de la hoz vendrá a por nosotros. No soy pesimista, que va, justo lo contrario. Soy un realista, que es mejor, porque soy consciente de lo que he vivido y de lo difícil que es que vuelva a ocurrir. Ser realista es bueno, o al menos eso creo yo, es saber ser un DISFRUTON, es saber disfrutar ese momento sabiendo que es único y que no se repetirá.
Por eso este post se titula #Bebedoresdevida, porque junto a mi nuevo hermano no de sangre, él sabe quién es, hemos decidido bebernos la vida. Beber del vaso de la vida hasta que no quede ni una gota. Nos da igual que esté caliente como ese Jagger que Andrea nos servía a chupitos directamente en la boca, nos da igual que este fría como esa pasta que medio cocinábamos con Oscar y Jorge en la enana cocina, nos da igual que esté amarga como el café que en Hydra nos despertaba del sueño, nos da igual que esté salada como el agua del Egeo que nos curaba la dura resaca o que este dulce como el cariño que se le coge a un barco y a una tripulación de 10 chulos “madrileños” que lo hicieron posible. Simplemente nos da igual, lo que haya nos lo beberemos, nos conformamos con poco pero a ese poco lo convertiremos en mucho.
#bebedoresdevida es una filosofía que quiero implantar en mí y en los que me rodeáis, os caiga bien o mal, me tengáis cariño, asco o envidia. ¿Por qué? Pues porque creo que es necesario que sepamos que la vida es corta y que antes de que se acabe hay que bebérsela. Por razones que muchos sabéis y otros muchos no, abrí los ojos hace unos años. Los abrí y poco a poco he ido cambiando, aún queda trabajo que hacer y limar, pero he cambiado hacía un disfrute de lo que tengo, de los pequeños momentos. No quiero una casa de 1.000 metros si no tengo amigos con los que llenarla. No quiero un yate de 20 metros si no tengo fiestas que montar en cubierta. No quiero un caro biplaza si no tengo una novia con la que disfrutarlo Lo que quiero es una caña de 1€ en un bar con mi tapita, mi novia y amigos al lado.
Lo que quiero es ser un #bebedordevida
ENGLISH TRANSLATION
Sorry if you find any typo, English is not my mother tongue.
Like someone squeezing an orange in the morning, as someone who takes out all the juice from the orange. So has to be done with life. Get all the juice possible.
A few days ago I came back from another of those magical weeks. I came back from one of those weeks that mark you forever. Initially stronger and then the effect, like caffeine, slowly disappears until at 2am suddenly you remember that you shouldn’t have had that coffee. So is it with memories, with the names of those new friends, with anecdotes, with life.
The first week of August I was traveling with friends. Destiny? Greece. Method of transportation? A 12-meter catamaran rented through the famous “The Yacht Week”. A company that what basically does is collect and arrange boat rentals for a lot of people and then convert it in an incredible, almost mystical experience
This week I felt alive again! Not that the rest of the year I was not, that I was, but it’s a different alive feeling. The accumulation of so much in such a short period of time it overwhelms you. I have met many people, friends who may I never forget, to friends of a week. I visited amazing places, seen beautiful sunsets, tried different meals, smelled new and different things and drunk to quench the thirst.
I could tell a thousand stories, put a thousand pictures and bore you with long stories, but this post is not a summary of this week, but what stayed after that week.
The yacht week is a week of controlled lawlessness. 270 people from all over the world gather together in 27 sailboats, sail them six days through the Greek islands, get the best clubs booked to celebrate amazing parties and create in them a spirit of sympathy, camaraderie and lasting joy that can only have one outcome. The result is certainly spectacular and above all, unique.
Never again will those 270 souls be together in Greece. Each soul carries a backpack with their past, their fears, their strengths and ambitions, that backpack is not always the same, because once lived the Yacht that backpack has changed.
I want to thank the boys, the girls, to all who have made this week a magical week. They each in their way marked my week and the future of my backpack.
Special thanks to the “Dildo” aka (also known as) “The Party Boat” crew for what has been an unforgettable week.
Life is short, very short, but worse is uncertain. We do not know when it will end, when the nice guy with the sickle will come to get us. I am not pessimistic, just the opposite. I am realistic, which is better; because I know what I have lived and how hard it is that happens again. Being realistic is good, or at least I think so, is knowing how to enjoy the moment knowing that is unique and will not be repeated.
So this post is titled #Lifedrinkers, because with my new not blood brother, he knows who he is, we decided to drink the life. Drink the cup of life until there is not a single drop. We don’t care if it’s hot like that Jagger Andrea served us directly into the mouth, we don’t care if it’s as cold as that pasta we cooked with Oscar and Jorge in the small kitchen, we don’t care if it’s as bitter as that coffee in Hydra that woke us, we don’t care if it as salty as the Aegean water we bathed to cure us the hangover or we don’t care if it as sweet as that affection you get to a boat and a crew of 10 “Madrid” pimps that made it possible. We simply don’t care, whatever is there we’ll drink it, we settle for little but that little will become much.
#Lifedrinkers is a philosophy that I want to introduce to me and whoever is around me, even if I fall you right or wrong, you hold me darling, disgust or envy. Why? Because I think we need to know that life is short and before it’s gone we should drink it. For reasons many will know and many others don’t, I opened my eyes a few years ago. I opened them and gradually I have been changing, there is still work to do, but I changed towards enjoying what I have, those small moments that are there. I don’t want a 1,000 meters house if I don’t have friends to fill it with. I don’t want a 20 meters yacht if I don’t have parties to celebrate onboard. I don’t want an expensive 2 seats car if I don’t have a girlfriend who to enjoy it with. What I want is a small beer of 1 € in a bar with my “tapa”, my girlfriend and close friends to celebrate.
