Exclusión en los grupos sociales

Síganme los buenos
EÑES
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3 min readSep 7, 2017

Hay un fenómeno que he podido observar en los grupos, en estos tiempos en que la misma dinámica de los medios de comunicación y las redes sociales lo facilitan y es muy fácil armar un grupo, y es que la exclusión también se da en las redes sociales: en Whatsapp, Telegram, etcétera.

¿Cómo se realiza esa exclusión social?, muy fácil: el que participa no se toma en cuenta, dicho en palabras populares, no se le para pelota, no se le responden comentarios, no se le aplaude ni se le critica. Esta persona excluida de manera tácita, velada, puede compartir archivos, fotos, pero no hay menciones. Es como si no existiera.

Pero las cosas no son así de simple. Puedo catalogar dos grupos diferentes: aquellos en que las personas se conocen de previo, y las que no se conocen en absoluto y la persona a través de su participación proyecta su personalidad.

Esta reflexión es más para los grupos en que las personas ya se conocen y por lo general desde hace mucho tiempo. Estos grupos son de participación activa, amistosa y sincera. Los que son excluidos fueron catalogados como fuera de la norma desde el momento en que el grupo mantenía contacto personal. La idea que se formó como persona de cada uno permanece invariable; si eras el muchacho bromista e irresponsable, así serás considerado siempre; si eras el callado y estudioso, igual.

Pero la clave es que el grupo te acepte como persona, que la conciencia de grupo te valore como un individuo en igualdad de condiciones, conforme a los estándares de la «manada»; mismo estatus social, mismos valores, misma antigüedad en una estructura social o en el medio en que el grupo fue formándose.

He observado en un grupo que participo en Whatsapp que alguien pidió ayuda económica para sufragar gastos económicos. Alguien propuso una alternativa de ayuda, otro dijo que de plano por razones personales no podía ayudar, y así se fue diluyendo el tema. Hasta que el propio interesado dejó su comentario solicitando ayuda. Silencio en la noche, nadie dijo «esta boca es mía».

Otro excluido dijo que regresaba al país y que estaría en el aeropuerto a una fecha y hora determinada y nadie dijo: «Ok gracias por avisar, por ahí te miramos». Yo mismo fui de los que no dijo nada, posiblemente porque soy de los excluidos y solamente me he dedicado a leer los comentarios de los que están dentro del grupo. Yo me he resignado a estar en la periferia, viendo los toros de largo.

Este grupo se reunirá el próximo año para celebrar un aniversario de haber salido del colegio. Estoy evaluando la excusa que diré en caso me pregunten sobre mi participación; a lo mejor aplique la misma fórmula diplomática: «Me reservo mis razones personales para no asistir».

Pero es posible que por otras razones decida participar, aún no lo sé, pero esas razones son de orden espiritual, para superar el anonimato y transmitir mi pensamiento e ideas, porque vencer la exclusión será mi mejor premio y mi satisfacción personal.

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EÑES
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Administrador Funcional de Empresas. Sigo de cerca la situación en Nicaragua. Experto en opinar.