Una carrera, una ciudad y mucha gente
Una carrera más? No….
Ahora que han pasado pocas horas desde que he terminado la carrera quiero plasmar mis sensaciones, aún frescas e influenciadas por el chute de adrenalina.
El pasado domingo 9 de noviembre a las 11:03 am se dio la salida del cajón 14 de la Behobia — San Sebastian. Cajón 14 es el grupo al que nos asignaron a Baselga y a mi por nuestro tiempo previo (1 hora y 55 minutos de la Media Maratón de Madrid). Mi dorsal era un dorsal alto, el 21405, lo cual me/nos perjudico un poco ya que salimos una hora después de los primeros corredores.
Meses previos:
Un “amigo” por decir algo, jejeje, allá por el mes de mayo nos dice, “tíos pasado mañana salen dorsales para la Behobia — San Sebastian, el año pasado se acabaron en dos días, pillamos??” Ni sabia lo que era la carrera, ni sabia de su fama, ni mucho menos me había planteado irme a San Sebastian a correr 20 kms. Pero leyendo un poco la historia de la carrera nos animamos y nos apuntamos. 40€ de dorsal nada más y nada menos.
En septiembre empezamos un “mini” plan de entrenamiento que nos ayudaría a hacer la carrera en aproximadamente 1 hora y 50 minutos, algo mejor que la media y para nada un mal tiempo.
Semana previa
La semana previa fue relajada, solo una carrerita de 8 kilómetros a la hora de comer, desde Repsol ida y vuelta al retiro. Ritmo alto, pero con la cabeza pensando en preservar rodillas y ganas para la carrera.
Día previo
“¿Hemos venido a Jugar o a llorar?” esta frase resume nuestras 48 horas pre carrera. Noche en Bilbao en casa de un colega, pinchos nocturnos y unas cuantas varias copas fueron nuestra introducción en el fin de semana “ludicogastronomicofestivodeportivo vasco”.
Sábado tranquilo, con desayuno a las 12 am a base de unos 3 ó 4 pinchos cabeza en Bilbao y de ahí a Sanse. Aparcamos un poco lejos de Anoeta y a por el dorsal y camiseta. Ambiente enorme ya que se estaba disputando las carreras de los Txikis. Con el dorsal y la camiseta decidimos ir a comer.
18:00 entramos en un bar del casco viejo y empezamos a pinchos y zuritos. Buena previa… lo demás tonterías.
Ida al hotel de Irún donde nos alojábamos pre carrera y cena en un céntrico restaurante del siguiente platazo (había que tomar carbo-hidratos dijeron…, no cenéis con cerveza dijeron…)
“¿Hemos venido a jugar o a llorar?”
Sensaciones pre carrera
Desayuno nervioso, me encuentro algo raro, me duelen rodillas y tobillos, ¿tonterías?, todo es psicológico o eso me repito.
Salimos del hotel andando hacia la salida (4kms de distancia). Al final pasando por la estación de tren de Irún vemos los autobuses y nos montamos ya que estaba empezando a llover.
Ambientazo en la salida. 30.000 personas y sus familiares son mucha gente. Baños, colas, nervios, carreras de calentamiento, gritos, fotos, … y llegan las 10:00. Se da la salida de los profesionales y luego la de los demás.
Vemos a las 10:03 salir a nuestro compañero Tino. Baselga y yo nos quedamos solos y hacemos nuestro ritual pre salida, trotar un poco, fotos, criticar y reírnos de alguno para descargar nervios y al cajón.
11:03 am, SALIDA del cajón 14 (esto ya lo había contado creo, jejeje) y encaramos el primer kilómetro más o menos llano de la Behobia — San Sebastian. No me duele nada y solo pienso en tirar, quitarme gente de en medio y afrontar la primera subida.
Carrera
Van cayendo los kilómetros, de repente estamos en el km 6 encarando la subida al Gaintxurizketa. 2 largos kilómetros de subida nos esperan. Vaya subida, vaya huevos los vascos eligiendo carreras, jeje. La bajada calma un poco las piernas y las pulsaciones. Aún nos quedan 12 kms y hemos venido a jugar!.
Es el km 11 y me duele horrores la planta del pie izquierdo. Pienso en decirle a Baselga que tire y que necesito parar a ver si se me pasa, pero entonces ocurre. Entramos en Errentería y la gente anima como loca. 6 corredores delante nuestro van calentando al pueblo al grito de “Errentería no se os oye” y el pueblo grita, vaya si grita. En ese momento y es verdad me da un escalofrío enorme que me recorre de la cabeza, pasando por la espalda a los brazos. Un autentico chute de energía y animo. Vaya con Errentería, aguanto la recta de un km y me doy cuenta que me había olvidado de mi pie. Si he podido aguantar un km porque no 9 más….? Decido tirar y empezar a cargar mas peso en la pierna derecha. (Mi rodilla derecha aún se acuerda de mi por esta decisión)
Km 12 a 16: Se intercambian subidas (alto del Capuchino, Pasaia y Herrera) con sus respectivas bajadas. Son subidas cortas, pero que van minando las fuerzas. Aquí es fundamental la cabeza. Ir descontando kilómetros y dejarte llevar. (Video: se nos ve aparecer por el centro de la pantalla exhaustos, Baselga con cinta en la cabeza y yo a su izquierda).
Km 16: Llega la última subida de la carrera. El alto de Miracruz, la subida no es muy larga pero si es algo empinada. Mucho ambiente que nos da alas, cojo ritmo, cuadro piernas y respiración, me concentro y tiro, tiro, tiro… la subida por fin parece que termina. No recordaba a esas alturas de carrera si quedaba alguna subida o no (quedaba un mini repecho), pero no tenía reservas ya. Lo que tenía era lo justo para llegar. En ese momento estaba exhausto.
Km 17,5 a 19: La gente animando ya es continua. No hay huecos libres. Muchos niños que te dan la mano, aunque una pena no poder dársela ya por no tener ni fuerza para ello. Gritos de “Aupa Fernando” se oían y llenaban mis oidos… y yo diciendo si no me conocen… La gente hace que esos últimos metros pasen relativamente cómodos. Miro a Baselga y le veo un poco desencajado, me crezco y decido animarle/nos, VENGA nen!!! nosotros podemos!!
Km 19: aparece el primer arco de publi… venga que no queda nada… MENTIRA… no se cuantos arcos de publi había, pero muchos. No supe cual era la Meta hasta 10 metros antes y para entonces había ido dando el todo en cada uno de los ¿15? anteriores… Vaya putada y sufrimiento injusto para mi cansada cabeza.
NOTA a las CARRERAS: “POR FAVOR, no pongáis tantos arcos de publi o de metas volantes, desconcentran y alargan la llegada, se que son necesarios, pero… ”
META
Vaya llegada a meta, vaya ambiente, vaya locura entrar con tu colega de la mano. El speaker me ve haciendo el mismo gesto que hago siempre y suelta “claro que si tambien por los que no están”…
“Va dedicado a ti MAMA, como cada carrera que acabo, como cada kilómetro en el que quiero abandonar y no lo hago, como cada entrenamiento donde pienso hace frio o llueve y al final salgo. Va por tí!”
Adjunto extracto del vídeo de llegada a Meta, se nos ve por el centro superior llegando juntos de la mano (oisssss, si!) y acabamos por el lado derecho.
Premio a los Txapeldunes
Post recogida de Medalla, nos cambiamos la sudada camiseta oficial por ropa seca y como había cola para ducharse decidimos ir a comer antes de la marabunta hambrienta de gente. Buena elección. Sudados, exhaustos pero contentos elegimos el Bar Nestor, (C/Pescaderia 11) para darnos un homenaje. Sirven 3 tipos de raciones solo, pero las 3 son excelentes.
Empezamos con tomate aliñado, picoteando de una fuente de gildas cercana, que nos sientan mejor que bien. Verdurita con alto contenido en agua… para adentro. Le siguen unos pimientos de Guernica perfectamente fritos, con su sal gorda y gusto potente. BIEN!
y le sigue… la estrella, la Chuleta (o chuletón).
Merecido premio a los Txapeldunes (campeones en Vasco)
Tiempo — Marca personal
El tiempo al final es un número más. Si sale bien te sienta genial, si sale mal te flagela cual látigo. En este caso estamos muy contentos. Los 3 meses de entreno habían tenido su reflejo. Baselga y yo hicimos un meritorio tiempo de 1 hora 40 minutos y 47 segundos (lejos del tiempazo de Tino de 1 hora 27 minutos, ¡ENHORABUENA!). Nuestra posición es la 11.821 de 26.700 finalistas y sobretodo y más representativa la posición 5.733 de 9.990 finalistas de nuestra categoría (Senior Masculino).
Habíamos previsto hacer 1 hora 50 minutos. Era un buen tiempo objetivo y sobretodo nos aseguraba llegar a Meta. La gente fue la que hizo que bajáramos en 10 minutos nuestra previsión… GRACIAS a todos!
Podría haber hecho sub 1:40 en vez de 1:40:47, miré el reloj a un kilómetro y medio y tenía algo de fuelle, pero eso significaría que habría estado 47 segundos menos disfrutando la carrera, la gente y del ambiente. Significaría no haber esperado a mi compañero de penurias en la recta de meta y no tener la satisfacción de entrar juntos. 47 segundos no son nada, en la siguiente igual son más o menos, no importa. Importa poder compartirlos y contarlos, pero sobretodo poder DISFRUTARLOS.
