Abra los ojos (7)
La fantasía de la escritora
Basada en hechos reales (2017), adaptación de la novela escrita por Delphine de Vigan, es el regreso de Roman Polanski al tema de la disociación, afín a su filmografía desde Repulsión (1965), una de sus grandes obras en una dilatada carrera de casi 60 años.
Sin embargo, lo que en esta última película es narrado desde un enfoque naïve del fenómeno disociativo, la pulsión sexual de la protagonista (encarnada por Catherine Deneuve) como el origen del síntoma, en Basada en hechos reales la causa está vinculada con el proceso creativo de una escritora que rompe su molde para alumbrar una novela.
Delphine, autora superventas, está en un brete creativo. Tres años sin escribir, hijos distanciados y una relación a tiempo compartido con un periodista prestigioso de la televisión cultura, la están anclando a una crisis de la mediana edad sin solución aparente.
En este tránsito conoce a Ella, una lectora y escritora fantasma, con quien entabla amistad desde las afinidades electivas de cada una: literatura y escritura, como la base de una relación tormentosa con ecos tan notables como aquella sostenida por Van Gogh y Gauguin.
Con una actuación sobresaliente de Eva Green, contrapunto de una exquisita interpretación realizada por Emanuelle Seigner, Polanski tenía en sus manos un material bomba que no supo manipular con la misma eficacia de su anterior thriller, El escritor oculto (2010).
Basada en hechos reales, tanto en su relato literario como cinematográfico hace eco a Misery, de Stephen King, una novela sobre la relación mórbida entre un autor y su más avisada lectora. Pero lo que en Misery es un crescendo de la tensión, encauzada hacia un final contundente, Basada suspende la tensión para dar primacía a la ambigüedad psicológica.
Al acudir a este recurso, Polanski está más cerca de Henry James que de Stephen King, este último más presto a la ejecución del conflicto que a la evolución de las causas.
Conocedor del carácter humano, el director construye con paciencia la relación entre Ella y Delphine. Muestra los tejidos de una relación de camaradería cuya transformación, primero en codependencia y posteriormente dominación, no hacen suponer al espectador la llegada de un final positivo, casi improvisto y de tinte levemente catártico.
Al dejar a un lado, o en la cuneta ;), la resolución del conflicto entre ambas y traer a primer plano el proceso creativo de Delphine, por el que juega sus cartas más preciadas en la última parte de la película, Polanski se muestra efectivo, muy americano en la resolución de una película que apunta maneras pero concluye con precipitación.
El espectador queda con sabor de boca amargo por la tensión irresuelta entre las dos mujeres. Por fortuna, Polanski no exhibe las motivaciones sexuales de Repulsión en esta película. Sin embargo, no ahonda en el proceso destructivo que emprende Delphine, impulsada por Ella, en la construcción de un relato de identidad que, por paradoja, termina transformándose en otro superventas de la escritora.
Material bomba, como fue señalado anteriormente, que funciona como entretenimiento pero que deja en deuda a un director acostumbrado a las mieles del reconocimiento crítico.
Basada en hechos reales (2017), Roman Polanski. Con actuaciones de Eva Green y Emanuelle Seigner. Libreto firmado con Oliver Assayas, basado en el libro homónimo de Delphine de Vigan (2015).
Un detalle intertextual, caro para ciertos estructuralistas de viejo cuño, como lo es la relación esbozada, y utilizada por Polanski como un comodín, entre Delphine y sus libretas, que van y vuelven en la película.
Sobre este detalle escribí una entrada en EÑES sin saber que encontraría un correlato en la película. A quien corresponda: