El verdadero problema del reguetón

El reguetón gusta y mucho, ¿pero cuál es su verdadero problema?

Mr Cold
EÑES
6 min readAug 12, 2017

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Desde que el reguetón empezó a coger tracción a mediados del 2004 han habido un sinnúmero de discusiones alrededor de su validez, su posición en la música, sus controvertidas letras, su comercialización, etcétera.

¿Pero qué hay de fondo en todo esto?

Experiencia

Casi durante toda mi vida el reguetón ha sonado. Se ha popularizado tanto que ya hace parte de la cultura latina, representa ese ambiente fiestero que se vive a este lado del continente. Así mismo lo hemos visto en géneros como la salsa, el merengue o el vallenato en mi país Colombia.

Desde que cumplí dieciocho años y voy a bares ha estado presente, sin falta, en cada una de las fiestas. Para mí, y estoy seguro que para muchos coetáneos, es difícil concebir una rumba sin reguetón. En una reunión no hay lío, en un evento tampoco, ¿pero en una rumba?, complicado.

El género está tan apegado a la cultura que ya es imposible quitarlo. Es algo que se debe aceptar y tomar como parte de la evolución musical en la región e incluso hoy en día, influencia a artistas extranjeros.

Pero entonces, ¿por qué es tan criticado?

Lo cierto es que sí, hay mucho que criticarle a este género. Nombremos algunos puntos básicos:

La letra
Entre sus letras encontramos sexo, fiesta, algunas veces amor, sexo y más sexo. Se llega incluso a denigrar a la mujer en varias canciones, si no en la mayoría. Estas no son canciones cualquiera, suenan en la radio y son compuestas por artistas mundialmente conocidos.

El ritmo
El ritmo es repetitivo. Entiendo que es un género musical y como tal, las canciones que pertenecen a este tienen características similares, pero esta vez se han pasado de la raya, a tal punto que es raro encontrar una canción que varíe la estructura o cambie los temas antes mencionados. Este punto se explica y cobra sentido con el siguiente.

Todas las canciones del género son comerciales
Es evidente que una canción se compone para que la gente la escuche y disfrute, pero este género nació en y para el mundo comercial. El principal objetivo de sus representantes es hacer dinero. No digo que no se pueda vivir de la música, es evidente que sí, y que el dinero que genera este mercado es válido para cualquiera. Pero el reguetón deja a un lado la parte importante de la música y, en cambio, esta es usada como un objeto y como un producto para generar ganancias. Por este motivo a los compositores no les interesa variar las letras o el ritmo. Una canción se vende más si se usan ritmos ya conocidos y pegajosos. El cerebro nos recompensa cuando podemos predecir qué melodía viene en la canción y los creadores del reguetón lo saben muy bien. Se fabrica música y se empaqueta, se banaliza el significado de la misma e incluso, me atrevería a usar el término «prostitución» musical para definir lo que hacen acá. Este punto, a su vez, explica el siguiente.

Música pasajera
No sé si realmente se pueda hablar de clásicos del reguetón, tal vez hayan algunos, pero este género no se caracteriza por trascender canciones. Sus obras viven de entre tres a doce meses y luego se pierden. Estas son explotadas al máximo, se les intenta sacar todas las ganancias posibles y, al ser un producto desechable, evidentemente, expira. Así que las reciclan una y otra vez con variaciones estúpidas y a veces, ridículas. Es normal encontrar tributos y covers de canciones en general, pero acá, con el reguetón, es común encontrar tres o cuatro versiones de una canción, creadas por el mismo artista, con el único fin de volverla a poner en circulación.

¿Ahora entienden que es lo que saca de quicio a los músicos y melómanos?

El verdadero problema del reggaetón

Ya hemos sacado a relucir las peores características de este género, pero entonces, ¿por qué es tan escuchado?

Básicamente el público que impulsó el reguetón buscaba exactamente lo que es ahora: música que liberara el sexo como tema (no lo hace de la mejor forma, pero lo hace), que se pudiera bailar — porque las rumbas nos encantan — , y que si se baila pegado, pues mejor porque es genial bailar caliente; este género revolucionario lo permitiría.

De este modo, nos damos cuenta que es música para liberarse, para no pensar en los problemas y para la fiesta. No queremos críticas sociales en las canciones si lo que hacemos es bailar. No vamos a apreciar los ritmos de fondo o la calidad de la letra cuando queremos estar nariz con nariz con ritmos suaves y constantes, sin tener que pensar en nada más; queremos divertirnos.

Y hasta acá, todo bien, pero el problema surgió cuando esta música empezó a salir de su nicho.

Desde hace mucho tiempo el reguetón es el género predilecto, no solo en las rumbas, no solo para entretenimiento, sino que es el género por defecto en esta región del mundo. Es la música que se escucha a todo momento y en todo lugar. Esto no debería ser malo de por sí, pero pasa algo más.

Cuando escuchamos canciones tan simples y pegajosas es fácil cogerles el gusto, es fácil disfrutarlas y nos acostumbramos a esta facilidad. Ya no queremos las canciones que hay que interpretar; esas no se nos pegan al instante, hay que escucharlas con detenimiento y hay que ponerse a pensar. Ya no queremos disfrutar obras más complicadas, más cargadas.

En resumen, el reguetón hace que perdamos el gusto y las ganas por otros géneros.

Va a sonar mamerto, pero a todo esto hay que sumarle que el reguetón es un reflejo de la sociedad actual. Como en cualquier etapa del arte, este representa los intereses, sentimientos, pensamientos, etcétera, de un colectivo. Con el reguetón pasa lo mismo y es en este punto donde la crítica deja de centrarse en quién compone y miramos a quién lo escucha, a fin de cuentas, el primero no existiría si el segundo no disfrutara lo que este hace.

El reguetón nació en un público joven, inculto y con poca formación artística o musical— los padres no enseñan de arte a sus hijos y en el colegio ese tema poco importa—. Nació en un público desapegado de los problemas, con pereza de pensar y es por este motivo que el género se adaptó y expandió tan bien en este ambiente. Musicalmente, al reguetón no hay que analizarle nada y eso es precisamente lo que buscaba.

No todo está perdido

En este caso los salvadores son demasiados. Hay tanta música y tan diversa que es fácil encontrar propuestas geniales, diferentes, raras y tradicionales. Este mundo de la música es basto, pero hay que poner algo de empeño en descubrirlo.

Hay que untarnos de música, de cultura, apagar la radio y empezar a descubrir nuestros propios gustos. Hay que leer de géneros, leer de anécdotas tras las canciones y explicar los mejores temas a quienes nos rodean.

No nos asustemos de la complejidad de algunas obras, entre más escuchemos y entre más nos expongamos, más fácil será entender qué hay detrás de las letras complicadas y de los raros ritmos.

En ocasiones, en las canciones más inexploradas se encuentran los temas más hermosos y las melodías más sublimes.

En cuanto el reguetón, no hay por qué dejarlo; es divertido y cumple su objetivo, pero no dejemos que nos quite las ganas, la curiosidad y el placer de sentir el arte tras la música.

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Mr Cold
EÑES

Español mi lengua natal. Musica, tecnología, política y economía son mis temas preferidos. Me gusta leer historias, y el sano debate.