Perdida

Crónica de una desaparición que jamás paso

Uriel Cortes
EÑES
3 min readOct 5, 2017

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Pixabay

Es sábado por la tarde, el sol cenital no da tregua. Cientos de personas pasan de largo unos con otros, es un día común, todo acontece con normalidad.

A lo lejos, bajo la sombra de un moral, entre risas, bromas y planes futuros está María, ella es una chica alegre y jovial. Estudiante perteneciente a un sector reducido de la juventud en un país tercermundista.

Todo pasa con normalidad. Ella y sus amigas hacen planes para el viernes siguiente, desean ponerse al día, contar cada una sus vivencias, sus sueños, sus logros, sus gustos. Ponerse al día de lo que pasa en sus clases, con su familia, con su pareja, con el chico que le gusta. Cosas de chicas y chicos en la víspera de sus 20.

Pasa de medio día y ella decide retirarse. Se despide de sus amigas, de sus amigos, de su novio y se retira. Todo marcha con normalidad, va a realizar sus cosas pendientes. Para después ir a casa y estar con su familia.

Dan las 6:00 P. M., las 7:00 P. M., las 8:00 P. M.…

—Bien, no puede tardar.

11:00 P. M..

12:00 A M.

—Buzón de voz.

2:00 A. M.

—Buzón de voz.

Llamadas a sus amigas o amigos más cercanos, nadie sabe de ella, lo último que saben es que iba camino a casa, como todos los días, como siempre después de la escuela.

9:00 A. M.

La desaparición es anunciada ante la ley.

Los días pasan, no hay noticias y conforme pasa el tiempo se va opacando esa voz que clama por su paradero. Es como si olvidaran que pasó, porque ahora hay alguien más en esa situación.

Es la historia de María, Silvia, Nancy, Andrea. Es la historia en la que al menos en un universo paralelo Sofía regresa a casa y saluda a sus padres o hermanos, en la que Sandra le da un beso nuevamente a su novio, en la que Liliana le da un abrazo a su hijo. Es la historia en la que Karen se ve con sus amigas y se pone al día de lo que aconteció en la semana. Lamentablemente es la historia que pasa en un universo paralelo. Mientras en este universo probablemente ellas se pregunten porque sienten tanto frío y no escuchan más, porque no pueden gritar, moverse o decir cuanto extrañan no saber de alguien.

Es la historia que pasa día a día, en la que a ti como hombre o mujer puede pasarte, pero que no por miedo vas a dejar de vivir y te encerrarás.

A ti mujer te digo:

Aquel amigo que quiere llevarte a casa no quiere privarte de esa libertad de la cual tienes derecho.

Aquel pretendiente que busca pasar tiempo contigo y ve tu bienestar no quiere solo acostarse contigo.

Aquel amigo que te acompaña a casa no solo busca tener algo contigo.

Eres libre. Nadie intenta quitarte eso.

Eres fuerte. Pero no implica que una mano esté de sobra.

Eres capaz. Pero siempre cuatro manos son mejor que dos.

Si pasa algo, no es tu culpa.

Si pasa algo, no es culpa del machismo.

Si pasa algo, no es que no sepas cuidarte por ti misma.

Eres libre, eres humana, eres vulnerable como todos los hombres y mujeres, como todo ser humano. Son situaciones que escapan de tu control, pero que no está de más cuidar un poco más.

¿Qué no deberías cuidarte de más?

Estoy de acuerdo.

¿Que no es culpa tuya y no tendrías que preocuparte?

Estoy de acuerdo.

¿Que tu derecho es ser libre?

Estoy de acuerdo.

¿Puedes cuidarte sola?

Lo sé.

Simplemente deja a un lado esa actitud en la que la compañía de un hombre te quita tu poder como mujer, tu esencia, tu valor.

Simplemente te pido que tanto tú como yo seamos conscientes de esto y nos ayudemos como seres humanos, más allá de una distinción meramente de género.

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