Mujer 3.0

Creo que me estoy volviendo una pija. And I like it.

Yo nunca me he colocado etiquetas de ningún tipo porque he creído que tenía un poco de todo: moderna, clásica, fiestera, punk… Pero en los últimos años, si fuera obligatorio ponerse una etiqueta, elegiría sin duda hippie. Amo el Amor, la Naturaleza, la Libertad, la Vida; me gusta ser natural a la hora de cuidarme (sin caer en la falta de higiene corporal o lo que es lo mismo, sin caer en la frondosa selva amazónica), intento cuidar el medio ambiente con mis actos, uso todo tipo de terapias naturales (homeopatía, kinesiología, Reiki…), practico yoga y meditación… Y un largo etcétera.

Entonces ¿qué me está pasando, doctor?

Un cambio en mis responsabilidades laborales ha hecho que me pase la mayor parte de mi tiempo viajando. Y esperando hoy un vuelo, me he dado cuenta del cambio.

Antes vestía de cualquier manera, sin prestar atención en coordinar colores, estilos, si los zapatos combinaban con el bolso y el cinturón, sin planchar absolutamente nada…

Ahora he renovado mi armario, comprando prendas combinables con otras, mirando si ahora son “trendy” o no. Visto intentando crear una imagen coordinada con un look en concreto e intento que mi ropa luzca impoluta (si no tenemos en cuenta los pelos de gato, claro).

Antes no solía usar ningún tipo de abalorio o adorno, ya que me era más tedioso elegirlo y combinarlo que ir “desnuda”.

Ahora me veo con pendientes, anillos, colgantes y pulseras de todos los estilos, buscando siempre una lógica con la ropa o look que llevo.

Antes no me pintaba más que una fina raya negra en los ojos y un poco de máscara de pestañas.

Ahora paso por el taller de chapa y pintura antes de tomar mi camino al aeropuerto.

Antes un bote de colonia podía durarme perfectamente más de un año. Para mí no hay nada más excitante que un aseado olor corporal propio.

Ahora me divierto en los aeropuertos rociándome de nuevos perfumes y potingues poniendo a prueba la pituitaria del pobre infeliz que le toque sentarse a mi lado.

Antes me negaba a ser clienta habitual de franquicias o marcas internacionales para no engordar más sus ganancias.

Ahora me veo escribiendo esto frente a un Caramel Machiatto de Starbucks y con los labios pintados de rojo Chanel.

Así que me planteo si me estoy volviendo una pija, porque es que además lo estoy disfrutando.

Pero no. No es así.

Puedo decir que antes no expresaba mi feminidad de una manera visual. A veces intentaba incluso ocultarla. “Soy un hombre atrapado en un cuerpo de mujer” he dicho muchas veces.

Pero ahora que la he descubierto, que estoy aprendiendo a explotarla, que estoy desplegando mis alas como un colibrí…ME GUSTA.

Así que lo siento, no me he vuelto pija. Me he vuelto mujer. Una mujer 3.0.