La resistencia de los crespos
«Qué bonito tener el pelo liso, liso pelo no quebradizo y que lo sientas suavecito».
También es bonito tener el pelo ondulado, crespo o afro así no haya una canción que lo diga.
En épocas de queratina y plancha, no es fácil resistirse;
por eso, qué vivan los locos que aún llevan sus crespos con orgullo.
Arriba los guerreros que luchan todo el día contra el frizz,
que saben que el slogan de «definidos» no los define,
que no le creen a la peinilla, el peine o el cepillo,
porque se oponen a que los «peinen» en todos los sentidos.
Qué viva la sublevación del pelito «chuto», «malo», «rebelde», «salvaje»,
que no es presa fácil para caimanes o moños,
que es independiente, libertario
y caudillo de una genética insurrecta.
Los churcos tienen estática y también dinámica,
swing, mambo, tumbao y azerejé;
por eso, llévalos sin miedo,
porque no hay mejor cosa que
ver una revolución gestándose en una cabeza;
porque no hay nada más bello,
que una protesta de crespos que bailan con el viento.
