Ya, como sabéis, he hablado muchísimas veces de la fantasía medieval, es un género que parece que nunca se acaba y que al final siempre hay alguna serie que trata sobre el mismo tema. En el análisis de Shingeki No Bahamut ya exprimía este género y hacía ver que no todas la series eran iguales ni se guiaban por los mismos patrones. Ya expliqué el género de la fantasía y como se había creado mucho antes que series tan famosas como SAO. La fantasía medieval no es un género en sí, pero ya en estos últimos años se ha visto tan alto el auge que es posible que haya que replanteárselo. Aun así, sigue siendo un género muy explotado y con demasiadas obras a sus espaldas, hay demasiadas series de este tipo y siguen sacando más y más. En su mayoría no son buenas y al final acaban cansando, y siguen produciendo porque da dinero, simplemente. Es algo tedioso, y a la vez, son etapas. Antes era la época de los mechas, luego los thrillers y ahora, la fantasía medieval. De momento no tiene pinta de que vaya a terminar hasta dentro de mucho, pero tampoco llega a desganar del todo. Cansa que haya muchas obras iguales sí, pero hay series que viene bien conocer y que son interesantes, en su mayoría son novelas y suele haber incluso demasiada producción, pero en todo esto sigue habiendo un punto bueno. La industria va creciendo y se va a adaptando a los nuevos géneros que van saliendo. Este último va a estar por mucho tiempo, así que intentemos hacer un poco de retrospectiva.
Ya hablé bastante sobre SAO y sobre muchas otras obras del estilo pero la obra de la que vamos a hablar hoy me ha recordado esta. El inicio de esta gran plaga de series de fantasía medieval empezó con SAO, y no, no fue la primera de todo este mundo tan grande. Fue simplemente una explosión de muchísima gente entrando a una serie muy comercial, una novela, una adaptación, y… ahí esta. Sigue activa, por supuesto y siguen sacando material. No fue una obra muy buena, y por mí está bastante sobrevalorada. Sigue teniendo su grupo de fanáticos incondicionales pero actualmente se ha convertido en un meme prácticamente. En comparación con la obra de la que vamos a hablar hoy, SAO tiene un protagonista muy poderoso, alguien que simplemente se pasó muchas horas jugando y que ahora han dado su fruto. La trama avanza de forma bastante esperable y pocas sorpresas te puedes encontrar en la serie. Aun así, SAO ha sido un gran aliciente para todas las obras que iban a llegar después, ha sido algo muy grande y que, aunque sea un poco, hay que darle algo de mérito. En comparación con muchas otras series de ahora, SAO se ha convertido en un mero títere, que sigue ahí, pero que no se observa de la misma forma. Cuando vemos algo de fantasía medieval ya se nos viene a la cabeza la típica serie en la que te encontrarás con los mismos enemigos, combate, armadura, armas y todo lo que te puedes esperar de la Edad Media. Y sí, aun así, es cansado, pero, para mí no hay baja esperanza, sigo viendo obras buenas de este género y sigue habiendo series que van creciendo y que han ido evolucionando este gran mundo, y que lo seguirán haciendo.
Hoy hablo de una obra que se inspira en otras más antiguas, que toma muchas referencias, que puede ser algo cliché, pero sigue teniendo su propia esencia como héroe.
Hoy hablamos de Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka.
Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka es una obra que fue inspirada por la novela original, salió hace unos pocos años y ha sido una de las obras más famosas en este género. Siempre tuve interés por esta serie ya que, si es famosa, algo tendrá. En muchas ocasiones cuando te adentras en este tipo de series que tienen tanta fama suele acabar o muy mal, o bien. No suele sorprenderte en la mayoría de las situaciones si la obra es mala, ya que, es conocida. No todo lo que es conocido es bueno, pero, tampoco está todo sobrevalorado. Esta serie me recordó bastante a SAO por el protagonista, la diferencia que había entre ellos y como cada uno se comportaba de la misma forma. Sé que una obra se ambienta en un mundo digital y el otro es mucho más real, aún así, dan la misma sensación. Son obras que te transmiten lo mismo por solo verlas, sabes lo que te puedes encontrar, cómo va a ser su mundo, la estructura, el tipo de gente y todo el ambiente que va a haber por la zona. Siempre que se elija una estética medieval en la fantasía, y esto es algo que se va a seguir dando durante bastante tiempo, atrae bastante lo antiguo y no se deja avanzar hacia una nueva perspectiva, un nuevo ángulo. Yo no estoy excesivamente decepcionado con el panorama, pienso que puede ser interesante la obra que me vaya a atrapar, y pienso que puede ser curioso si llegan a innovar, si llegan a avanzar y me llegan a sorprender de verdad. Es algo difícil teniendo en cuenta la cantidad de obras que salen de este tipo.
Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka habla del héroe y deja llevar al protagonista para poder avanzar, de forma rápida y poco detallada, pero dejando muy buenas escenas. A diferencia de SAO, Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka da un buen viaje para el protagonista haciendo que avance hacia la buena dirección, a pesar de todos los fallos que tiene el propio personaje principal. Por ejemplo, en Grimgar nos detallaban mucho más cada batalla, cómo podían luchar y sobrevivir ya que cada golpe, metal desperdiciado y sobre todo, vida contaba muchísimo. En esta obra la muerte aparece pero no de forma tan brusca ni con tanta tensión ya que la serie no intenta mostrar eso. La serie intenta dar a entender que no hay tanta violencia, que puedes morir en una dungeon pero eso no va a hacer el tiempo se entrometa en tu camino. El ritmo es más rápido y avanza de forma más acelerada, puede ser por la estructura de la serie pero la obra en ocasiones se nota que va muy rápido y toma un camino distinto dando lugar a menos explicaciones entre medias. Sigue habiendo monstruos, niveles, armaduras, magia y todo un mundo ya existente, todo un universo que ya tiene prácticamente su género y ¿qué destaca? El protagonista, el personaje principal no es el mejor pero si el que sigue adelante, marcando futuro y una relación más o menos buena.
Centrándonos en la trama, Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka nos cuenta la historia de Bell, Bell Cranel. En la ciudad de Orario se encuentra el protagonista quien vive como puede y de una forma algo precaria. Bell vive en la pobreza, pero vive con su diosa y la familia que le corresponde. En este mundo, ambientado en la fantasía medieval, un aventurero tiene que tener una familia y una diosa a la que rezar y acompañar siempre. Cada familia tiene una diosa y esto hace que formes parte de un conjunto, formando parte a su vez de un dios que te corresponda. Las ventajas que da esto son las características que pueda tener cada uno, además de la salvación del aventurero. Los aventureros son los que se encargan de explorar, traer riqueza e ir subiendo de nivel para poder acabar con los monstruos, mientras afuera, en la ciudad, la gente sigue teniendo oficios más o menos ordinarios. Cada aventurero tiene una consejera para mandarle ayuda en el momento antes de entrar a la dungeon. En la ciudad de Orario se encuentra una dungeon, una torre muy alta y gigantesca en el que van apareciendo monstruos, a la vez que se van generando más. Tanto la ambientación como los monstruos no innovan demasiado y se mantienen en la línea de lo que viene siendo el género. En cuanto a las familias, cada aventurero tiene una, en el caso de Bell, él tiene la familia Myth, acompañado de la diosa Hestia. El protagonista es alguien bastante débil emocionalmente y no se entera en gran medida de lo que pasa a su alrededor, además de ser cobarde y miedoso. No es la mejor imagen de un héroe y en la trama tampoco llega a mejorar el carácter que tiene.
El protagonista es bastante débil y siempre se deja llevar e influenciar por los demás, alguien bastante cobarde y con muchos nervios. La diosa que lo acompaña siempre es Hestia, de la familia Myth, una protagonista bastante linda y que en un principio te la ponen como reclamo para las demás mujeres y para el propio fanservice, al final da un papel importante en la trama pero sigue siendo alguien que solo quiere al propio protagonista y que se pega demasiado al personaje. Alguien muy celoso y que da el papel de la novia tramposa, aún sin serlo. Otro personaje serían las camareras de la posada, tienen un papel importante, alguna se enamora de Bell, pero nunca llega a nada. El siguiente personaje importante sería Aiz Wallenstein, la chica de la espada. Uno de los personajes más fuertes prácticamente, el personaje más callado y que más poder recibe. Un personaje que, con duro esfuerzo y entrenamiento, se ha podido convertir en lo que es hoy, al contrario que el propio protagonista. Aquí la obra da un contraste muy bueno, el propio protagonista tiene una habilidad especial que hace que pueda mejorar más rápidamente, al contrario que los demás aventureros, que han tardado años, él tarda unos meses. En este mundo el subir de nivel cuesta mucho y hace que sea muy difícil llegar a los últimos niveles. Aiz Wallenstein pertenece a la familia Loki, una familia bastante prestigiosa y parte de la clase de alta de los aventureros. Hay una jerarquía, como en este tipo de obras, para los aventureros, una sociedad dentro de las dungeons y unas reglas establecidas. Los demás personajes serían Lili y Welf, los acompañantes del equipo de Bell que más tarde se unen. Cada uno con un trasfondo que contar y una narrativa por debajo, aún así, no se llega a contar todo de lo que se podría.
Uno de los problemas que puedo tener con la obra es el poco desarrollo de la mayoría de los personajes, el poco detalle y la falta de contenido que tiene. Es una serie con una estructura muy pequeña y que le falta todavía contenido. Es una obra que empieza como una mera serie pero que va avanzando muy bien, las relaciones en su mayoría consisten en celos y muchas veces acaban en fanservice, muchos personajes están solo ahí para eso y algunos ni siquiera se presentan. Aún con todos estos fallos y la gran cantidad de personajes faltos de detalle, sigue siendo una obra que trata el tema del héroe, el cómo avanzar hacia tu futuro y cómo poder enfrentarte a algo tan grande que incluso le tengas miedo. Una serie con un ritmo que va mejorando y con un mundo, que, aunque este poco detallado y mimado, tiene escenarios muy buenos y un universo con mucho por delante.
En conclusión, Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka es una obra que, aunque no sea lo más novedoso ni tenga un mundo rico en detalle, aún teniendo muchos personajes y poco tiempo para detallar su trasfondo. Aún así, sigue siendo una obra que trata el tema del héroe en las dungeon. Hace crecer a un protagonista endeble en alguien con espíritu. Una obra que habla sobre la lucha hacia lo más alto, que, da igual lo pequeño que seas o cuando hayas empezado, no importa si nadie te acepta, porque siempre tendrás a alguien. Siempre habrá alguien que te vaya a aceptar, en tu grupo, como amigos, o incluso como familia. Una lucha interna en ir mejorando, un don que a pocos se les puede conceder, una oportunidad que no se puede deja escapar. Un hijo nacido de un prestigio, destinado a ser héroe y a tener una familia desprestigiada.