Aquel meteoro andrógino que se hizo hueco en nuestro panteón de ídolos morenets
Terencio buscó su hueco entre Prince y MJ. Curiosas analogías los retratarían con trazo grueso: androginia amanerada, apoyo en el falsete, y tono de piel de patrona de tierra traidora. Los entendidos hablan de crisol del R&B y el Rock, pero como no entiendo, me siento como cuando mi compañero de noches en la ópera me hace la crítica ilustrada, no tengo nada sólido que decir salvo que… a mí me gusta(ba).
No mostraba ser un virtuoso de la guitarra, ni un prodigio del baile, pero le dolía la cara de ser tan guapo. Huesos hermosos resaltados por una delgadez que delataba muchas cenas en la triste compañía de una lata de guisantes.
La duda de si era de carne o de pescado se me refuerza al ver el vídeo de su hit «Sign your name»: mientras él se deja sujetar por una barra de bar con actitud de ir a pedir un shot de Knockando, un (más que probable) oso me lo recorre de arriba abajo con la mirada.
En cambio, en otro video, el de «If you let me stay», se muestra más de mi cuerda, se prodiga con la vuelta MJ que luego nos empatrió Bisbi, y que es uno de los dos únicos paso de MJ que soy capaz de reproducir para perplejidad de mi hijo. El otro es el de las puntetas con las rodillas dobladas, que también se lo copia Terencio. Lo veo hacer un movimiento asíncrono de brazos que me recuerda que mejor ni me planteo copiarlo ni tampoco lo del zumba, que lo de la coordinación no es lo mío; y babeo con su uso tanguero (de tango, no de tanga) del micrófono, cual hembra sometida/rendida a sus avances.
Igual que los meteoros, su órbita lo alejó rápido del cuerpo masivo representado por el éxito.
Dice él mismo… taytantos años después que matrimonio con hembra y uno a otro se dieron descendencia. Mal habría estado el mundo si el empapelador de tantas carpetas adolescentes hubiera acabado solico.
Dice él que se buscó un nombre de revelación onírica que a mí se me antoja postureo para hacer un reset. The Guardian no tiene piedad, y desliza que el nombrecito y reinvención es una excusa para no autoinmolarse en la búsqueda de culpable de su salida del Olimpo.
