Los burpees de la creatividad

Como quien entrena para las Olimpiadas, en Sociopúblico perseguimos ideas innovadoras. ¿Quiere decir que nos la pasamos haciendo crossfit porque creemos que la inspiración sale de cuerpos entrenados? Podría ser, pero aún no lo testeamos. Lo que sí sabemos con certeza es que las mejores ideas no son fruto de un momento Eureka ni aparecen de un segundo al otro.

Ana Soffietto
Sociopublico

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Muy por el contrario, son producto de muchas horas de entrenamiento y esfuerzo creativo. Hay cientos de técnicas para probar. En esta nota te contamos cuáles son para nosotros los burpees de la creatividad.

(para los que no hacemos crossfit y lo buscamos en Google, así se hace un burpee.)

1. Mashup de plataformas

Si la creatividad no es un momento de iluminación que viene de la nada, entonces ¿de qué se trata? Con esta misma pregunta en la cabeza, el periodista Steve Johnson investigó cuáles son los patrones que se repiten cuando las grandes ideas surgen y encontró que la creatividad es un sistema en el que intervienen factores que nosotros mismos podemos reproducir y alentar.

Uno de ellos es, por ejemplo, lo que él llama “redes líquidas” y que supone que cuando nos vinculamos con personas que hacen cosas diferentes a las nuestras es más posible que surjan más y mejores ideas. De la misma manera, hacer cruces entre cosas que en apariencia no tienen relación, puede llevarnos a lugares insospechados.

Por eso una de las técnicas que más nos gusta usar es el mashup. Es tan sencillo como agarrar un taco de post its y escribir en dos minutos y sin pensar una serie de elementos que forman un conjunto, para luego cruzarlos. Por ejemplo: escribir todas las herramientas y plataformas que existen y luego pensar campañas de comunicación que combinen al menos dos de esas herramientas. Es una técnica tan amplia que puede usarse en cualquier campo.

La clave es escribir rápido y sin detenerse. Luego habrá tiempo de seleccionar las mejores ideas.

Laura Zommer aportando sus ideas en el mashup que hicimos para el hackaton Latam Chequea

2. Brainwriting (¡online!)

El brainwriting es una técnica muy sencilla, pero mucho más potente que el conocidísimo brainstorming porque además de generar torrentes de ideas asegura que todas las personas tengan el espacio para expresar sus ideas, sin temor a la opción de los demás. Es una de las favoritas porque nos permitió sortear un mayor desafío: realizar sesiones de creatividad a distancia.

Si podíamos producir proyectos complejos con equipos grandes sin juntarnos en la misma oficina, ¿por qué no íbamos a poder generar ideas creativas de este modo también?

Lo probamos y nos funcionó así que acá va la receta:

  1. Definir el problema que vamos a tratar de resolver con creatividad.
  2. Crear en una carpeta compartida en Google Docs un documento por cada participante de la sesión, nombrarlos con números: 1,2,3.
  3. En cada documento, poner un tabla con tres columnas y unas cuantas filas para abajo.
  4. Con todos los participantes conectados y ubicados en sus respectivos documentos, poner un cronómetro en 3 minutos y pedir a todos que escriban sus primeras ideas para resolver el problema en los casilleros de la primera fila.
  5. A continuación, rotar los documentos. El participante 1 toma ahora el documento del 2, el 2 el del 3, etc. Pedir a todos que lean las ideas ya escritas y agreguen otras en la segunda fila. Cronómetro en dos minutos de por medio, nuevas ideas.
  6. Repetir hasta que todos hayan pasado por todos los documentos.
  7. Cuando finalmente cada participante vuelva a su documento, pedirles que lean todas las ideas y elijan las que consideren mejores para poner en común.
Así se ve “la foto” de una sesión de brainwriting con nuestro equipo remoto

3. SCAMPER

La última técnica favorita es más bien un checklist que será apreciado sobre todo por los amantes de las listas. El nombre de la herramienta ya nos indica qué tenemos que hacer porque es un acrónimo que significa Sustituí, Combiná, Adaptá, Modificá, Pensá (otro uso), Eliminá, Revertí: SCAMPER.

La propuesta es tomar nuestro problema por las astas y someterlo a preguntas y acciones que por ahí no se nos habían ocurrido. Por ejemplo, si tomamos la primera acción que es “Sustituí”, nos preguntaremos qué parte, elemento o factor del problema se puede reemplazar por otro. Así, una pregunta podría ser: ¿Qué pasaría si mi usuario fuera un niño en vez de un adulto? ¿Y si fuera mi mamá? A veces situarnos en escenarios que parecen lejanos a nuestro contexto, nos puede llevar a mirar el problema de una forma novedosa.

Los equipos presentan sus ideas en el taller de creatividad que dimos en la Media Party, en el que enseñamos varias de estas técnicas

El valor extra de SCAMPER es, además, que puede combinarse con otras técnicas como el brainwriting online. De este modo, se pueden sumar consignas que faciliten aún más el flujo de ideas en las rondas de escritura. Por ejemplo, en una de las rondas se puede solicitar a los participantes que piensen en lo contrario de lo que quieren lograr y cómo lo conseguirían.

Estas son sólo tres técnicas de las muchas que existen para promover la creatividad, pero son nuestras favoritas porque aunque todavía no ganamos ninguna medalla olímpica, nos permitieron llegar a grandes ideas. ¡Y cansan mucho menos que hacer un burpee!

Ilustración principal Marcelo Morán.

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