Hoy es uno de esos días en los que absolutamente todo es igual a nada. Hoy es uno de esos días en los que quisiera solamente sentarme al pie de la cama, sobre la suave y sedosa alfombra gris que adorna todo su alrededor, y deleitarme únicamente con el reflejo del sol sobre ella; sin preocupaciones, sin preguntas, sin respuestas. Los días como hoy me recuerdan lo que solía ser los tiempos mejores, donde nada era tan agobiante, donde era una soñadora en potencia.
Me pregunto entonces, ¿será esa la razón de tantos odios?, ¿será ese el motivo de tanta infelicidad? Recordar que todo tiempo pasado fue mejor y darte cuenta que darías todo por regresar un minuto, aunque sea un minuto y aprovecharlo de verdad. Regresar para hacer todo eso que, de igual manera, ni en medio de tu independencia podrás lograr. La vieja habitación me trae muchos recuerdos, en especial que antes únicamente me preocupaba por reunir dinero para comprar una guitarra o libro, me preocupaban tantas cosas que hoy me dan risa. Aquellas preocupaciones se hacen extrañar, harían todo más fácil, sería todo más divertido. Hoy es uno de esos días en los que veo mi habitación con nostalgia, todo lo que hay en ella me invade de tristeza, todo incluso yo misma.