‘Apartheid’ marciano

Breve relato de ciencia ficción sobre la lucha racial en Marte

Desde pequeño fui educado en el odio a los verdianos.

En la escuela nos decían que los verdianos habían nacido para servirnos a nosotros, los rojianos. Afirmaban que eran una raza inferior, que su inteligencia era mucho menor que la nuestra y que el color verde de su piel era la prueba evidente de que estaban emparentados con organismos sin inteligencia basados en la clorofila extinguidos hace cientos de años.

Todo era mentira.

Mi primera niñera fue verdiana. Se llamaba Tamala y estuvo cuidándome desde que nací hasta que cumplí la mayoría de edad a los 9 años*. Quería a mi niñera y no podía entender por qué había que odiar a los verdianos. Echo de menos a Tamala.

Los rojianos hemos forzado a los verdianos a vivir en guetos.

Recuerdo que Tamala me solía contar muchas historias de verdianos. Me encantaba oír aquellas historias. Recuerdo que me explicaba cosas de la época de las guerras de Martesur. Antepasados de sus antepasados tuvieron que guarecerse bajo tierra huyendo de las bombas. Vivían bajo el subsuelo sin apenas comida ni bebida. Recuerdo que siempre me pareció asombroso que pese a tanta penuria lograran sobrevivir y que una de los descendientes de sus descendientes estuviera allí conmigo, cuidando de mi.

Ahora sé que debí prestar más atención a aquellas historias.

Ahora conozco la verdad. Una verdad terrible que ha sido olvidada por los verdianos que ya solo recuerdan leyendas. Una verdad ocultada a la mayoría de los rojianos y que yo he podido conocer ahora. Solo he necesitado una semana de investigación en el Archivo Principal de Arqueología Marciana para saber la verdad, aunque he precisado más de 21 años para poder entrar en el Archivo.

Solo los presidentes de Marte tienen acceso al Archivo.

En realidad los antepasados de rojianos y verdianos fueron los mismos. Todo pasó hace 5.000 años, durante las guerras de Martesur y Martenorte. Por aquel entonces no existían dos razas en el planeta, solo existían los marcianos. Tras las guerras, que duraron más de 120 años, el bando vencedor obligó al bando perdedor a bajar al subsuelo del planeta. Alrededor de 30.000 marcianos fueron enterrados en vida y dados por muertos. Pero la vida se abre camino a través de las dificultades. Los marcianos derrotados consiguieron sobrevivir en las cuevas del subsuelo de Marte durante más de 600 años. Sabemos que nunca subieron a la superficie hasta el gran terremoto del año 2029. El subsuelo se inundó de lava y no tuvieron otra opción que salir. Así quedó registrado en documentos oficiales.

Fueron descubiertos, encerrados y esclavizados. En ese orden.

Estaba todo documentado. Durante los 400 años que sobrevivieron bajo la superficie de Marte los verdianos gozaron de una salud precaria debido a la falta de luz y de comida. Su principal sustento era un aceite esencial segregado por una bacteria llamada Xyletia que vive bajo la superficie de Marte. La anemia crónica producida por la falta de hierro y el exceso de proteína proveniente de la ingesta de la propia bacteria acabaron por generar cambios metabólicos profundos en sus cuerpos. Estos marcianos caídos en desgracia que salieron del subsuelo eran extremadamente delgados, tenían las pupilas de color claro y la piel de un tono verde provocado por la clorosis de la anemia. Hablaban una lengua parecida a la nuestra, aunque con un vocabulario reducido. Su comportamiento dócil facilitó que pudieran pasar de encerrados a esclavizados.

Con el paso del tiempo y la mejora en su dieta mejoró también la salud de los verdianos. Son ya un 20 % de los habitantes del planeta. Lo que no ha cambiado es el color de su piel, ya que no han dejado de tener clorosis en la piel. Esa diferencia es la que ha mantenido separados durante siglos a verdianos y rojianos. Unos por debajo de los otros, odiados por ser diferentes. Sobreviviendo en guetos. Malviviendo en chabolas, sin médicos, ni escuelas, esclavizados o trabajando por comida,…

Todos somos iguales. Unos y otros somos habitantes de Marte. La verdad debe conocerse.

* Edad en años marcianos. La órbita de Marte es aproximadamente el doble de la de la Tierra.