El eterno retorno
El mito de Sísifo es un ensayo de Albert Camus, donde el autor francés hace una analogía de Sísifo —personaje de la mitología griega que ofendió a los dioses y fue condenado a subir una piedra hasta la cima de una montaña, solo para que al llegar a la misma caiga al precipicio teniendo que ir de nuevo a su búsqueda, repitiendo tal acción una y otra vez hasta el infinito— con el esfuerzo inútil de la humanidad. Para Camus la vida no tiene significado y el hombre está condenado a repetir una serie de prácticas, no por lógica sino por rutina como Sísifo.
Para ejemplificarlo: el hombre y su formación académica. Esta última es una carga como la roca de Sísifo, el propósito de la obtención de un título es lo mismo que para el personaje mitológico llegar a la cima, pero una vez alcanzada al individuo no le queda más que enfocar sus esfuerzos en otras metas, repitiendo tal ciclo hasta el fin de su existencia.
Esa percepción cíclica de la vida, así como también de la historia, tiene dos aproximaciones: la positiva y la negativa. Hay ciertos autores del tema civilizacional que constantemente plantean una de ellas. Es obviamente la visión constante de la historia decadente, en la que continuamente se comparan las actividades humanas con anteriores momentos históricos y se concluye que existe una pérdida de valores entre otros aspectos. La otra es una aproximación más positiva, en la que se plantea que el ser humano cada vez está en una mejor situación en la historia, por los constantes avances que permite el conocimiento en general, etc.
El mito de Sísifo solo me parece una de las maneras de ver las cosas —la vida, la historia, lo que sea—, una visión pesimista por demás, que demerita enteramente lo que significaría subir la piedra siempre, como por ejemplo el hecho de que Sísifo cada vez tendría piernas y músculos más fuertes, conocería cada vez mejor el camino, lo haría cada vez más rápido. Una analogía que bien podría funcionar con la trayectoria deportiva de un atleta, en su continua acumulación de experiencias y logros, pero ¿existe acaso uno absoluto? Para Camus la respuesta es ¡no! —el deportista estará entonces condenado a un ciclo de acumular siempre logros.
Camus no plantea alternativa, su teoría es absurdista. Lo que sí plantea es que, en la única parte donde Sísifo es feliz es cuando una vez en la cima asume el reto de subir nuevamente la roca a lo alto de la montaña. En el preciso momento en que surge la motivación, la conclusión entonces pudiera ser que el impulso y el arrojo son los únicos que liberan al individuo de esa práctica cíclica a la que está condenado.
Camus coincide con otra teoría filosófica planteada antes, en este caso por Nietzsche: el eterno retorno de lo idéntico, aun cuando Nietzsche sí plantea una solución práctica al asunto y alejada del nihilismo absoluto de Camus, al argumentar el elemento liberador que representa dar propósito propio a la existencia.
