Hablemos del sexo… ¿Normal?

Mario Alfaro
EÑES
Published in
4 min readJul 11, 2017

Ya he escrito de este tema unas cuantas veces y en mi caso, pues considero este como algo normal, se puede hablar de sexo y sin ningún tipo de problema. Para muchos es un tabú el escribir o hablar de esto y todo por el nivel cultural y moral que se han inculcado tanto por la religión como por la sociedad machista en la que vivimos. A veces se coloca como un tema de discordia, pero lo más común, para buscar sexo fácil. Es por esto que se ve de manera aberrante, pervertida y un estilo de acto de un delincuente.

Photo credit: hbaldo via Foter.com / CC BY-ND

Como humanos, y como sociedad, tendemos a rechazar todo lo que se nos presenta como desconocido, incluso llegamos a tomarlo como algo que nos provoca miedo; por esa razón lo etiquetamos y condenamos. Y es este tipo de situación por la que muchas de las actividades sexuales se ven o se condenan como un acto fuera de la normalidad en las relaciones sexuales. Para este tipo de personas el BDSM, el fetichismo, los intercambios de pareja y los Menage á Trois, entre otras practicas, no están catalogadas como sexo normal, es decir que se condenan como actos «desviados» de la normalidad de la naturaleza.

Hasta 1973, la homosexualidad se consideraba como una conducta desviada de la normalidad, y como era de esperar, a los homosexuales como desviados. El avance de de la aceptación y de la libertad sexual, ojo no confundir con libertinaje, aprueba los actos antes mencionados y la homosexualidad es vista como algo aceptable, aunque no del todo. Debemos tener en cuenta que cada experiencia es diferente y cada persona también.

Pero en este punto entramos a un dilema donde la persona se oculta y reprime mucho sus deseos o ve como algo «anormal» sentir o tener fantasías sexuales. Quizá si la gente dejara de ver el acto sexual como algo sucio y fuera de un argumento religioso, pues tendríamos diferentes actitudes y quizá menos embarazos no deseados. Y es que en verdad no hay nada de negativo ni de sucio ni de perverso si las personas implicadas están de acuerdo; no se pone en peligro la integridad física de ninguna de las personas que participan de la experiencia y lo hacen de manera voluntaria; además que ya sean mayores de edad por supuesto.

Sin duda alguna, una persona que hable o que exprese de manera natural el que practique o que tenga este tipo de actitudes sexuales se verá como una persona perversa, sucia y en el caso de una mujer, una puta. La presión de la sociedad es tan grande que muchas personas reprimen muchas actitudes; en realidad todo aquello que no es socialmente aceptado, es como poner de ejemplo ver a un hombre vestido de color rosa. La sociedad muestra a estas personas como poseedoras de un tipo de enfermedad mental, con trastornos o aberraciones y hasta como delincuentes.

Photo credit: gaelx via Foter.com / CC BY-SA

Definitivamente estas presiones sociales provocan que las personas terminen rechazando el deseo natural que, como un ser humano que tiene bases salvajes y de preservación natural de la especie, de tener relaciones sexuales, de tener deseos que van más allá de «lo normal». Quizá por eso es que alguien que quiere o que ya ha practicado BDSM suele tener sentimientos de culpa, porque está fuera de lo que la sociedad ha tomado y adoptado como normal dentro de la practica sexual y después de todo esta culpabilidad no dejará disfrutar de su sexualidad plenamente, sin reprimirse, sin avergonzarse, sin sentirse que no encaja en la sociedad.

Por eso es que nos avergüenza reconocer que tenemos estos deseos, nos avergüenza reconocer lo que somos, lo que hacemos, cómo vivimos nuestra vida, nuestra sexualidad y nuestra forma de disfrutar nuestra sexualidad en un ambiente íntimo y privado. Creamos un discurso para parecer «normales» reprimiendo por completo todo lo que de verdad sentimos, deseamos y poder entrar en el rol de género que nos han inculcado desde pequeños y que están dentro de lo que se considera «socialmente aceptable». Y es de esta manera como tenemos hombres que mienten sobre las parejas sexuales para adaptarse al molde de HOMBRE que la sociedad le ha impuesto y mujeres mintiendo en la cantidad de parejas sexuales y el gusto que tiene por el sexo para que no se le etiquete como puta y entre en el dato estadístico de la frase:

«Un hombre que está con muchas mujeres es un héroe, pero si una mujer anda con muchos hombres es una puta».

Photo credit: kedai-lelaki via Foter.com / CC BY

Millones de años luz nos separan para que dejemos de señalar con el dedo y etiquetar a las personas en función de su posición social, creencias y sus deseos propios como humano. No aceptar el disfrute de la sexualidad como sea, como más le apetezca, en cualquier variante que sea, nos hace más «pervertidos» porque por eso es que se consume la pornografía detrás de un portal y que las personas se pongan una mascara que esconde la verdad sobre su deseos, sus gustos, para encajar en la sociedad.

¿Cuál es tu opinión sobre el esconderse para poder disfrutar de tu sexualidad sin ser etiquetado? ¿Te atreverías a hacer realidad tus deseos sexuales?

--

--

Mario Alfaro
EÑES
Writer for

If I'm a little crazy, anyway And luckily, I'm another. And although I don't know anyway, and luckily I have spare Joy // RRPP-CM-Producer-Editor \\