Oda a ‘Starcraft Remastered’
O por qué Blizzard es el Apple de los videojuegos
Hace poco me compré Starcraft Remastered. Para los que no lo conozcáis, Starcraft Remastered es el Starcraft clásico, puesto de nuevo a la venta, con gráficos de calidad más actual. El juego en sí es exactamente el mismo, defectos incluidos. Pero lo más curioso de todo es que en realidad, no necesitas pagar para jugar a Starcraft. Blizzard regala Starcraft Free, que es el mismo juego de hace veinte años, modificado para que funcione en sistemas modernos. Así que si compras Starcraft Remastered, lo que obtienes no es el juego, eso ya te lo dan gratis, sino el lavado de cara de los gráficos y guardado en nube.
Aparte de las mejoras que se ven en el vídeo y de un guardado en nube que no necesito, el resto es igual. Y aún así, yo pagué.
Lo voy a repetir despacio: sí, pagué voluntariamente 15 euros por un juego que tiene veinte años y he jugado un montón de veces.
Pero es que Blizzard, como Apple, sabe hacer que la experiencia de compra vaya suave como la seda. Mientras otras compañías se empeñan en poner piedras en el camino, mi paso desde Starcraft Free hasta Starcraft Remastered fue como bajar por un tobogán. Solo hay una piedra en el camino, y está al principio.
La piedra de Battle.net
Antes de regalarte nada, Blizzard te obliga a registrarte en Battle.net. Eso no es sorpresa, llevan dando la brasa con Battle.net desde los 90. Puedes usar login con Facebook si no quieres complicarte la vida, o puedes hacerte una cuenta manualmente. Me resulta molesto andar registrándome para todo, pero entiendo que ya que me están regalando un juego, no tengo mucho derecho a quejarme.
Lo que descargas resulta ser un pequeño gestor de instalación, no el juego completo. El lanzador gestiona la instalación de Battle.net, si lo necesitas, y la interrupción o reanudación de la descarga.
Sí, tienes que instalar un cliente de Battle.net. Igual que Apple no pasa por un aro que no sea el suyo, Blizzard no pasa por el aro de Steam. Tiene su propio cliente. Pero como he dicho antes, es gratis, así que no nos quejamos. Y en honor a la verdad, es ligero y no está sacando notificaciones estúpidas a cada rato. Podría ser peor. Podría ser Origin, por ejemplo.
La descarga de Starcraft Classic pesaba mucho más de lo que esperaba, unos cinco gigas. Luego descubrí por qué. Pero en el momento que arranqué Starcraft, se acabó el trabajo y empezó la «seda».
Todo fue como la seda
Repito por si no ha quedado claro: si te bajas la versión gratuita, obtendrás exactamente el Starcraft clásico, completo hasta el último detalle. No necesitas pagar para obtener el juego.
El único detalle diferente es un banner en el menú principal ofreciéndote comprar la versión Remastered. Normal y legítimo, por otra parte.
El caso es que después de echar un par de partidas me dije que Starcraft sigue molando mucho. Enviar un par hordas de zelotes a que se planten corriendo en mitad de la base enemiga mola. Desenterrar una escuadra de zerlings justo cuando tu enemigo pasa por encima de ti mola. Desplegar los tanques y oír cómo sus cañonazos arrasan las construcciones enemigas mola muchísimo.
El juego sigue siendo vigente, lo suficiente como para pagar por tener gráficos de este siglo. Así que pulsé en el banner.
Y ahí empezó la magia, y ahí dije: «Blizzard es Apple».
Sin sacarme del juego, sin cerrar la aplicación, y sin abrir ninguna ventana del navegador, salió un pop-up que me ofreció pagar por PayPal o con tarjeta. Intenté pagar por PayPal, pero había olvidado que no tenía casi saldo, así que eché hacia atrás y pagué con tarjeta. Todo eso sin salir del juego, sin alertas, sin saltos, sin abrir otras aplicaciones, sin mensajes de error. Todo completamente fluido, con esperas mínimas, con mensajes de estado indicando en todo momento en qué punto del proceso de compra estábamos.
Al terminar, el juego se reinició y yo tenía mi Starcraft Remastered andando.
Inmediatamente.
Los muy zorros me habían hecho descargar la versión Remastered al bajarme la versión gratuita sin decirme nada. Sí, tardé más en empezar a jugar con la versión gratuita, pero el efecto psicológico posterior fue que recibí la versión Remastered inmediatamente después de pagar. Sin esperas.
Y seguí jugando, claro, deseando ver esos nuevos gráficos. Segundos después de haber soltado la pasta, estaba disfrutando de aquello por lo que había pagado.
En conclusión: Blizzard es Apple
Blizzard se parece a Apple en muchas cosas. A pesar de ser un gigante de casi 5.000 empleados y llevar más de 20 años en la industria, su catálogo de productos es muy pequeño. Lanzan menos de un juego nuevo al año, pero cada uno de ellos está cuidado hasta el último detalle y te da para jugar durante años. Cuidan todos los pasos del proceso, no solo el juego, sino antes y después de jugar.
Su filosofía es calcada a la de Apple.
Lanzar menos productos. Cuidarlos más.
Igual que Apple, no tienen ningún problema en fusilar las ideas de otros, y presentarlas al mundo de forma mejorada. A nadie le importa si es inspiración o copia, porque es mejor, más divertida, más gratificante, más cuidada. Warcraft y Warhammer, Starcraft y Warhammer 40.000 primera edición, Diablo y Dungeons & Dragons, Hearthstone y Magic: the Gathering, Overwatch y Team Fortress 2… las similitudes son muchas, para algunas personas incluso un poco sospechosas. Pero no importa, porque Blizzard consigue una experiencia de juego tan buena que da igual. Y eso es lo que al final importa.