7 claves para el éxito en medio del divorcio

Te despiertas y a vivir

Simply Me
EÑES
3 min readApr 27, 2017

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A las mujeres nos enseñaron desde pequeñas a soñar con un final feliz.

Nos dijeron que ese cuento se construía con un hombre.

Que después del «príncipe» venían los hijos.

Y pensaba yo, ¿después de los hijos —que por ahora no tengo y no quiero— el final feliz llega para quedarse?

A decir verdad me tiré la misión…

Y ahí estaba yo… con 20 primaveras inexpertas en mis hombros, vestida de blanco, rodeada de gente importante, lista para darle el sí al matrimonio más corto de mi vida — claro, porque ha sido el único.

Menos de 2 años me fueron suficientes para llenar mis maletas de neuronas y salir de allí como alma que se la lleva el diablo. Sí, porque en ese proceso de separación las religiones refuerzan la creatividad como si vivieran alrededor de esta piel y bajo el peso de nuestros días.

Y no… No encontré ningún final feliz, pero me encontré a mí sintiéndome incompleta. Sentí que había corrido mi corta vida intentando ser feliz con otra gente, procurando hacer reír a la persona que tenía al lado, complaciendo ideas que no eran las mías, fingiendo emociones donde otros esperaban capturarlas, y peor aún, me privé de amigos y lugares para ‹‹evitar››.

Y es que por alguna razón ilógicamente despampanante el mundo nos ve —a las mujeres— como si fuéramos sinónimos de ‹‹evitar y esperar››. Nos enseñan a que tenemos que evitar problemas, tenemos que evitar discusiones, tenemos que evitar que otros se enojen, tenemos que evitar perder las esperanzas, tenemos que evitar que nos violen, tenemos que evitar vernos provocativas, tenemos que evitar andar solas… Y esperar a que las cosas cambien, esperar a que pase el tiempo, esperar a que ellos quieran, esperar a que lleguen, esperar por la generosidad, esperar consuelo, esperar reciprocidad, esperar ser exitosa, esperar a que nos llamen, esperar que sea el momento adecuado para hacer eso que queremos hacer AHORA

Ya cansada de todo esto, me recogí de estar recibiendo pisotones en el alma y me puse firme, porque una mujer que no se siente realizada siempre debe encontrar las fuerzas para construir o reconstruir su ‹‹puerta de salida››.

Y eso hice… Hoy te hablo sentada desde un nuevo respiro que promete vida, aprendizaje, metas, un doctorado, disciplina, libros, retos y nuevas oportunidades que un día ignoré.

Me espera el sol y la playa, uno que otro amigo pa bailar, lugares por explorar, viajes que realizar, el vinito y mi mejor amiga desde el balcón.

Ahora te hablo a ti que lees esto…

  1. El éxito llega a ti cuando entiendes que las decisiones que tú tomas nadie tiene que cuestionarlas y mucho menos ponerlas en duda.
  2. Tu vida mantiene ese éxito en desarrollo cuando te enfocas en ti y no en especular sobre la vida de los demás.
  3. En el camino siempre vas a conocer personas que te recordarán que el tiempo de duelo no es para siempre.
  4. Deja que hablen. Mientras menos tiempo pases tratando de aclarar las dudas de la gente, más tiempo tendrás para ti.
  5. Tu situación económica actual no es definitiva. Muchas hemos pasado por esto.
  6. Descúbrete y pásala bien contigo misma.
  7. Atrévete a dar un paso a tu favor antes de dar 100 pasos más hacia NOWHERE.

Tu mejor capítulo comenzará cuando no haya por qué leer las páginas anteriores para volver a llorar. Vales felicidad.

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