‘El amor en los tiempos del cólera’, otra vez

Camilo A. Romero
EÑES
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4 min readSep 4, 2017
Tragedia del Galeón de San José, acontecimiento histórico narrado en la novela de Gabo.

Rara vez vuelvo a las paginas de un libro ya leído. Esto se debe a una falta de entusiasmo que me invade cuando pienso que la historia que en él se desarrolla y la profundidad de los personajes ya se han revelado en mí, por lo cual la sorpresa que busco al pasar la página ya no me afecta ni me deslumbra. En mi caso, algunas «segundas lecturas» son más bien repasos espontáneos de momentos o tramos de textos específicos, que por algún afán desconocido deseo volver a leer. Pero raramente ocurre que sea el libro entero el que me provoque leer.

En la necesidad de buscar prosas nutridas y bien estructuradas, como parte de inspiración para una novela que estoy escribiendo, volví a un libro cuyas páginas me atraparon la primera vez que lo leí y al parecer nunca me soltaron. Se trata del libro: El amor en los tiempos de cólera, escrito por el inmortal Gabo.

Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.

Esta frase, que es con la que empieza el texto de Gabo, resumía casi de entrada lo que iba a ser mi segunda experiencia con este libro. Un amor contrariado que había dejado abandonado al cerrar sus páginas y que por más que el tiempo pasara volvería a él para buscar algo de su encanto. Situación que me era inevitable mientras seguía leyendo los párrafos escritos en sus páginas, inundados de referencias históricas y detalles minúsculos pero sustanciales en los ambientes que decoran a los personajes. Todo impregnado de la belleza del ya reconocido «realismo mágico» que resultaba ser la firma de Gabo en cada punto de cada oración.

Pero ¿por qué este libro si me apetecía leerlo todo, y otros no?

El misterio radica en la estructura narrativa del libro. Las segundas lecturas no buscan un redescubrimiento de la historia, ya que esta no va a cambiar así descubras detalles nuevos que omitiste en la primera lectura. En las segundas lecturas no buscamos la historia, buscamos al narrador. Buscamos la forma narrativa y la riqueza del texto, que ahora, leyéndola de nuevo, podemos prestarle más atención que a la historia misma. Esas frases, momentos, descripciones y situaciones específicas que queremos volver a vivir.

Pero algunos autores logran que sus estructuras narrativas se puedan leer como episodios específicos o momentos inconexos a los que puedes volver a ellos obviando el resto de la historia. Por ejemplo: siempre he dicho que El mundo de Sofía es un libro esencial en la biblioteca personal de cualquiera, sobre todo por su carga educativa. Es un libro al que uno siempre vuelve en busca de recordar las enseñanzas filosóficas que alguna vez te dejo y que están allí en sus páginas. Pero es un libro al que puedes volver no con la necesidad de leerlo todo, sino buscando específicamente aquella parte de la historia que es la que tú necesitas.

Con el libro de Gabo no puede pasar eso. El amor en los tiempos del cólera es un libro que no se puede leer de forma inconexa porque su estilo narrativo está tan impregnado de la historia y de los personajes, que es imposible pretender separar uno de ellos buscando la singularidad en alguno de estos. Es un libro cuyo narrador, a pesar de estar en tercera persona, participa activamente en la historia, hablándonos de sucesos del pasado como si se tratase del abuelo contándote las historias de la familia. Es un libro cuyas descripciones ambientales son tan ricas en detalles y tan bien narradas que no te cansas de descubrir de nuevo cada esquina descrita por Gabo. Esta magia impide que vayas a páginas especificas del libro, leas dos o tres cosas y lo cierres para abrirlo en una futura ocasión. Eso no va a pasar, porque lo que sucederá es que abrirás el libro, y cualquier página te enviará al inicio de la historia y empezarás a leerlo sin parar nuevamente, dándote cuenta que has caído bajo los hechizos oportunos de una narración rica y nutrida, bien estructurada y bien narrada.

Esto no quiere decir que un libro sea mejor que el otro. Cada uno tiene su forma narrativa, su contexto, su género y su trama. Y no se trata de una competencia ni nada por el estilo. Es sencillamente tipos de estructuras narrativas cuyas variables se descubren cuando nace en ti la voluntad de analizarlas y releerlas. Es lo que hay más allá de las historias, en el esqueleto mismo de las paginas, allá donde pocos llegan y pocos se fascinan.

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