Notas
Consideraciones necesariamente contradictorias
Niño
El niño es el único humano que posee realmente algo. Es creador de significado y de sentido, usa los objetos como quiere y no como se pretende que los use. Es inmune a las imposiciones. Es el verdadero dueño de las cosas y del tiempo. El niño de Zarathustra, que antes fue león y fue camello, es también cronopio.
Dios
Cuando decimos que hay un dios, una verdad, un bien y un mal, estamos diciendo «este es mi dios, esta es mi verdad, este es mi bien, este es mi mal». Hay un dios, una verdad, un bien y un mal por cada individuo. Por lo tanto no hay ni dios, ni verdad, ni bien, ni mal.
Evolución
La clave de la evolución es el azar. Un individuo nace azarosamente con una característica que en un momento posterior, ante un cambio inesperado en el ambiente, le permitirá sobrevivir. El azar posibilita la diversidad, el ambiente determina los requerimientos de aptitud. Si controlamos el ambiente, ¿controlamos la evolución? No, la matamos.
Tiempo
En un sistema en el que la acumulación de capital no solo está permitida sino que además es premiada, el tiempo pierde todo su valor. Deja de ser un tesoro en sí mismo para convertirse en un insumo, todo tiempo no productivo es tiempo perdido. Ni siquiera los ricos son dueños de su tiempo.
Mentira
La mentira tiene más que ver con la intención del autor de la proposición que con el valor de verdad de la misma. ¿Qué me querés vender?
Vómito
Ya no existe el aburrimiento, la pausa mirando al cielo (ni siquiera al techo). Ya no existe la introspección, hoy todo es vómito virtual. Si hasta se come con el propósito de vomitar.
Tuits
Dentro de cien años en las cátedras universitarias analizarán los tuits de las personalidades de esta época.
Sentido
Es sabido que una palabra pierde sentido al ser repetida muchas veces de manera ininterrumpida. Esto es así debido a la ausencia de contraste. La palabra pasa a ser única por un instante de tiempo. Esa unicidad la vuelve indefinible.
Hechos
Los hechos existen. Pero no existen en este mundo. Y cuando digo «este mundo», me refiero a la palabra «este» y a la palabra «mundo», es decir al mundo de las palabras, al mundo del lenguaje. Los hechos existen en el mundo físico, y en el momento en el que los señalamos (eligiendo una manera de señalarlos), los traemos al mundo interpretativo ya transformados. Los hechos existen, pero no podemos referirnos a ellos sin alterarlos.
Medicina
El avance de la medicina no persigue la inmortalidad sino que la impide (no podremos evolucionar como especie hacia una versión inmortal si logran reproducirse prácticamente todos los individuos de cada generación, incluso los menos aptos físicamente), pero redistribuye la vida. La medicina es socialismo de vida.
Felicidad
La felicidad se siente con el cuerpo.
Frontera
Dios habita detrás de la frontera del conocimiento humano. La propia experiencia humana, el aprendizaje, reduce el dominio de Dios. A menudo notamos que Dios ya no está presente en algún lugar en el que antes estaba y entonces creemos que ha muerto. Esto no es así, simplemente ha sido reemplazado en ese sitio por el conocimiento humano. Recién cuando alcancemos la totalidad de entendimiento (y no sabemos si esto es posible) mataremos a Dios por aplastamiento.
Rima
No hay belleza en la rima. Es decir, en la rima por sí misma. La poesía con rimas es poesía con obstáculos. Los buenos poemas con rimas son una gran demostración de virtuosismo por parte de sus autores, ya que logran generar belleza a pesar de las rimas (y no a partir de ellas). Ahí está la magia.
Razón
No hacen falta comprobaciones para determinar que está mintiendo aquel que se jacta de tener razón en algo.
Mal
Todavía aceptamos el esquema de pensamiento maniqueo. Seguimos naturalizando la identificación de un enemigo y la batalla contra el mismo. En el futuro, hablar del bien y del mal será tan ridículo como decir que la tierra es plana. Por ahora nos permitimos señalar al enemigo y tratar de destruirlo planteando como límite moral la violencia física. No vemos que el problema está en el acto inaugural, en la personificación del mal.
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