Eterno retorno
Estallamos
en un millón de partículas.
Se alejan
vibrantes,
comunicación del alma
sin lenguaje conocido.
Somos viajeros
abriendo caminos en el mar,
dirigiéndonos a espacios
sin tiempo ni lugar,
a sueños
déjà-vus
de momentos
que no ocurrirán.
No cabemos en este cuerpo
y este corazón es finito.
No puedo cerrar los ojos.
No puedo cerrar los ojos.
No puedo cerrar los ojos.
No me puedo silenciar.
Una luz resplandeciente
me ciega,
invisible
cálida.
El sonido es envolvente
nos abraza
nos baña,
un corrientazo,
y en ese instante
soltarlo todo
y volar.