Días que marcan la diferencia entre ser ‘amateur’ y ser profesional
En todos los proyectos creativos existe un momento donde la motivación se va de vacaciones y te deja flotando en medio del océano preguntándote por qué haces lo que haces.
Hay días en los que simplemente no tienes ganas de crear y son precisamente esos días los que marcan la diferencia entre ser amateur y ser profesional.
Me la pasé renegando internamente los 3 kilómetros de recorrido de la oficina del CutOut a mi casa, incluso paré un momento en Jardín Guerrero a observar a las personas que asistían a un festival de trova, di un par de vueltas y abandoné el lugar.
Un par de cuadras antes de llegar a casa, a unos pasos del Mercado Hidalgo, me encontré a Juan Alexis afuera de una cantina. Cualquier otro día no habría parado, pero hoy algo dentro de mí me dijo que era buena idea.
Juan trabaja lavando trastes en la cantina, me dijo que era un trabajo decente y que la comida era buena, enlistó para mí la botana del día, le dije que nunca había entrado pero que quizá me animaría pronto.
Le mostré fotos del proyecto pero me dijo que él no tenía Facebook ni «esas cosas». Cuando salió una señora de la cantina, Juan le dijo alegremente: «¡Ey, ¿no quieres salir en una foto?», la señora le hizo una mueca y se fue caminando al mercado.
Le agradecí a Juan por la foto y me fui preguntándome si era casualidad o causalidad todo mi recorrido hasta llegar a esa cantina.
Este post número 167/200 forma parte de la segunda parte de mi proyecto de creatividad. Si te gusta mi proyecto te agradecería que me des muchos aplausos para que más gente pueda verlo.
