Los errores y el proceso de aprendizaje

Santiago Sarceda
soltando ideas
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2 min readMay 3, 2018

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Siempre, todo ser humano, se equivoca. Esos fallos, a menos que sean espectaculares, por lo general se mantienen en privado. Aunque existen iniciativas como Fuckup Nights, no es la norma subirse a un escenario a relatar los errores que cometimos.

Lo que se muestra públicamente es siempre el resultado, el éxito. Y si bien el éxito es fruto de un proceso repleto de errores, aún siendo personas capaces e inteligentes, es probable que inconscientemente comparemos los logros ajenos con los errores propios.

🛑 ERROR

La comparación nunca debe hacerse frente a la experiencia de otro individuo, simplemente porque su camino –su trayectoria– es distinta a la nuestra; la comparación siempre debe hacerse frente a nuestra experiencia propia.

Por otro lado, esa “experiencia propia” no debería incluir los errores cometidos durante todo el proceso, simplemente porque recordar maneras inadecuadas de hacer algo no es útil; lo que debemos recordar en cambio son los aciertos, que indican la manera adecuada de acercarnos al objetivo. Esto es el “aprendizaje” — proceso a través del cual se modifican y adquieren habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores como resultado del estudio, la experiencia, la instrucción, el razonamiento y la observación.

Los errores sólo se deben recordar momentáneamente con el fin de realizar un ajuste en el próximo intento. Esa es su única utilidad. No deben nunca definir nuestras capacidades. Si nos detenemos en un error y dejamos de intentar sólo por creer que ese error es determinante, no comprendimos la lógica del proceso de aprendizaje.

Una vez hecho el ajuste y realizar un nuevo intento, si nos acercamos al objetivo, inmediatamente debemos volcar la atención y emoción en el acierto; de esta manera recordaremos la forma correcta de actuar, olvidando el error.

El proceso de aprendizaje es de esta manera similar al funcionamiento de un misil autodirigido; el misil tiene un objetivo y a medida que avanza ajusta su trayectoria en base a su nueva posición con respecto al objetivo. Cada desvío es sólo útil como información para el próximo ajuste.

Entendiendo así los errores, es lógico esperar que aparezcan durante cualquier proceso con un objetivo, por lo que no sólo no nos detendrán sino que los veremos como información valiosa para ajustar nuestras acciones.

Si en cambio entendemos los errores como determinantes de nuestras capacidades, como fracasos, como definiciones de nosotros mismos, como el motivo por el que nos decimos que no tiene sentido continuar, no sólo no alcanzaremos nuestros objetivos, sino que no vamos a disfrutar del proceso.

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Santiago Sarceda
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