Accesibilidad digital

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5 min readSep 27, 2023

✍🏻 Martina Rusch

La tecnología y la digitalización desempeñan un papel fundamental en la vida cotidiana de las personas, desde la comunicación hasta la educación y el trabajo, la tecnología digital ha revolucionado la forma en que interactuamos con el mundo. Sin embargo, es esencial que esta revolución digital no deje a nadie atrás. Es acá donde entra en juego la accesibilidad digital.

La discapacidad es una realidad que afecta a una parte significativa de la población, y entenderla es clave para abordarla de manera efectiva. Hay dos enfoques fundamentales para comprender la discapacidad: uno la ve como una enfermedad, y el otro la considera una cuestión de Derechos Humanos.

La perspectiva de la discapacidad como enfermedad en general lleva a la discriminación y al paternalismo. Se traduce en actitudes de lástima o compasión hacia las personas con discapacidad, como si necesitaran protección debido a lo que les falta. Esta visión reduce a las personas con discapacidad a meros receptores de asistencia, en lugar de reconocer sus capacidades y derechos.

Por otro lado, la perspectiva de Derechos Humanos aborda la discapacidad desde una posición de igualdad y dignidad. Busca la equiparación de oportunidades, la autonomía y la igualdad de condiciones. Esto significa que una persona con discapacidad debe tener las mismas oportunidades que cualquier otra persona.

En 2006, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dio un paso crucial en la promoción de los derechos de las personas con discapacidad al aprobar la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Esta convención situó a las personas con discapacidad en el marco de los Derechos Humanos. Fue un hito histórico, ya que marcó la primera convención internacional de Derechos Humanos del siglo XXI y la única en la historia en la que las personas con discapacidad participaron activamente en su elaboración.

Entonces, ¿cómo se define la discapacidad? La discapacidad se entiende como la interacción entre las personas y las barreras que el entorno les presenta, lo que les impide alcanzar la igualdad de condiciones. Esto significa que una persona tiene discapacidad no debido a su deficiencia en sí, sino a las barreras presentes en su entorno. Un ejemplo claro es el acceso a un transporte público: una persona sin discapacidad puede abordarlo sin problema, pero si el colectivo no está adaptado para una persona en silla de ruedas, se crea una discapacidad debido a las barreras físicas.

Es importante destacar que la discapacidad abarca una amplia gama de situaciones. Va más allá de la falta de movilidad, incluye la ceguera, la baja visión, discapacidades cognitivas, del habla, psicosociales, viscerales y muchas otras. Cada una de estas discapacidades presenta desafíos únicos que deben ser abordados.

En Argentina, alrededor del 13% de la población, que equivale a cinco millones de personas, tiene alguna forma de discapacidad.

La accesibilidad es la clave para garantizar que todas las personas, independientemente de sus limitaciones o discapacidades, tengan igualdad de posibilidades de acceso y uso de lugares físicos, transporte e información. Para lograr esto, se necesitan ayudas técnicas, que son elementos, piezas de equipos o productos específicos que se adaptan o se crean para incrementar, mantener o mejorar las capacidades funcionales de una persona con discapacidad. Por ejemplo, un audífono ayuda a una persona con discapacidad auditiva a mantener o mejorar su capacidad auditiva.

La accesibilidad no es un concepto que se aplique solo en el mundo físico; también es esencial en el entorno digital. La accesibilidad digital se refiere a la adaptación de sitios web, herramientas y tecnologías para que las personas con discapacidad puedan percibir, comprender, navegar e interactuar con ellos. Esto es especialmente relevante en la era digital actual.

Para estandarizar la accesibilidad digital, existen pautas internacionales como las WCAG (Pautas de Accesibilidad al Contenido Web). Estas pautas son creadas por organismos internacionales, como la W3C (World Wide Web Consortium), con el objetivo de garantizar que los sitios web de todo el mundo cumplan con un estándar común de accesibilidad. Estas pautas tienen tres niveles: A, AA y AAA, siendo el nivel AA el estándar mínimo exigible para la accesibilidad web.

En Argentina, existe una ley de accesibilidad digital que exige a los sitios web relacionados con el Estado y a las empresas que ofrecen servicios al Estado cumplir con las pautas de conformidad nivel AA. Esto significa que los sitios web de entidades gubernamentales y aquellas que tienen un vínculo con el Estado deben ser accesibles para todas las personas, independientemente de sus discapacidades.

La accesibilidad digital es un derecho de las personas con discapacidad, y su implementación es responsabilidad de todos. No es algo que ocurra por casualidad; debe ser planeado, construído y evaluado de manera deliberada. Esto también se aplica al entorno digital.

Un ejemplo claro de cómo la accesibilidad beneficia a todos es el uso de subtítulos en videos. Si bien inicialmente se pensaron como una ayuda para personas con discapacidad auditiva, resultan útiles para un público más amplio. El 80% de las personas que utilizan subtítulos no son sordas ni tienen problemas de audición. Esto demuestra que la accesibilidad no es solo un deber moral, sino que también puede ser un valor agregado para todos los usuarios.

Para garantizar la accesibilidad digital, es esencial considerar herramientas como los lectores de pantalla y la navegación por teclado. Los lectores de pantalla son software que interpretan y leen en voz alta el contenido de la pantalla, permitiendo que las personas ciegas o con discapacidad visual puedan acceder a la información en línea.

Por otro lado, la navegación por teclado es una función que permite a las personas utilizar el teclado de la computadora para interactuar con los elementos clickeables en un sitio web. Esto beneficia no solo a personas con discapacidad, sino también a aquellos con discapacidad motriz o problemas de atención.

En resumen, la accesibilidad digital es fundamental para garantizar la igualdad de oportunidades para todas las personas, independientemente de sus discapacidades. Es un derecho humano que debe ser respetado y promovido en todas las áreas de la vida, especialmente en el entorno digital, donde gran parte de nuestra interacción social y laboral tiene lugar. La accesibilidad no solo beneficia a las personas con discapacidad, sino que también mejora la experiencia para todos los usuarios. Es una responsabilidad compartida que requiere esfuerzos conscientes y continuos por parte del equipo de diseño, desarrollo y la sociedad en su conjunto.

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