Nueva guía rápida para encontrar tus pasiones

Christopher Lopez
EÑES
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7 min readFeb 5, 2018

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Fotografía de Danir Yangirov

Las preguntas más difíciles que me han hecho en mi vida son tres:

  • ¿Quién eres?
  • ¿Qué te gusta?
  • ¿Qué quieres hacer con tu vida?

Sentí un vacío enorme cuando me las preguntaron porque no sabía qué responder. Me quedé en blanco; me bloqueé completamente. No tenía una respuesta y comenzaron mis ataques de ansiedad.

¿Por qué soy tan diferente? ¿De verdad no me gusta nada? ¿Quién soy realmente?

Cuestionamientos comenzaron a rondar en mi cabeza y se quedaron grabados en mi alma. No paraban.

Me puse triste, me comía las uñas, bebí más alcohol, pausé el ejercicio y me la pasaba pensando y pensando: ¿para qué soy bueno? La ignorancia asusta.

Para encontrar cualquier cosa necesitas comenzar a buscar. La fórmula es muy básica: El que busca encuentra.

¿Haz perdido las llaves de tu coche? Bueno, buscar tus pasiones sigue los mismos pasos que buscar tus llaves.

Busca en lugares conocidos

¡Las dejé colgadas! Si eres una persona con una pizca de organización seguramente tienes un lugar designado para poner las llaves. Yo, por ejemplo, tengo un bonito colgador de llaves en la entrada de mi casa. Otras personas he visto que tienen un bowl, igualmente, a la entrada de su casa para poner tus llaves. Sería lógico que buscaras ahí en primera instancia, ¿cierto?

Fotografía de Bench Accounting

El primer lugar donde buscar tus pasiones es en los lugares comunes donde esperarías encontrarlas. La escuela o el trabajo suena como un excelente lugar para comenzar. ¿Te gusta tu trabajo? ¿Disfrutas de estudiar? ¿Qué actividades encuentras interesantes? ¿Qué materias encuentras interesantes? ¿Al realizar qué tareas pareciera que el tiempo pasa volando? ¿Por cuales trabajos te han felicitado? ¿En qué ambiente te sientes más cómodo? ¿Trabajo en equipo o individual? ¿Técnico o administrativo?

Busca aquellas cosas en las que eres bueno. Sin importar si te gustan o no. Después pensaremos en eso, pero ese debe ser tu foco de atención.

¿En qué soy el más chingón?

Anota tus resultados.

Busca en tu pasado

No están en su lugar. ¿Ahora qué?

Después de buscar en el sitio que esperarías encontrar y te das cuenta que las llaves no están. ¿Qué sigue? ¡Claro! Comienzas a imaginarte tus acciones previas a perderlas. Recuerdas entonces que: me bajé del coche, entré directo a la cocina a beber agua, después hice un par de llamadas por celular, subí a mi cuarto y me quité el pantalón… ¡El pantalón! Seguro las dejé en el bolsillo.

Fotografía de Gemma Evans

Después de buscar en lo común necesitas recordar tus orígenes. ¿Quién quería ser cuando era niño? ¿Qué hacía en mis tiempos libres durante la secundaria? ¿Con qué personas me juntaba durante la preparatoria? ¿Cómo decidí que carrera estudiar? ¿Por qué estudié en las escuelas que estudié? ¿Qué cosas les gustaba de mí a mis antiguas parejas? ¿En qué gastaba mi dinero? ¿Cuáles eran mis hobbies cuando era adolescente?

Definitivamente, tus gustos han cambiado desde que tenías 12 años. Sin embargo, hay habilidades de que perduran en el tiempo. ¿Practicabas algún deporte? Seguro eres hábil. ¿Jugabas algún videojuego? Seguro te gustan los acertijos o retos. ¿Pasabas horas escuchando música? Tienes afinidad a las artes. ¿La pasabas dormido la mayor parte del tiempo? Te encanta soñar.

¿Quién eras cuando joven?

Describe esa versión tuya del pasado.

Busca en lugares poco convencionales

No estaba en el pantalón. Tu desesperación crece. Somos seres humanos y queremos las cosas rápido. Tú mismo empiezas a crear alternativas extrañas en tu cabeza. ¿Dónde podrán estar? Solo me falta buscar en… ¡El baño! ¿El baño? Bueno, por si las dudas, vas y te asomas al baño. Incluso levantas la tapa del retrete. Echas una mirada a la regadera, por si acaso.

En tu desesperación comienzas a buscar en lugares poco convencionales. El baño, la azotea, el balcón, debajo del tapete en la entrada, en la comida del perro y un largo etcétera de opciones poco viables, pero igual miras, quien sabe que sorpresa te podrías llevar.

Fotografía de Darius Soodmand

A estas alturas ya debes haber alimentado el gusanito de la curiosidad. Te has sorprendido de las cosas que has encontrado y definitivamente quieres saber más de ti. Así que decides ponerte a prueba e intentar cosas poco convencionales para saber si eres capaz de expandir tus gustos.

Así que decides leer sobre fantasmas, dimensiones alternas, universos paralelos, viajes en el tiempo. Cambias tus novelas por textos de no-ficción. Dejas de ver películas y comienzas a enamorarte de las series. Decides hacer cosas solo: ir al cine, comer en un restaurante, ir a un bar, viajar. Adoptas esa música que antes te parecía irritante.

Una vez iniciado el viaje, no puedes parar.

Busca en las personas que te rodean

Las llaves no aparecen, pero ¡ey! Quizá mi esposa sabe donde están:

—Amor, ¿has visto mis llaves?

—¿Ya revisaste en tus zapatos?

¿En mis zapatos? ¿De verdad? ¿Por qué dejaría las llaves en mis zapatos? Pero la duda y desesperación te corrompen. Así que vas a buscarlas ahí. Por alguna razón me está diciendo que busque ahí.

Fotografía de Mike Wilson

En el momento en que se han terminado tus ideas de donde seguir buscando; tu mejor apuesta debe ser preguntar a otras personas sobre ti. Parece chistoso. ¿Cómo alguien va a saber más que yo? La razón es: Somos muy engreídos para hablar de nuestras fortalezas y muy egoístas para aceptar nuestras debilidades.

Tú, al igual que yo, te pones una venda en los ojos y dejamos de ver lo que no queremos ver. Tenemos un filtro muy bien elaborado y, además, funciona de maravilla.

Sin embargo, las personas que nos rodean no poseen ese filtro. Ellos tienen un concepto muy bien formado de ti. Obviamente, tienes que preguntar a las personas correctas. Piensa en tu familia directa: papás y hermanos. Ellos te conocen de toda la vida; pueden aportar muy buenas ideas. Después deberás acercarte a tus amigos más cercanos. Especialmente con aquellos que tienen la confianza suficiente para hablarte de la manera más honesta posible. Lo que quieres es honestidad.

Pídeles que te hagan una carta que contengan las respuestas a las siguientes preguntas:

  • ¿Qué significa [tu nombre] para ti?
  • ¿Cuáles son las cosas positivas de [tu nombre]?
  • ¿Cuáles son las áreas de oportunidad de [tu nombre]?
  • ¿Qué consejo le darías a [tu nombre]?

Considera lo siguiente:

  • Evita preguntarlo de manera oral. Es vital que las respuestas las escriban.
  • Es muy importante que donde escribí [tu nombre] escribas tu nombre. Le va a permitir a esa persona crear una imagen de ti justo cuando se haga la pregunta.
  • No leas las cartas hasta que tengas todas juntas.

Una vez que hayas reunido todas las cartas. Harás una dinámica muy interesante: las vas a comparar. Lo que estás buscando son similitudes. Si las cinco personas consultadas mencionan que te quejas mucho; tengo una noticia: te quejas mucho.

Anota todo lo que te digan. Se vale estar en desacuerdo, pero considera que si un concepto se repite en todas las cartas, estamos frente a algo que es más que verídico y comprobado. Pon atención a ello.

Siempre estuvo ahí

No, tampoco estaban en los zapatos. ¿Dónde están las benditas llaves? Aquí es donde llega la revelación divina. Solo queda un lugar donde buscar: en mí.
Comienzas a tocarte el cuerpo de una forma cómica para palpar los diferentes bolsillos de tu vestimenta. De pronto, sientes una protuberancia justo en el bolsillo trasero de tu pantalón, ¿será posible?

Inmediatamente te sientes un completo imbécil: estuvo en tus narices todo el tiempo.

Fotografía de Ehimetalor Unuabona

En este momento estás aturdido de tanta información que te ha llegado a ti. Probablemente estés pasando por una tormenta de emociones positivas, negativas y neutras. Sin embargo, la información que obtuviste en tu búsqueda es muy valiosa. Encontraste cosas que ya sabías, que no sabías y cosas que nunca imaginaste que estaban ahí. Lo más importante que pudiste descubrir fue: estuvo en tus narices todo el tiempo.

Nuestras pasiones, metas, objetivos, deseos y sueños siempre han estado donde deben de estar: en nosotros. Ahí están. Hace falta que nos dediquemos a buscarlas. Lee bien esto: Si nunca te lo cuestionas, nunca lo descubrirás.

El viaje del auto-descubrimiento solo puede ser emprendido por ti mismo. El primer paso para saber a donde quieres ir es saber dónde te encuentras.

¿Quién eres? No eres tu trabajo o tu carrera. Eres lo que amas.
Descubre lo que amas y descubrirás quien eres.

¿Quieres saber quién eres? Comienza el viaje del autoconocimiento aquí.

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Christopher Lopez
EÑES

Autor de desarrollo personal y espiritualidad. Director de proyectos, Consultor de negocios, mentor y coach de vida https://chrislogar.substack.com