Él día está gris, húmedo. En la noche sentí llover y ahora solo quedan diminutas gotas cayendo desde el cielo. Vine a la Biblioteca Nacional a intentar estudiar, pero acaba de venir un apagón que me sacó las esperanzas, así que acá estoy. Sola, con mi botella de agua. Esperando. Me encuentro en una especie de confusión. Ayer me dijeron que la inspiración era solo un mito y que no la necesitaba para escribir. Yo siempre pensé lo contrario. Y pienso que capaz que la persona que me recomendó eso es porque escribe de una manera más comercial, creo. Sino, ¿Debería “obligarme” a hacer algo que no quiero, solo porque la inspiración no existe? Pero yo no escribo para los demás, lo hago por mí. Mi único problema con eso es que lleva a que no siempre escriba, es más, lo hago cada vez menos. No termino de saber si eso me pasa porque no establecí una rutina, como esa persona me dijo, o es porque de verdad no estoy inspirada (si se parte de la base de que la inspiración no es un mito).
Mientras escribo esto en una hoja me re-descubro. Para ser la primera vez que me fuerzo a escribir, no está nada mal. No me siento ahogada. Igual, me falta llegar a mis propias conclusiones. En este momento también estoy pensando en cómo constestarle a la persona que me recomendó no basarme en la inspiración para escribir. Además pienso, ¿Cómo sería mi rutina si me pusiera objetivos a corto plazo para escribir? Mis días nunca son idénticos, no hago las cosas de una manera automatizada. Es más, uno de mis artículos critica en cierta parte la rutina. Voy a tener que ir viendo, tampoco voy a ser tan estricta conmigo misma. Quizá tome en cuenta lo que esa persona me dijo, pero adaptándolo a mi manera. Mis palabras me van aclarando un poco mis pensamientos. Si hago memoria, todos esos libros que nunca leí y postergué fue con la excusa de “falta de tiempo”, todas esas actividades abandonadas y, sobre todo, la escritura. ¿No será que yo misma me impongo mis propios obstáculos? Con el argumento que estuve usando, entonces nunca voy a leer ni escribir en mis días ocupados, y siempre esperaría a mis vacaciones para retomar todo. Más o menos esos son mis pensamientos ahora, necesito unos días más para meditarlo y ver cómo me va. Quién sabe, capaz que lo único que hacía falta era hacerme el tiempo que siempre dije no tener.
