Eso que todos sabemos

Jerónimo Calace Montú
EÑES
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2 min readNov 18, 2017

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Dos amigos charlaban sentados en el césped de un jardín sudamericano cuando uno de ellos le dijo al otro eso que todos sabemos.

«Tengo la absoluta certeza de que sólo existo yo. Vos y el resto apenas son simulaciones que dejarán de existir cuando yo me muera —si es que eso alguna vez sucede, porque quizás la muerte sea un concepto que me han introducido en la cabeza con el único propósito de que elija levantarme por las mañanas en lugar de posponerlo todo—. Quizás toda mi vida se haya simulado con el propósito de averiguar cómo funcionamos los humanos, seres inmortales, si se incorpora en nuestra existencia el concepto de muerte. Es más, hasta puede ser que el pasado que conocemos —o que conozco, ya que vos no existís— se trate también de una simulación. Que me hayan plantado aquí mismo hace unos segundos y me hayan introducido en la mente toda la información referida al devenir que me condujo hasta aquí. ¿Entendés? Claro que entendés. ¿Pero cómo podrías dar por válida una teoría que dice que existe un solo hombre en este mundo si vos ya sos consciente de tu propia existencia? La única forma de que esa teoría sea válida es que vos seas el único hombre que existe y yo sea la simulación que viene a contártelo».

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