Íntima, Haydée

Yoandry Avila Guerra
3 min readAug 28, 2018

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Íntima, Haydée. Íntimo el pequeño teatro del Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes. Sobrecogedora la sensación de complicidad que destila la voz de Haydée Milanés cuando regala boleros.

El bolero se canta y se cuenta, sobre todo se cuenta si el intérprete logra trasmitir los sentimientos a veces ambiguos que encierran sus letras, si consigue irradiar la ambivalencia de amores y desamores en una misma lírica; y Haydée contó una y otra vez durante el doble concierto ofrecido. Contó como si cada uno de los presentes, desde su voz, reinara en el pequeño escenario.

Grandes temas del género como La gloria eres tú, Esta tarde vi llover y Tú me acostumbraste resonaron en el evento cultural que formó parte del 30mo. Festival Internacional Boleros de Oro. La cantante también obsequió dos obras poco conocidas de su padre, Pablo Milanés, con la compañía al piano de un intrépido Cucurucho Valdés.

Momentos de introspección llegaron con las interpretaciones de piezas de la compositora y cantante Marta Valdés, y de colofón de la velada su tema Palabras. El concierto constituyó un discurso melódico dedicado a una mujer que en la artista ha dejado huellas y a la que confiesa amar con profusión, una mujer presta a cumplir 500 años: La Habana.

En el borde de los asientos el público queda frágil mientras la voz de boleros de Haydée se mete en la piel y desanda hasta llegar a lo más recóndito, hasta la desnudez del alma y la vulnerabilidad extrema.

Porque los buenos boleros, cuando hay buenos intérpretes, deben seducir, dejarte tan sensible que roce la incomodidad; que mires a tu lado y veas a las personas emocionadas y sollozando, con las manos en el rostro para reprimir el llanto.

Y uno queda tan vencido, tan expuesto, que no sabe al final de la velada si aplaudir o llorar. Uno queda tan desencajado, y está tan poco acostumbrado a lidiar con ello,que suma su cuerpo a la ovación de los asistentes; entretanto, un par de lágrimas traicionan e hidratan las acaloradas manos que aplauden desaforadamente.

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Yoandry Avila Guerra

Periodista, fotógrafo. Redactor-reportero en Cubaperiodistas. Colaborador de la revista Alma Mater y del periódico Ofertas. Blogger en Yo ando por ahí