¿Calidad o Instagram?

No, no lo saben. No saben el poder que tienen. Hoy él sube un vídeo y habla sobre como debes alimentarte: este alimento es bueno, este otro te ayuda a potenciar tu musculatura y este otro te da más energía. Sabe cómo decirlo, sabe cómo venderlo; de hecho, lleva durante 6 meses aprendiendo a hacerlo, porque al final ese es su trabajo. Comunicar.

Pero… y si no es fiable, y si su fuente es errónea. Tal vez no lo haga concientemente, quizá solo haya visto un vídeo de alguien que admira y habla de ello, quizá leyó algo que no estaba bien, incluso, puede que solo sea un tema de moda y le convenga hablar de ello. El problema es que la información que está dando puede hacer daño si no es correcta o no va dirigida a la persona adecuada.

Pensemos en una influenciadora que recomienda una determinada dieta, que a ella le funciona, asegurando que es la mejor dieta que ha podido elegir. Pues bien, si se profundiza en el tema de la alimentación, se descubrirá que no hay una dieta única y válida para todos, más bien hay una serie de recomendaciones sobre lo que se «sabe» que es correcto.

Hay estudios que defienden la paleodieta, también los hay que defienden la dieta vegana y también la dieta más tradicional ¿cómo sabemos qué es correcto? Sinceramente nadie lo sabe, por eso se estudia. Además, está el componente psicológico a la hora de comer. Por eso una dieta vale para una persona y no para otra.

Sin embargo, esa influenciadora a quien su dieta le ha funcionado, es capaz de motivar al cambio de muchísima gente que siga lo que publica. Sinceramente, que se sepa si lo que está diciendo esa persona es información de calidad es más importante que cómo transmite ese mensaje. Por desgracia, lo importante en este caso, queda en un segundo plano.

Y luego estamos nosotros. Los que creemos esto o no, los que decidimos consumir. Habrá gente con más conocimiento sobre el tema, pero otros no. El caso es que todos, si nos gusta como comunica esa persona, somos susceptibles de creer esa información.

Es obvio que, a mayor nivel de conocimiento, más poderoso eres a la hora de creer una información o no. Pero no todos podemos ser expertos en todo. A ti quizá te encanta la arquitectura y sepas más que nadie sobre ello. Pero también te llama la atención el deporte, la moda, la alimentación, el marketing, etc. Y cuando buscas información vas a tus redes, vas a internet.

En las páginas web este cambio empezó hace mucho tiempo, aquellas webs que querían dar calidad empezaron a diferenciarse y a certificar su contenido. Cuando uno lee información médica en Medline, sabe que lo que lee es correcto. Cuando lo lee en el blog del médico de turno es susceptible de ser engañado.

¿Pero cómo hacemos esto en Instagram?