‘Orgullo y prejuicio’

o ‘Elizabeth, la de enmedio ’

-Ixca-
EÑES
9 min readApr 13, 2018

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Fuente.

Nota 1: La reseña es del libro, no de la hermosa hermosa película de Joe Wright de 2005. Recomendada.

Nota 2: Aquí una versión ligera en formato de videoblog muy recomendable igual, con subtítulos en español.

Nota 3: Esta obra es más conocida que el intro Bob Esponja pero aun así esta reseña contiene spoilers.

Si de algo soy fan son de las películas de época. Me encanto Downton Abbey con todos esos sonorisimos acentos inglés, me encanto María Antonieta de Sofia Coppola con sus bollos que de menos producen caries que te pudren tres dientes y esos tonos pastel dominantes. Una de mis favoritas es esa película Orgullo y prejuicio.

Austenland

Jane Austen era un inglesa demasiado observadora que un día le dio por escribir y creó más clásicos que Stephen King. Pero claro, en ese tiempo eso de que una mujer escribiera era mal visto y tenía que firmarlo un hombre, por un tiempo.

Aun así sus libros vendieron más que fidget spinners el año pasado. Inspirando homenajes no muy velados (El diario de Bridget Jones) y películas que nerdifican el original (Orgullo y Prejuicio y Zombies).

De qué va

Presenciamos la historia de la familia Bennet; el padre que me recuerda demasiado al papá de Malcolm por su ineptitud; su madre chismosa e histérica; y sus cinco hijas —sí, cinco. Don Bennet tenía muy buen tino y poco que hacer—: Jane (amable y hermosa), Elizabeth (la narradora que al igual que Malcolm sobreanaliza las cosas), Mary (inteligente pero pretenciosa), Catherine (tonta y pusilánime), Lydia (superficial y cabeza hueca). En un tiempo en el que las mujeres no podían heredar, ni trabajar creo que podemos entender la desesperación de su madre por casarlas con el primer tipo que tuviera trabajo y un coche.

Un buen día llega a su pueblo Charles Bingley: un joven amable, igual de rico que magnate petrolero de Dubai y que no es Ashton Kutcher pero es igual de guapo e inteligente. A quien se le presenta a Jane Bennet, de quien queda prendado cual imán a refrigerador de aluminio. Pero el señor en cuestión trae un chaperón, Mark Darcy, digo Fitzwilliam Darcy. ¡Por Zlatan! Con ese nombre todo mundo sabe que es un hijo de papi. El Sr. Darcy produce una primera impresión peor que gente que comenta algo claramente tóxico y se ofende cuando le contestan que tal vez se pasó de la raya en Lizzie, a quien le parece orgulloso y aburrido.

A través del libro conoceremos cómo las primeras impresiones no son siempre las mejores . Cómo enamorarse es más que la atracción física. Y que el amor va en dos vías, no solo una.

Lo que ellas quieren

En mis libros ya leídos se encuentran pocas autoras —solo viene a mi mente Los recuerdos del porvenir, de Elena Garro— por eso este año me propuse leer mas autoras.

Creo que una de las bestias modernas es el Nice Guy. ¡Oh sí! Lo digo porque yo mucho tiempo he sido uno. Ese hombre que hipócritamente es amable pues cree que con simplemente ser amable puede conseguir sexo de las mujeres. Patético, lo sé. Yo he sido uno de ellos.

En mi defensa puedo decir que los medios de comunicación nos programan muy mal. Vivimos con la referencia de las mujeres escritas por, en su mayoría, hombres. Desde la famosísima Maniac Pixie Dream Girl, hasta la fea que se vuelve bonita y que decir de The Big Band Theory. Aunque es muy fácil echarle a culpa a la televisión, seamos sinceros. En Book Riot tienen un nombre para ello: Amisobiblimia.

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Darcy es uno de los galanes inmortales, intentaré describir a mi entender por qué: cuando conoce a Lizzie, intenta parecer más de lo que es siendo arrogante aparentando una confianza que no tiene. En su segundo encuentro no lo hace ni un poco mejor. Aun así el tipo tiene los tanates de declararsele diciendo que no le importa rebajarse a su nivel para poder amarla. Bravo, Darcy, al menos no le enviaste una foto de tu miembro por chat. Pero tras el rechazo —tan humillante digámoslo— se da cuenta que ha obrado mal y la escucha para ser mejor. Se relaciona con otras personas, se hace cargo de sus errores y se le declara de una manera más significativa.

En el libro vemos todo desde la perspectiva de una mujer desde que piensa que debe tener un hombre hasta las razones por las que lo reconsidera y se enamora de él. Será que a los hombres nos hace falta leer un poco más a mujeres escritas por mujeres para saber lo que piensan.

No existe el amor a primera vista

«La primera impresión es la que cuenta» es un refrán mas choteado que poner Noche de vals de Chayanne en quince años. Aquí nuestra autora lo pone en duda.

El primer encuentro que tienen nuestros protagonistas es un fiasco peor el nuevo Stylus en el iPad. Darcy a los ojos de Elizabeth le parece un petulante, desagradable y aburrido. En los ojos de Darcy, la familia Bennet no son más que unos palurdos. En encuentros posteriores la impresión solo se confirma. Hasta que llega a cruzar palabras con él. Luego esta ese patán llamado George Wickham, quien se presenta como un caballero al que se le negó su futuro y es una víctima, para resultar que no es más que un vividor mentiroso de tantos.

La pareja protagonista pasa por muchas dificultades para darse cuenta que son compatibles y no son tan diferentes como pensaban. Mientras Darcy esconde su timidez detrás de su orgullo, Lizzie esconde su prejuicio detrás de su inteligencia.

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El señor de Pemberley y la segunda de las Bennet, deben trabajar su amor de poco desde darse cuenta que no todos los familiares de Lizzie son vulgares e igualados, ni todos los señoritos son unos snobs levantados.

Lo que la sociedad espera de nosotros

Muchos de sus pensamientos, prejuicios y estereotipos están influenciados por la sociedad en que viven los personajes de la novela.

Desde la madre de Lizzie más obsesionada que Chapman con Lennon por casar a sus hijas en una buena posición, hasta la necesidad de mantener su linaje de Lady Catherine, y qué decir de ese escándalo que provoca la huida de Lydia con Wickham. Mucho de lo que se piensa es porque así se acostumbra que se actué, y el pensamiento es en su mayoría conservador.

El ejemplo más claro es Charlotte, la mejor amiga de nuestra narradora. Se casa con el señor Collins un tipo que no puede ser más obvio que no ama. Fue una jugada inteligente para ella pues se le estaba pasando el tiempo y el religioso en cuestión tenía un patrimonio aceptable. La noticia no pudo poner más contenta a su familia que le dio su aprobación inmediatamente.

Austen pone en boca de Elizabeth su crítica a la sociedad de la época. Lizzie es la primera en desaprobar el compromiso de Charlotte sabiendo que no lo hace por amor sino por interés, ella primero rechazó la propuesta de matrimonio por conveniencia con el Sr. Collins que iría en contra de sus creencias, así como ridiculizar la zalamería y pomposidad del patrocinado por Lady Catherine, además de la vergüenza que le produce la poca sutileza de su madre y el poco tacto de sus hermanas.

Pensaríamos que cientos de años después los valores han cambiado para mejor, y nos sorprende que no tanto.

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Pienso que al igual que a los hombres, es claro que la programación que la sociedad da a las féminas les afecta. Recuerdo una escena en Mad Men donde hacen una prueba en un focus group de secretarias jóvenes para orientar la campaña de un labial en una ruta distinta a: «Si te pones este labial conseguirás marido», pero luego se dan cuenta que esa campaña no esta tan mal encaminada como pensaban. Eso en los 60.

En la actualidad tenemos a la horrenda tía que cada navidad le pregunta a las primas cuando van a traer a su novio, cuando lo llevan le pregunta que cuándo será la boda, cuando se casan le pregunta cuando tendrá hijos, cuando ya tienes uno le preguntan cuándo tendrá el siguiente. Total, nunca dan gusto.

Lo interesante de ficciones ambientadas en otras épocas es que muchas veces nos hablan del pasado para hablar de problemas del presente.

Para pensar esta el caso de Lydia quien termina casándose con Wickham, a pesar de saber que es un matrimonio escandaloso y con amor solo de parte de uno de los involucrados, todos se alivian al verla casada para evitar un escándalo.

Rosings

El libro se lee muy rápido, tiene buen ritmo, cada capítulo se enfoca a un hecho en concreto. Cada uno de ellos es narrado en primera persona por Elizabeth Bennet, quien acompaña a lo sucedido con su opinión. A pesar de ser una historia romántica el libro no es ni cursi ni meloso. La caracterización de los personajes es muy clara por lo que en ningún momento te confundes.

Si de algo puede presumir este libro es de la gran gama de personajes y actitudes que forman una fotografía de la época: desde las mujeres insulsas cuya existencia se define en la búsqueda de un marido rico —de las que Kanye nos habla — como la madre de las Bennet; pasando por la ensimismada baja nobleza como Lady Catherine de Bourgh, la fichita mayor George Wickham y mi favorito un trepa peor que Chris Wilton en Match Point en el Sr. Collins — interpretado por uno de mis actores favoritos Tom Hollander en la adaptación de 2005.

Jane Austen no deja títere con cabeza tanto hombres como mujeres son tratados con ironía y sarcasmo, tanto dueños de tierras como los que solo tienen tierra en las uñas. Jane Austen deja claro que todos tenemos tanto fallos como virtudes. Aunque ella se fije más en los fallos.

Pero si algo me gusta es que a pesar de que en el libro los villanos son claros (Wickham, Lady Catherine, las hermanas Bingley) ninguno en realidad es malvado simplemente hace lo que cree mejor. Incluso al principio del libro parecen otros personajes de tantos, como en la vida real.

Conclusiones

Definitivamente es uno de los libros más interesantes que he leído en los últimos años. Conocí la sociedad de otra época, la manera en que se esperaba que la gente actuará y como una concepción que tenemos casi innata (el amor a primera vista) se refutó hace ya varios ayeres.

No encontré ningún fallo a destacar tal vez por eso es un clásico.

La novela espera que reflexionemos sobre el amor poniendo en tela de juicio muchas nociones que tenemos de una relación. Al final mucho de lo que estamos dispuestos a permitir o a buscar es lo que la sociedad nos impone.

El libro se da espacio para que cada quien tome sus propias decisiones. Mientras Lizzie y Jane se casan con hombres de las que están enamoradas y son felices, el retrato que hace de la relación de Charlotte quien acaba siendo una mujer no feliz, pero que vive en paz y sin preocupaciones es interesante de analizar. Por otro lado sopesa el precio de las malas decisiones como el matrimonio de Lydia de quien en el epílogo nos enteramos las desgracias por las que pasó.

Si estas buscando un libro que te ayude a entender que una relación no empieza por simplemente ser amable, lee este libro.

Ixca
Where is my mind?

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-Ixca-
EÑES
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Entusiasta de la Cultura Pop. Abogado. Nerd. Cerebro en un frasco.