Consolidar caminos, protegiendo fronteras
Por: Giselle Zamora Ch. y Redacción SJ
Fotos: Jorge Cruz Fraga, Granma y perfiles de la AGR y la ENFA en Facebook
A 61 años de su nacimiento, la Aduana Socialista en Cuba se ratifica como fragua de hombres y mujeres comprometidos con la tranquilidad ciudadana, lugar donde se concreta la salvaguarda de nuestro espacio geográfico, a partir del control sobre el tránsito de mercancías y personas, con implicaciones legales y económicas de peso para la nación.
Contrario a lo que pensarían algunos, la envergadura de tales dinámicas no excluye, en este minuto y hora, el predominio de una fuerza laboral joven dentro de su plantel, emanada de la Escuela Nacional de Formación Aduanera (ENFA), esta última, destino recurrente para una juventud empeñada en hacer valer la justicia, desde la responsabilidad y el dominio de modernas herramientas técnicas.
El descubrimiento de medios que ponen en peligro la seguridad humana, la lucha contra el tráfico y consumo de drogas -junto a otras variantes de contrabando y fraude que transgreden la estabilidad en el territorio insular-, resultan parte del quehacer diario de los aduaneros y la entidad que los agrupa, cuyo pilar y fortaleza constituye la preparación incesante de oficiales competentes dentro del sector.
Así lo confirmó Somos Jóvenes este verano en la propia sede de la hoy Aduana General de la República (AGR), como parte de los intercambios que allí se concretan de manera sistemática con la prensa local y foránea, en pos de actualizar sobre sus resultados y experiencias inmediatas, oportunidad que aprovechamos para dialogar con estudiantes de segundo año del Técnico Superior.
María del Carmen Machado Figueroa, Directora de Recursos Humanos de la AGR, y Moisé Borrero Celles, Subdirector General del citado centro de estudio, ambos al frente del encuentro, subrayaron, asimismo, la importancia de afianzar saberes en los inspectores y jefes de aduana, sin descuidar el uso eficiente de la ciencia y la tecnología.
Un poco de Historia
Pese a existir referentes antes de 1959 de capacitación en la actividad aduanera, durante la etapa posterior y, hasta la década del 80, el Ministerio de Educación asumió el adiestramiento de los inspectores de Aduana en la Mayor de las Antillas, desde una especialidad de la enseñanza media, activa en el Instituto Politécnico Jacinto García.
A partir de 1981, la propia Aduana asume el encargo de preparar su cantera, raíz de la creación de la actual ENFA, ubicada desde 2017 en algunas instalaciones de la antigua Vocacional Lenin, al este de la capital, las cuales cediera el Estado cubano para tales propósitos.
De entonces a acá, varios hitos han pautado su desarrollo, como la presentación en 1998 del primer plan de estudio del Curso Superior de Aduana; la realización hacia 1999 del primer Taller Nacional de Capacitación de la AGR, tras el cual se proyecta una estrategia académica más coherente y objetiva; y ya entrados los años 2000, el sostenimiento de programas de superación continua, en especial de postgrados, con la consiguiente entrega a los alumnos de la categoría científica.
Otra senda posible
Un fascinante proyecto de vida se anuncia para los jóvenes que accedieron a hablar con SJ, quienes completan en estos momentos sus prácticas profesionales en la Dirección General de Procesos Aduaneros.
Entre el entusiasmo y comprensibles aprehensiones, todos coincidieron en la identificación con dicha faena y entendimiento raigal de su trascendencia.
«Enfrentarme por primera vez a un entorno laboral me dio un poco de temor pues, aunque chocamos con algo para lo que nos prepararon, la expectativa difiere a veces de la realidad», confiesa Katerine Vázquez Montes de Oca, una de las candidatas para desempeñarse dentro del área de Gestión de Riesgos.
«Constituye un mundo por descubrir y me encanta. Advierto un alto nivel profesional en los especialistas que contribuyen a preservar la seguridad de nuestras fronteras ante amenazas tan urgentes como el narcotráfico, por ejemplo. He tenido la posibilidad de iniciarme en el dominio de técnicas como la videovigilancia y el análisis, ambas muy interesantes, las cuales exigen además una alta preparación», agregó.
Por lo pronto, ningún reto pareciera sustraer a Katerine de la ruta que se trazó: «La acogida nos hace sentir confiados. Claro que tenemos dudas, pero siempre que preguntamos obtenemos respuestas. Nuestros tutores nos dotan de muchos conocimientos prácticos. Reafirman la teoría adquirida en la escuela y eso nos enriquece».
En esa cuerda, Frank Alejandro Martínez Terrero nos asevera que guarda muy gratos recuerdos de la ENFA:
«No todo fue estudio; también tuvimos la posibilidad de confraternizar. En aquel ambiente de la escuela, rodeados de naturaleza, se hizo palpable el calor humano de compañeros y profesores. Participamos en múltiples actividades que aportaron a nuestra integralidad como jóvenes de estos tiempos”.
Sobre el trabajo por delante, al ritmo de la AGR, advierte también un océano de posibilidades, justo por la oportunidad para vivir de cerca acciones en pos de prever y detectar fraudes en la esfera comercial, una labor imprescindible para la seguridad económica del país, que requiere de un nivel profesional elevado y amplio dominio técnico.
«Como aduaneros que ya casi somos, tenemos la disposición para desempeñarnos en cualquier tarea, siempre movidos por la voluntad de defender la Patria. Por eso te garantizo que nuestro futuro está aquí», concluyó.
Transparencia, agilidad y profesionalidad en cada proceso, se nos antojan las claves que mueven a dichos especialistas, consagrados o en formación, para mantener a Cuba como un destino seguro y garantizar que nuestra economía se desarrolle.
Un gremio con desafíos apremiantes, frente al que no queda otro camino que el agradecimiento oportuno.