Nacimiento y muerte

Angélica Glória
EÑES
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1 min readSep 18, 2017

Era oscuridad y humedad.
Pero luego era un vestigio de luz.
Pero luego la luz era mayor.
Pero luego era un destello.
Y la gente nace, solo.

Se cansa de biberón y rala las rodillas
y traza los atajos
y descubre si le gustan las matemáticas o el portugués.
Solo.

Y descubre si el amargo de la cerveza es malo y tos en el primer trago de cigarrillo
y abandona o no a los dos.
Solo.

Se cae de amores y se rala otra vez,
pero levanta rápido,
corre que puede tener a alguien viendo
y llora, pero pasa.
Solo.

Y decide lo que va a vivir haciendo el resto de la vida,
trabaja y escribe los objetivos
pero da una parada en los planes
porque es viernes
y yo merezco un descanso.
Solo.

Y viaja con los hijos
y lo pone todo en la maleta del coche,
incluso el pasado
y lo que espera del futuro,
y vuelta del viaje
y el futuro, tú, el hijo y el coche ya son otros.
Y las canciones de antes van perdiendo la gracia
y el propio gusto va cambiando
y la luz es débil,
hace frío,
y de nuevo todo es oscuridad.
La gente muere
solo.

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